Más de una vez creo que he compartido con vosotros lo importante que es saber mirar, saber escuchar y no solo parecer que…

Hoy quiero hablaros de las personas que tienen esa maldita enfermedad llamada alzhéimer. Cada vez van creciendo más en número debido a la longevidad y a nuestra finitud como seres humanos.

Pienso en esa madre, en ese padre, en ese amigo que con el paso de los días vas viendo que le cuesta reconocerte, que no puede expresarse como siempre lo ha hecho porque le faltan las palabras. Poco después le cuesta la construcción de una frase y llegamos al punto, en el que ya solo le queda la mirada porque no pueden comunicarse como siempre lo han hecho. Ya no sirven las palabras… en ese momento solo queda el abrazo, el gesto o quizá un simple estar…

Qué poder tienen estos gestos, y a la vez, la impotencia cuando ya no hay palabras… Por eso, no nos privemos cada día de expresar lo que sentimos porque puede que el día que queramos, ya sea demasiado tarde y no podamos decir una palabra de agradecimiento.

¿Os habéis parado a pensar en algún momento cuantas veces hemos tenido la oportunidad en la vida de ser agradecidos. De decir GRACIAS, o un TE QUIERO, pero de corazón, no de compromiso y no lo hemos aprovechado?

Puede que nos sintamos demasiado seguros de que tendremos tiempo para hacerlo, pero quizá algún día, ya sea demasiado tarde para expresar lo que sentimos a quienes queremos.

Detalles importantes que suponen encuentro y vida…