¡Cuánto nos cuesta dejarnos ayudar!

¡Cuánto nos cuesta dejarnos ayudar!
¡Cuánto nos cuesta dejarnos ayudar!

No sé si os ha pasado alguna vez el encontraros con personas con las que tienes la sensación de que debido a su orgullo o la poca aceptación de su situación, tanto por edad, como por la propia salud, les cuesta dejarse ayudar.

En ocasiones, el orgullo propio y la autosuficiencia, dan lugar a un engaño que no te permite ver más allá…

¿Qué es lo que nos incita a aparentar que todo va bien, que estamos bien, cuando no es así? Cuando te encuentras personas con estas características, te das cuenta de que lo único que están consiguiendo es un auto engaño, y es que, dejarse ayudar, supone un nivel espiritual al que pocos saben llegar. También es verdad, que me he encontrado con personas, conscientes de sus limitaciones y abiertas a entender que la vida son etapas, y que no podemos pensar ni quedarnos en el pasado, porque nos estamos privando de vivir el ahora con una mayor plenitud y aceptación.

No olvidemos que somos barro. Lo que soy, lo que tengo, ¡acéptalo, asúmelo! Estoy segura de que seriamos más felices, si desde la humildad, fuésemos capaces de tender la mano, de agarrarme y pedir ayuda. Creo que el camino a recorrer sería más fácil y las cuestas serian menos cuestas…

Hoy me pregunto: ¿por qué esa insistencia en la autosuficiencia? ¿A dónde nos conduce? quizá, ¿para no asumir que necesitamos de los demás, y no entender que en algún momento no podremos valernos por nosotros mismos?

Está claro que el ser humano necesita del otro. Necesitamos apoyarnos en algún momento de nuestra vida, porque tarde o temprano, todos llegaremos a esa vulnerabilidad. No olvidemos que somos barro y por eso mismo, necesitamos compartir las cargas. Pero también es verdad, que no merece la pena correr por alguien que ni siquiera quiere caminar.

En el camino hay piedras que tenemos que ir sorteando, personas, sentimientos, que no nos conducen a ningún sitio. Por lo tanto estemos abiertos a la posibilidad de encontrarnos con quienes de verdad, quieran que formes parte de sus vidas y estén decididos a dejarse ayudar.

Pensemos en quien o quienes merecen la pena y dejemos a un lado aquello que no nos permita seguir avanzando. No busques, solo permite que te encuentren…

Volver arriba