"La migración de tanta gente buena parece ir in crescendo" Cuba derrama su talento por todo el mundo, pero el patio está vacío

Cuba vaciada
Cuba vaciada

"El pasado 15 de agosto circuló en redes sociales una foto del cardenal Juan García… detrás de esa imagen, como si no quisiera ser develada, está la ausencia de cerca de seis jóvenes del grupo parroquial que han partido del país en menos de tres años"

La migración de tanta gente buena llega a las profundidades del alma de nuestra nación, taladrando su esencia que parece vacía… cada día parece ir in crescendo

Como un jugador de ajedrez al que le faltan sus mejores piezas, Cuba derrama su talento por todo el mundo; Lázaro Vargas, Norge Carlos Vera, Lenier Domínguez, Xavier Carbonell…

Lo plausible es que estos jóvenes no paran de soñar e incluso narran con optimismo, como lo hizo Xavier, su nueva realidad. Mientras, en la Isla, el sentimiento que se respira es que el patio está cada vez más vacío

El pasado 15 de agosto circuló en redes sociales una foto del cardenal Juan García sosteniendo un anda, gesto con el cual se unía a los fieles de la comunidad que sostenían sobre sus hombros la imagen de la Virgen de la Asunción, que preside la procesión habitual de estas fechas en Guanabacoa. Es admirable la disponibilidad del arzobispo de La Habana, pero detrás de esa imagen, como si no quisiera ser develada, está la ausencia de cerca de seis jóvenes del grupo parroquial que han partido del país en menos de tres años

La iglesia parroquial de la Asunción tiene varios patios. En ellos, muchas veces los amigos solían conversar al finalizar la eucaristía junto a sus allegados sobre cualquier tema. Hoy, la realidad es otra. La migración de tanta gente buena llega a las profundidades del alma de nuestra nación, taladrando su esencia que parece vacía. Al empezar el año tenía la esperanza de que esa música de despedida, que ha ido paulatinamente reconfigurando la estructura de tantas familias, pudiera amainar su ritmo. Pero cada día parece ir in crescendo

Como un jugador de ajedrez al que le faltan sus mejores piezas, Cuba derrama su talento por todo el mundo. Por eso fue emocionante observar al doble campeón olímpico Lázaro Vargas, festejar el éxito deportivo de su hijo en las Grandes Ligas del béisbol americano con los Dodgers. El sueño del padre era ver el talento de su prole florecer en un lugar donde el futuro no estuviera detenido en el tiempo. Lo mismo sucede con Norge Carlos Vera, hijo del gran lanzador santiaguero Norge Luis Vera. Parece que la nueva generación, en su momento de esplendor, prefiere no seguir los pasos de permanencia en la isla de sus padres. 

Hace unos años atrás el mejor ajedrecista de las últimas décadas en Cuba tenía que trasladarse desde su casa hasta un Joven Club para poder tener una preparación adecuada -con buen internet- antes de un torneo de gran envergadura. Días atrás, los cubanos fuimos testigos de la buena actuación en el mundial de ajedrez de Lenier Domínguez. Ahora, lo hace representando a los Estados Unidos. Tras el torneo se mostraba feliz. Por supuesto, su actuación, como la de otros tantos exitosos exiliados, contó con poca visibilidad en la televisión nacional.   

"Xavier Carbonell, un enorme talento literario cubano que meses atrás decidió irse a España. De seguro, en el futuro, otro gran amigo historiador que partió tendrá que narrar estos años vividos por esas nobles almas cubanas en destierro"

Este texto, que no sé bien si soy yo quien lo escribe, o si es él que me escribe a mí, pudo haber servido de tema a otros autores, como el joven santaclareño Xavier Carbonell, un enorme talento literario cubano que meses atrás decidió irse a España. De seguro, en el futuro, otro gran amigo historiador que partió tendrá que narrar estos años vividos por esas nobles almas cubanas en destierro, con el que sus cuerpos tuvieron que responder al interrogatorio de las feroces circunstancias que los hicieron zarpar de esta orilla. 

Lo plausible es que estos jóvenes no paran de soñar e incluso narran con optimismo, como lo hizo Xavier, su nueva realidad: “pocas veces un exiliado puede escoger la ciudad en la que acabará sus días. La fortuna interviene, lanza los dados y se barajan las cartas. Ahí donde caemos vivimos, y tratamos de dar sentido al viaje. La ciudad que acoge al desterrado puede ser vertiginosa o apacible, pero uno se acerca a ella como quien acaricia a un gato.” Mientras, en la Isla, el sentimiento que se respira es que el patio está cada vez más vacío

Xavier Carbonell: "Ahí donde caemos vivimos, y tratamos de dar sentido al viaje. La ciudad que acoge al desterrado puede ser vertiginosa o apacible, pero uno se acerca a ella como quien acaricia a un gato"

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