En cualquier parroquia activa, podríamos vivir el siguiente relato navideño cubano ¡A BUSCAR LA NAVIDAD!

¡A BUSCAR LA NAVIDAD!
¡A BUSCAR LA NAVIDAD! Tomada de Internet

El papa Francisco sostiene que la sinodalidad es la forma de reunirse, escucharse, discutir, orar y decidir de la Iglesia. Pensemos así también la planificación comunitaria de este tiempo tan sabroso para los cristianos que es la Navidad

«Luego dicen que somos los jóvenes quienes siempre llegamos tarde a los lugares», le dijo jocosamente Rafael al P. Epifanio mientras este le abría la puerta de la casa parroquial. Rafa era el primer miembro del Consejo Parroquial en llegar a la planificación de la Navidad comunitaria. En un rato la sala estaría llena con el resto de los integrantes.

Magda, directora del coro, tomó la palabra tras el saludo grupal: «P. Epifanio, este año se me han ido “a ver los volcanes” varios de los integrantes del coro, por lo que para el concierto debemos pedir apoyo de comunidades vecinas, como las Guásimas y sus sopranas abuelas». El cura respondió con humor: «A ver si dentro de poco tendremos que dar estos conciertos en la otra orilla, pues el chismoso Facebook me anuncia cada día una partida diferente». Rafa, en ese instante, dijo en alta voz, haciendo reír a todos: «Amén y así sea».

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Cómo-se-celebra-la-Navidad-en-Cuba-JPG- De Internet

Luego Cachita, responsable de catequesis, introdujo el tema teatral: «La obrita de Navidad y la salida por algunas casas del barrio a pedir posada con José y María están ensayadas por los niños. Por suerte, nuestro párroco trajo algunas confituras de su viaje “afuera” para animar a los bisoños, que este año no podrán contar con el habitual burrito de alquiler, pues el dueño de Perico deseaba rentarlo a precio de inflación y por horas; parece que quería sacar la carne de cerdo del 31 con nosotros». «Por suerte ―dijo Rafa― tenemos el polaquito de uno de los padres a la mano y, si la gasolina no se extingue, José y María podrán pedir posadas en carro, haciendo “pipipipi” al estilo del siglo XX».

«Lo importante ―aclaró Otilio, responsable de la pastoral familiar― es que podamos vivir esta Navidad en familia, dando gracias a Dios por la vida, que sobrevivir a una pandemia no es cuestión de juegos, como escribió Albert Camus en La Peste». Todos miraron en ese instante a Carmita, señora de toda la vida en la Iglesia ―que la salvó cuando en 1961 fueron a expropiarla y ella con valentía se negó a entregar las llaves―, pues su esposo había partido a la Casa del Padre en las primeras olas de COVID-19. Entonces, ella misma sugirió: «Hagamos una oración también de agradecimiento a Dios por los miembros del Consejo que hoy, junto a Él, nos acompañan en esta nueva planificación navideña».

«La fiesta después de la Misa del Gallo ya está amarrada por los jóvenes. El tema será: Una Navidad Sinodal», dijo Rafa emocionado. Todos aplaudieron su entusiasmo y el P. Epifanio le ripostó: «Espero que nos traigas algún regalito comunitario de tu próximo viaje de “negocios” a Panamá, que en las ofrendas no entran MLC». Y ahí la risa se apoderó del lugar.

El papa Francisco sostiene que la sinodalidad es la forma de reunirse, escucharse, discutir, orar y decidir de la Iglesia. Pensemos así también la planificación comunitaria de este tiempo tan sabroso para los cubanos que es la Navidad. ¡A por ella!

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