"eran como ovejas sin pastor".

Domingo Diez y Seis Año Ordinario B. 22.07.2018.

(Marcos 6,30-34).

"Al volver los apóstoles donde estaba Jesús, le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Entonces les dijo. "Vamos aparte a un lugar tranquilo para descansar un poco". ... Y se fueron solos en una barca a un lugar despoblado".

Después de varios viajes de intenso apostolado, los apóstoles vienen a Jesús, y Él los invita a un lugar de retiro para descansar por un tiempo.
Los apóstoles están cansados. Se hace necesario que ellos descansen y Jesús se preocupa de que lo hagan.
De esta circunstancia podemos sacar una buena lección. Creo que los apóstoles y agentes pastorales de la Iglesia de hoy también deben tomar en serio la responsabilidad de descansar; deben evitar la tentación del activismo; trabajar y trabajar más, sin darse tiempo para orar, para reflexionar, aun para descansar y mantener un equilibrio físico y psicológico. Al final de todo el activismo lleva a un activismo y apostolado vacío.
Más aún, se corre el peligro de vivir crisis que pueden llevar a determinaciones que alejan de Dios y pueden terminar en graves consecuencias. Consecuencias que podemos tomar simbólicamente de la primera lectura de hoy: Jeremías 23, 1 y siguientes.
Lo que realmente importa, en la tarea de evangelización y de ir a la gente, no es tanto la cantidad de acciones, sino su calidad y la potente irradiación de Cristo que se da con nuestra presencia.

También éste irse a un lugar apartado y tranquilo nos indica la necesidad de hacer un recuento de las experiencias pastorales y evangelizadoras vividas. Porque Jesús no instruye a los apóstoles con sólo hablarles, sino que los forma ayudándolos a reflexionar sobre la pastoral que hicieron; también los instruye acerca de lo que vieron. Seguramente este retiro podría también significar la metodología del "ver, juzgar y actuar"; hacían una "revisión de vida", escudriñando "los signos de los tiempos". Todo esto que reflexiono me ayuda a llamar a los apóstoles de hoy a hacer verdaderamente una "Pastoral de Conjunto". Después de cada etapa pastoral se hace necesario dedicar tiempo a los informes y a las evaluaciones, pero, sobre todo, a estar cerca de Jesús para recuperar fuerzas.

"Porque eran tantos los que iban y venían que no les quedaba tiempo ni para comer".

Ciertamente el paso de los apóstoles de ir en salida hacia la gente, irradiando a Cristo la Buena Nueva, entusiasmaba a muchos que los seguían, no dándoles "tiempo ni para comer"; querían conocer más y mejor a Jesús; querían conocer al que los había enviado. Llegaban a donde Jesús. Éste era acosado por una multitud de personas sufrientes de muchos males, tanto materiales como espirituales, como sociales y morales. Eran pobres y pecadores. Jesús reacciona y es movido a una gran compasión:

"Jesús... vio a todo ese pueblo y sintió compasión de ellos",...

El buen pastor no los mira desde arriba, sino que les tiene esta compasión que sólo puede tener el que siente como ellos y es, como hombre, uno de ellos. Esto es muy significativo para los pastores de hoy, que muchas veces muestran una lejanía del pueblo, especialmente de los más pobres; muestran una cuota de autoritarismo, poder y riqueza. (Recordemos que dentro de la Iglesia hay divisiones por luchas de poder, con pena lo reconocemos).

"pues eran como ovejas sin pastor".

Se me viene a la mente que la expresión de Jesús: "como ovejas sin pastor" ratifica la crítica a los dirigentes religiosos y políticos de Israel que dispersan y extravían a su pueblo:

"¡Ay de esos pastores que pierden y dispersan las ovejas de mi praderas!
Ustedes han dispersado mis ovejas, y las han echado en vez de preocuparse de ellas. Pero ahora me voy a preocupar de ustedes por todo el mal que cometieron"
(Jeremías 23).

Creo que estas palabras críticas a los pastores es válida para los pastores de hoy: sacerdotes, obispos, cardenales, también políticos, siguiendo el criterio del antiguo Israel.

De los que Jesús tiene compasión es de aquellos que no han encontrado todavía la Comunidad o Iglesia verdadera.
Es cierto que no hay tantas vocaciones sacerdotales y por tanto hay poco sacerdotes. Y algunos de ellos en una grave situación que ha acarreado una gran crisis eclesial.
Pero, en estas circunstancias, pienso que Jesús y su preocupación compasiva por las ovejas sin pastor, no autoriza, hoy día, ninguna queja de ningún creyente, por la falta de sacerdotes o pastores. Hay laicos que a veces llevan más de diez años en la Iglesia y que se les ha entregado el Evangelio, son ellos los que deberían hacerse pastores, consejeros, animadores y profetas en la sociedad que vivimos. Pido, con insistencia, que la Iglesia le dé a los laicos formados en Cristo, esa condición de pastores.

La fuerza que inspira el servicio hacia los demás es la compasión. En nuestra pastoral y compromiso social y político debemos compartir la compasión de Jesús por la multitud que vive como "ovejas sin pastor".


Pbro. Eugenio Pizarro Poblete+
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