"Aceptar la derrota como parte de un proceso de crecimiento personal" La 'Voz España' y el alma de la Música

La 'Voz España'
La 'Voz España'

"La música tiene la capacidad de transportarnos. Es lo que nos regala cada nuevo capítulo que circula en el paquete semanal de Cuba de 'La Voz España', con el que habitamos un planeta con un ecosistema verdaderamente consolador"

"En esta octava temporada, ha resultado conmovedor algo que en ocasiones a los seres humanos nos cuesta mucho: aceptar la derrota como parte de un proceso de crecimiento personal. l. Un maestro en esta cuestión fue Jesús"

"Lo importante no es tanto ganar –aspiración de todos los concursantes–, sino aprovechar al máximo la experiencia vivida"

"La Voz evidencian que sin una comunidad es imposible liberarnos de ataduras totalitarias que pueden hacernos naufragar en mares turbulentos"

La música tiene la capacidad de transportarnos a mundos inimaginables donde la felicidad suele tocarnos por la espalda y decirnos: “aquí estoy”. El filósofo polaco Zygmunt Bauman solía comparar en sus escritos la semejanza de los reality shows con la vida cotidiana de las personas; si esto se pudiese aplicar a lo que nos regala cada nuevo capítulo que circula en el paquete semanal de Cuba de “La Voz España”, diría que durante las tres horas de duración sus televidentes habitamos un planeta con un ecosistema verdaderamente consolador.

En esta octava temporada de La Voz, que ya está en los asaltos finales, ha resultado conmovedor algo que en ocasiones a los seres humanos nos cuesta mucho: aceptar la derrota como parte de un proceso de crecimiento personal. Un maestro en esta cuestión fue Jesús que, desde el aparente “fracaso” de la cruz, nos donó a los cristianos una esperanzadora realidad de transgresión de la muerte.

Los coaches y sus equipos han visto en el show televisivo el regalo de enseñarle a nuestro mundo pandémico, triste, cómo lo importante no es tanto ganar –aspiración de todos los concursantes–, sino aprovechar al máximo la experiencia vivida, pues desde ella se podrá llenar el tanque espiritual que hará posible la consecución de futuros sueños en cada integrante del programa y ese es el mejor premio, pues les acompañará para siempre.

En medio de una cultura social que suele apostar por hacer claudicar el deseo de comprender lo necesario de nuestras diferencias humanas y nos invita a ver la heterogeneidad como motivo de segregación y desconfianza en lugar de potencialidades para el cambio positivo, el catolicismo y La Voz evidencian que sin una comunidad es imposible liberarnos de ataduras totalitarias que pueden hacernos naufragar en mares turbulentos marcados por el discurso confrontacional que suele traer el oleaje del poder y la fama.

En Cuba, los espectadores del paquete semanal hemos disfrutado con especial entusiasmo de esta octava edición. Ahora que su final se acerca, además de estar expectantes por conocer al ganador, es momento para dar gracias a los protagonistas de La Voz España por habernos mostrado con cada melodía el alma de la música y su universo sanador.

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