La vida nos empieza a pesar

La vida nos empieza a pesar
La vida nos empieza a pesar

Queridos amigos que compartís conmigo este minuto. Tengo la sensación de que estamos en un momento en el que predomina el cansancio general.

Llevamos demasiado tiempo intentando recuperar medianamente nuestras vidas, nuestra cotidianidad. Poder volver a tomar un café, comer con amigos, pasear… tantas cosas que nos han quitado sin apenas darnos cuenta.

Ahora hablamos de “nueva normalidad”, pero no queremos eso, queremos, añoramos, nuestra normalidad, nuestra vida de siempre…

Ante esta frustración, ante tanto desanimo colectivo, lo que necesitamos son respuestas que nadie nos puede dar. Como consecuencia, nos asalta el desánimo, la inquietud, la duda… esto nos empieza a pesar…

Nos sentimos limitados, nos damos cuenta de que nuestras seguridades no son tales, que nuestros derechos y exigencias no sirven y que la realidad nos desborda. Nos cuesta aceptarlo. A partir de ese momento, podemos optar por encerrarnos en nosotros mismos o asumir nuestra pobreza humana, dejando a un lado ese ego y autonomía que tanto tiempo nos ha acompañado y arriesgarnos. Abrir el corazón, sacar lo que llevamos dentro, contar nuestra historia para que el otro pueda acogerla. Si somos capaces, nos daremos cuenta de que no estamos solos y que caminar junto al otro, al hermano, es más fácil soportar o llevar la carga que cada uno tengamos en este momento desde la confianza y la gratuidad.

Te invito a que lo intentes, a que lo intentemos, que lo hagamos juntos un camino, que no nos encerremos en nosotros y salgamos al encuentro de quien, como tú, está esperando acogernos…

¡Feliz día!

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