Un santo para cada día: 21 de junio San Luis Gonzaga: patrón de la juventud cristiana

San Luis Gonzaga: patrón de la juventud cristiana
San Luis Gonzaga: patrón de la juventud cristiana

La santidad no es ajena a los jóvenes, sino que está a su alcance

Modelo de niño, adolescente y joven, que se esfuerza por combatir sus defectos, para llegar a la perfección. Es la arcilla moldeable que, en manos de Dios, llega a alcanzar en pocos años las más altas cotas de santidad.

Nacido el 9 de marzo de 1568, Luis fue el mayor de los 8 hijos de Ferrante Gonzaga y Marta Tana, marqueses de Castiglione. Vivían en una casa solariega entre Villafranca y Solferino, en Italia. A pesar de que su padre quería hacer de él un noble caballero y un valiente guerrero, el niño, salvo algunos juegos infantiles imitando a los soldados de su padre y algunas justas y desfiles, presenciados y aplaudidos con entusiasmo, pronto comienza a demostrar más interés por la vida espiritual que por las armas.

Ya de niño enseñaba el catecismo a los pobres y atendía con sus visitas y limosnas a los menesterosos. En una visita pastoral que hizo a su localidad el Cardenal San Carlos Borromeo, cuando Luis tenía 11 años, tuvo una entrevista con él y quedó maravillado al descubrir el nivel espiritual que había alcanzado a tan corta edad. Al preguntarle si ya había recibido la Primera Comunión y contestarle que no, le dijo: “Pues prepárate que mañana te la voy a dar yo”. Esa fue una de las mayores alegrías de su vida.

Nombrado su padre gobernador de Monferrato, lleva a su hijo a Casale, para que pueda participar en torneos, festivales, bailes, juegos y paradas militares, pensando que así le alejaría de esas fantasías del trato con Dios. El muchacho no se atreve a decirle nada, pero ha estado visitando con frecuencia, a escondidas, el convento de los P. Capuchinos y ya tenía muy claro que lo que deseaba era consagrarle a Dios su juventud y abandonar el mundo, incluso le manda a la Corte de Madrid como paje de honor del príncipe diego, hijo de Felipe II, pero a pesar de los honores y las seducciones de la vida cortesana,  Luis se mantiene firme en su idea. Cada vez va teniendo más claro que desea ingresar  en la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, en primer lugar por su interés por la salvación de las almas y en segundo porque en esa Orden tendría cerrada la posibilidad de alcanzar cualquier dignidad eclesiástica. Tal vez su padre no habría tenido inconveniente en que su hijo aspirara a ser obispo o cardenal.

San Luis Gonzaga

Su madre no opuso resistencia, pero su padre se mostró colérico y pensó que lo mejor es que viajara y viera mundo. Lo envía a Mantua, Ferrara, Parma y Turín, pensando que así cambiaría de opinión. No sabía que la decisión de su hijo no era un capricho pasajero. Por fin se convence el padre y cede. Luis firma su renuncia a todos los derechos que tenía del marquesado, como primogénito,  en favor de su hermano Rodolfo. Con 17 años ingresa en la Compañía de Jesús y se entrega con gran fervor al estudio, a la oración y a la mortificación.

Empezó a destacar en el estudio y habría hecho una carrera brillante, pero la caridad que ardía en su corazón le ofreció la ocasión de inmolarse. Estuvo días y horas en la cabecera de los apestados que inundaron Roma en 1591 y se contagió, falleciendo el 21 de junio a los 23 años. Fue enterrado en la Iglesia de San Ignacio en Roma. Beatificado por Paulo V el 19 de octubre de 1605 con la asistencia de su querida madre y canonizado el 13 de diciembre de 1726 por Benedicto XIII, quien le declaró patrón de la juventud cristiana.

Reflexión desde el contexto actual

Ni la cantidad de ejercicios piadosos, ni el tiempo a ellos dedicado son los exponentes de la santidad, sino el grado de intensidad en el amor a Dios. Nos lo viene a recordar hoy un hombre virtuoso como Luis Gonzaga,  que en su paso fugaz por la existencia llegó a alcanzar cotas elevadísimas de santidad. Otra cosa que viene a recordarnos es que la santidad no es ajena a los jóvenes, sino que está a su alcance. Sería una pena que Gonzaga hubiera  dejado de ser el paradigma de una juventud  trivializada desenganchada de los nobles ideales

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