Anotaciones sobre la inflación en Cuba Razones que alejan el horizonte

Bandera de Cuba
Bandera de Cuba

Optar por el pueblo, aprendí del P. Jorge Cela sj, significa para un cristiano en primer lugar abrir bien los ojos para ver su condición de inhumanidad, a causa del aplastamiento que sufren de su dignidad

ace poco una madre estalló, no pudo más y denunció toda la maledicencia que estamos viviendo. Su reclamo lleva dentro la voz de tantas mujeres que hacen todos los inventos posibles para salvar a sus hijos de un hambreado día a día

“¿Nos merecemos esto?”. La pregunta fue lanzada por una religiosa cubana en su perfil de Facebook para denunciar la terrible situación existencial en nuestro país; de alguna manera, su interpelación me llevó a construir esta reflexión. Optar por el pueblo, aprendí del P. Jorge Cela sj, significa para un cristiano en primer lugar abrir bien los ojos para ver su condición de inhumanidad, a causa del aplastamiento que sufren de su dignidad. Es importante descubrir qué provoca esta situación, y desolidarizarse de esos elementos, sean personas, relaciones o estructuras. 
El grueso de la población en nuestro país no tiene una solución tangible para frenar el deterioro progresivo del poder adquisitivo de sus salarios y pensiones, delante de una inflación sin tope a la vista. Los últimos datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI), muestran para febrero de este año una inflación interanual del 23%. Es decir, comparado con febrero de 2021 los promedios de precios son un 23% mayor, según datos oficiales. Para el economista Pavel Vidal, esta es una inflación alta, pero menor que la acumulada en el año 2021 que ascendió a 77,3%.  
Desde hace unas semanas, en varios de los recorridos de tramos en La Habana donde los boteros prestan servicios, se ha comenzado a exigir un cambio de las tarifas a los pasajeros de 50 a 100 pesos por el viaje. Al indagar con los choferes sobre el por qué del aumento, no pocos dicen: “a nosotros nos han subido el precio de todo y solo con esos montos podemos mantener el carro andando.”  Según la ONEI, dentro de los alimentos, los productos lácteos tienen los mayores aumentos; por eso, no debe extrañarnos a estas alturas del campeonato que una bolsa de leche puede costar lo mismo que la pensión entera de un jubilado y si deseamos tocar la inflación, averigüemos por el cartón de huevos que está a más de 1000 pesos. 

Ataúd
Ataúd

Pablo VI afirmaba que la evangelización es pasar al hombre de condiciones menos humanas a condiciones más humanas. Con la ilusión de dibujar un poco más de humanidad en el rostro de los cubanos, la religiosa con la que inicié estas líneas escribió: “basta ya, no soportamos más dolor, este pueblo sangra desde el corazón y muere día a día”. Luego de recorrer un barrio donde habían efectuado un apagón de doce horas, yo añadiría: sin fuerzas y en silencio. 
Varios economistas coinciden en que el descontrol de los precios construye incertidumbre y desconfianza sobre el futuro de la economía nacional, fomenta el pesimismo y el descontento social. Las protestas del 11J y la actual ola migratoria dan fe de esta realidad. Hace poco una madre estalló, no pudo más y denunció toda la maledicencia que estamos viviendo. Su reclamo lleva dentro la voz de tantas mujeres que hacen todos los inventos posibles para salvar a sus hijos de un hambreado día a día. 
Cuando suena la locomotora de cualquier barranco económico como el periodo especial, los cubanos, solemos aprovechar la ocasión para subir al tren de la migración. Pero, la realidad, que es superior a la idea, nos muestra que todos no cabemos en esos vagones; entonces, debemos pensar con urgencia: ¿cómo encontrar razones que nos acerquen ese horizonte tan distante de prosperidad que nos debemos?

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