Retos de la Iglesia hoy.

O deficiencias, o crisis o deseos… hay muchas formas de definirlo, pero ¿Cuáles serían esos retos?
La religión está pasando por un momento de cambio, no sabemos muy bien cual, pero está más bien llamada a transformarse que ha desaparecer.
En España, especialmente, se está viviendo un momento de transición, el miedo parece estar más latente que nunca.
La forma piramidal vuelve a tomar protagonismo. Hace un par de días saltaba la noticia de la retirada de un Obispo australiano por parte de Benedicto por apoyar la ordenación de mujeres y hombres casados al sacerdocio como solución a las pocas vocaciones de su diócesis (Zenit).
Se intenta olvidar en la medida de lo posible, aunque NUNCA se podrá, el Concilio Vaticano II. Los creyentes se encuentran divididos. Por una parte cada vez con mayor fuerza los movimientos, por otra, cristianos de base y en medio sin saber muy bien, están esa parte “péndulo” que se mueve según les lleve. Con un conocimiento mínimo, sin apenas contenido o peso, sin dar razón de lo que piensan o creen, dejándose llevar por el tic-tac de la vida… siguen a la búsqueda a la espera de que algo les satisfaga…
Estas personas dirigen su mirada a la Iglesia intentando encontrar algo donde agarrarse, pero lo que perciben es totalmente lo contrario: una Iglesia dividida y rota.
En medio de todo este conflicto ¿dónde hemos dejado a nuestro Señor, el amigo de los pobres y oprimidos, el que consuela y anima…? Parece que nos hemos olvidado del centro, por lo que las consecuencias de todo esto, sí que están suponiendo un gran “reto” demoledor para la Iglesia.
Crece la desesperanza, no solamente para el pueblo, sino también para el clero católico, quien se siente oprimido, obligado por los que están por encima de ellos. Cardenales, Obispos, clero, laicos etc…
Aumenta el desprestigio y la desconfianza: escándalos, división interna… ¿Alguien se ha parado a pensar qué nos está pasando, por qué seguimos prefiriendo hablar unos de otros que unos con otros, por qué no hay dialogo, por qué los Obispos no pueden hablar, sino imponer al clero, ni el clero con los religiosos y los seglares casi ni existen, en qué nos hemos convertido…
Me da la impresión que esta crisis que estamos viviendo en la Iglesia es aún más fuerte, si cabe, que la económica…
Tendríamos que recuperar la capacidad del dialogo y la confianza en Dios en lugar de querer ser nosotros dioses donde todo lo controlamos ¿esto es lo que nos queda de su herencia?...
Dejemos los protagonismos y luchas de poder a un lado, acojamos al Espíritu y dejémosle de una vez por todas actuar…
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