Cada suicidio es un drama en sí mismo

Cada suicidio es un drama en sí mismo
Cada suicidio es un drama en sí mismo

Hace apenas unos días, nuestro corazón se encogía al conocer la noticia de  dos hermanas que con solo 12 años decidieron poner fin a su corta vida. Inmediatamente pensé en esos padres, ¡Cuánto dolor!... cómo puede uno sobreponerse a ese drama… Si perder a un hijo es algo tan antinatural que solo lo sabe quien ha pasado por ello, cuanto más dos… y dos preciosas niñas… pero por desgracia, no es el único, porque parece que últimamente, lo escuchamos demasiado a menudo. Ante ello, me pregunto: ¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué es lo que estamos haciendo mal en nuestra sociedad? ¿Por qué alguien llega a esa conclusión, a ese momento y más unos niños? ¿Qué es lo que pasaría por la cabeza de esas dos criaturas para tomar esa decisión? ¿Habría tanto sufrimiento, tanta desesperanza como para llegar a ese límite?

El momento de la muerte aunque sea de manera natural, nos da miedo a todos. Es verdad que quien tiene fe, lo lleva y asume de otra forma, pero lo desconocido siempre asusta y mas a los niños. Quizá haya sido un cumulo de cosas lo que les haya llevado a tomar esa drástica decisión, pero ¿por qué no hablamos, por qué no pedimos ayuda?

Es verdad que cuando sucede algo tan indescriptible, se generan cientos de preguntas y sobre todo la gran pregunta: ¿se podría haber evitado?

Pienso que para tomar una decisión como esa, se tiene que tener una consciencia clara de lo que es la muerte y de lo que significa y cuya personalidad tiene que ser débil o tímida.

La vida nos tiene que abrir a los demás, no encerrarnos en nosotros, en nuestras preocupaciones. Tiene que tener un sentido y si no lo encontramos, por favor, ¡pidamos ayuda! porque de lo contrario, estaríamos hablando de una sociedad que no saber mirar…

Es normal que nos caigamos, pero tenemos que saber levantarnos. No dejemos de pedir la ayuda necesaria para poder afrontar las dificultades. No las ocultemos…

Pido por esos padres, por tantos padres que como María, saben lo que es pasar por la pérdida de un hijo.

Ojalá que nadie más, tenga que pasar por esto. Que nadie decida, por no tener los medios suficientes, apagar la luz de la esperanza y de la vida…

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