Una Iglesia pobre y profética "en salida" hacia los más pobres..

Domingo Quince Año Ordinario B. 15.07.2018.

Amós 7, 12-15.
Efesios 1, 3-14.
Marcos 6,7-13.



"Jesús iba predicando por todos los pueblos de esta región. Reunió a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos... . Les ordenó que no llevarán nada para el camino fuera de un bastón: ni pan, ni morral, ni dinero; que fueran con calzado corriente y con un solo manto".

"Comenzó a enviarlos de dos en dos".

Esta última cita es una condición esencial para ser de Cristo y estar a su servicio en la misión. Quiere decir que los misioneros evangelizadores tiene que vivir en armonía, que estén reconciliados y si alguno tiene una queja contra otro, primero que nada deben hablar y perdonarse mutuamente.

A veces se ha visto misioneros que son o han sido rechazados por el pueblo de un territorio, porque nos son vistos como agentes reconciliados: "no van de dos en dos". Tienen problemas entre ellos. Y se trata de que el testimonio evangelizador debe incluir la reconciliación y el perdón de verdad entre ellos.
Esta Eucaristía dominical quince, es una oportunidad para que todos los agentes de la evangelización misionera progresen en santidad, dándose un verdadero progreso de hermandad, de reconciliación y de perdón. Este es el sentido de "darse la paz" en la Misa.


"Les ordenó que no llevaran nada para el camino fuera de un bastón".

Jesús pide ir hacia los pobres "como pobre entre los pobres". Aquí me parece conveniente citar el documento de Puebla:

"Para el cristianismo, el término "pobreza" no es solamente expresión de la privación y marginación de las que debamos liberarnos. Designa también un modelo de vida que ya aflora en el Antiguo Testamento en el tipo de los "pobres de Yahvéh". (Sofonías 2,3; 3,12.20; Isaías 49, 13; 66,2; Salmo 74, 19; 149,4) y vivido y proclamado por Jesús como Bienaventuranza (Mateo 5,3; Lucas 6,20).
San Paulo concretó esta enseñanza diciendo que la actitud del cristiano debe ser la del que usa de los bienes de este mundo (cuyas estructuras son transitorias) sin absolutizarlas, pues son solo medios para llegar al Reino.(1 Corintios 7, 29-31). Este modelo de vida pobre se exige en el Evangelio a todos los creyentes en Cristo y por eso podemos llamarlo "pobreza evangélica" (Mateo. 6,19-34). Los religiosos viven en forma radical esta pobreza, exigida a todos los cristianos, al comprometerse por sus votos a vivir los consejos evangélicos".
(Puebla 1148 y también Puebla 733-735).

Esta exigencia incluye que el misionero no debe entretenerse "mirando hacia el lado", hacia lo que hacen los otros: sacerdotes o religiosas que parecen no estar observando esta exigencia. Se trata de que cada uno es quien debe responder por esta exigencia de Jesús, y menos criticamos, más gracia recibimos como misioneros evangelizadores de una Iglesia de los pobres. Y aquí no debemos olvidar a los Papas Juan XXIII y al actual Francisco I:

"Queremos ser la Iglesia de todos, pero especialmente queremos ser la Iglesia de los pobres". (Juan XXII).

"Quiero una Iglesia pobre y para los pobres". (Francisco I).

Y en un texto paralelo a Evangelio de hoy, Lucas nos narra lo que Jesús pide, además a los misioneros:

"Y no saludéis a nadie por el camino".

Lo que Jesús está diciendo con estas palabras, es que los misioneros no pierdan el tiempo ni miren alrededor, en criticar, incluso no deteniéndose por las críticas que recibe su prédica profética: "hagan su camino", sin perder el tiempo, porque:

"La mies es mucha,y los obreros pocos.Rogad,pues,al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies".

También hay que señalar y tener conciencia de que Dios se sirve de nosotros para renovar la Iglesia. Eso es lo que le sucede a Amós en la primera lectura de hoy:

"Vete, vidente; huye a la tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí... Respondió Amós: "Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino un pastor y cultivador de sicómoros. Pero Yahvéh me tomó de detrás del rebaño, y me dijo Yahvéh: Ve y profetiza a mi pueblo de Israel".

Tal vez esto, es demasiado ambicioso, pero, con humildad, debemos decir que la Iglesia, Pueblo de Dios tiene necesidad de hacerse una Iglesia "de pueblo", en la medida que somos fieles a las palabras de Jesús en el Evangelio lo estamos haciendo. "Iglesia de pueblo" es una Iglesia solidaria, pobre y comprometida con los más pobres, que crea entre ellos y hacia ellos el sentido de la fraternidad.

"Para vivir y anunciar la exigencia de la pobreza cristiana, la Iglesia debe revisar sus estructuras y la vida de sus miembros, sobre todo de los agentes de pastoral, con miras a una conversión efectiva". (Puebla 1157).

"Esta conversión lleva consigo la exigencia de un estilo de vida y una total confianza en el Señor ya que en la acción evangelizadora la Iglesia contará más con el ser y el poder de Dios y de su gracia que con el "tener más" y el poder secular. Así, presentará una imagen auténticamente pobre, abierta a Dios y al hermano, siempre disponible, donde los pobres tienen capacidad real de participación y son reconocidos en su valor". (Puebla 1158).

"Comprometidos con los pobres, condenamos como antievangélica la pobreza extrema que afecta numerosísimos sectores de nuestro Continente". (Puebla 1159).

"Nos esforzamos por conocer y denunciar los mecanismos generadores de esta pobreza". (Puebla 1160).

"Reconociendo la solidaridad de otras iglesias sumamos nuestros esfuerzos a los hombres de buena voluntad para desarraigar la pobreza y crear un mundo más justo y fraterno". (Puebla 1161).

"Apoyamos las aspiraciones de los obreros y campesinos que quieren ser tratados como hombres libres y responsables, llamados a participar en las decisiones que conciernen a su vida y a su futuro y animamos a todos a su propia superación". (Juan Pablo II Oaxaca y Monterrey: Méjico). (Puebla 1162).

"Defendemos su derecho fundamental a "crear libremente organizaciones y para contribuir responsablemente al bien común". (Juan Pablo II Monterrey. Méjico). (Puebla 1163).

"Las culturas indígenas tienen valores indudables; son la riqueza de los pueblos. Nos comprometemos a mirarlas con respeto y simpatía y a promoverlas, sabiendo "cuán importante es la cultura como vehículo para trasmitir la fe, para que los hombres progresen en el conocimiento de Dios. En esto no puede haber distinciones de razas y culturas". (Juan Pablo II Oaxaca. Méjico) (Puebla 1164).

"Con su amor preferencial pero no exclusivo por los pobres, la Iglesia presente en Medellín, como dijo el Santo Padre, fue una llamada a la esperanza hacia metas más cristianas y más humanas ( Juan Pablo II a obreros de Monterrey). La III Conferencia Episcopal de Puebla quiere mantener viva esa llamada y abrir nuevos horizontes a la esperanza". (Puebla 1165).
En este punto Chile y los chilenos, incluyendo a nuestra Iglesia, estamos en una grave deuda histórica con pueblo mapuche: "Los mapuches, nuestros hermanos, no pueden seguir esperando. Y no se puede ligeramente llamar "actos terroristas" a sus afanes de reinvidicación.
Aun cuando abordamos estos temas en las comunidades populares, problemas que parecen que no tienen que ver con el Evangelio, de hecho tenemos la intención de hacernos más unidos cada vez, y más capaces de ayudarnos unos a otros, luchando por una justicia verdadera, a crecer como personas, eso ya es evangelizar.

"Fueron a predicar, invitando a la conversión. Echaban a muchos espíritus malos, y sanaban a numerosos enfermos con una unción de aceite".

Hay una manera ordinaria, de la vida diaria, que tiene un cristiano para echar de otro un "espíritu malo". Es cuando superamos los prejuicios que tenemos contra otro, y cuando nos disponemos así para ese perdón y reconciliación; es ése "ir de dos en dos" que nos pide Jesús. Pues, no nos hacemos realmente hermanos de otros, mientras no exorcizamos nuestros prejuicios, nuestras antipatías, sectarismos políticos y nuestros rencores.

Habiéndome referido al profeta Amós en la lectura primera de hoy, tenemos que entender, que hoy hay mucho que insistir en una Iglesia profética. La Iglesia siempre necesita profetas, especialmente cuando la fe y la moral están relajadas, en tiempos de injusticia, pecados públicos y corrupción entre poderosos y clase política. Es nuestro caso, ahora, en nuestro Chile, incluyendo a nuestra Iglesia, con graves pecados y abusos sexuales de algunos de sus miembros. Sin dejar de lado la búsqueda de la justicia y reparación debida, creo que la Iglesia encerrada en sí misma, de autoritarismo y poder clerical, sin comunión y participación de todos, involucionada y restaurada con respecto al Vaticano II, sin vivir pastoralmente los lineamientos de Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, debe salir de sí misma y comenzar a Evangelizar, haciéndose una Iglesia "en salida" y profética. El Papa ha agregado "con olor a oveja","en la calle, haciendo líos". Todos estos son dichos, que a pesar de los años de pontificado, no se practican. Por eso, diremos: "del dicho al hecho hay mucho trecho". "Obras son amores y no buenas razones". Dadas así las cosas habría que aplicar el Evangelio: "Hagan lo que ellos dicen y no hagan lo que ellos hacen".
¡Es la hora de actuar!
Hay que salir a Evangelizar, a Encarnar el Verbo en el mundo de hoy. El Evangelio y el Magisterio de la Iglesia tienen que salir de las bibliotecas y de las páginas, y anunciar, denunciar y convocar en y con Cristo, el Profeta de los profetas. Esto se los pido a todos, pero especialmente a mis hermanos laicos "que se han detenido mucho en el camino" con reuniones y comentarios sobre los delitos y abusos, a veces dañando más que sanando, con poco o nada de "sentido de Iglesia y pertenencia a ella". Hay que ser de Iglesia y amarla santa y pecadora. Para terminar con los problemas de la Iglesia creo que ha llegado la hora de actuar, y la Iglesia no es puro abuso y delito sexual. Creo que sin restar importancia a la demanda de justicia y de reparación, no hay que quedarse encerrado en ese problema. Dejemos que los Tribunales de Justicia actúen. Nosotros, con compromiso real, evangelicemos, seamos "en salida" y proféticamente, incluso buscando los cambios que nuestra Iglesia necesita con urgencia.
Quiero advertir de un peligro: el sacerdote Karadima hizo una Iglesia paralela, incluso con alguna jerarquía vaticana, que no haya otro sacerdote que haga una Iglesia paralela en un sentido diverso. Que no haya ningún Medio Escrito y Digital que esté promoviendo una Iglesia al margen de la verdadera de Jesús, no olvidando que nuestra Iglesia es de Jesús y por ser construida por Él en hombres y mujeres frágiles, con virtudes y defectos, es "santa y pecadora". Recuerdo la maravillosa escritura al respecto de nuestro querido padre Esteban Gumucio. Ese escrito fue proclamado en CD por nuestro recordado Cardenal Raúl.
Este es un llamado hechos con humildad: Hay que "salir" en forma radical: "No te detengas saludar a nadie por el camino". No encerrarse en un sólo problema, ni creer que Cristo está sólo en víctimas de abusos.

Es muy importante el quehacer profético de la Iglesia y de miembros de ella como profetas. Sabemos que un profeta siempre es un elegido de Dios, a pesar de sus deseos como persona. Como Amós, los verdaderos profetas no eligen ser profetas. Pidamos al Señor de la historia que envíe y elija profetas y que conceda a su Iglesia el don de ser profética en los tiempos presentes que estamos viviendo. Amén.


Pbro. Eugenio Pizarro Poblete+
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