El prelado español fue Limosnero Pontificio hasta 2012 Fallece Monseñor Félix del Blanco Prieto, a los 84 años

Fallece Monseñor Félix del Blanco Prieto
Fallece Monseñor Félix del Blanco Prieto

Su currículo incluye un largo servicio en la diplomacia vaticana

Nacido en Mogrovejo, España, el 15 de junio de 1937, Monseñor Félix del Blanco Prieto fue ordenado sacerdote el 27 de mayo de 1961

El Papa Benedicto XVI le llamó para asumir el papel de Limosnero Pontificio, papel que desempeñó a la luz de su larga experiencia en África -explicó Monseñor Félix del Blanco Prieto-, que le marcó y le hizo comprender que la pobreza, que común en los países donde había vivido, "domina geográficamente", "se extiende en el tiempo y en el espacio"

(Vatican News).- Luto en la Iglesia. El sábado 10 de abril, a la edad de 84 años,  en el Policlínico Gemelli de Roma falleció Monseñor Félix del Blanco Prieto. Hasta el 3 de noviembre de 2012, fue Limosnero del Papa, un cargo que, en una entrevista con L'Osservatore Romano, dijo que cumplía en nombre de "una caridad que no hace ruido". "A cada uno -explicó- tratamos de llevar un poco de alegría, ofreciendo un signo de la presencia y atención del Pontífice".  

Un largo servicio a la Iglesia

Nacido en Mogrovejo, España, el 15 de junio de 1937, Monseñor Félix del Blanco Prieto fue ordenado sacerdote el 27 de mayo de 1961. En el Vaticano fue llamado a colaborar con el entonces Secretario de Estado, el cardenal Agostino Casaroli. El 31 de mayo de 1991, el Papa Juan Pablo II le nombró arzobispo titular, pro-nuncio apostólico en Santo Tomé y Príncipe y delegado apostólico en Angola.

Félix del Blanco

Ese mismo año, el cardenal Casaroli presidió su ordenación episcopal. Fue el comienzo de un servicio en la diplomacia vaticana principalmente en África, en 1996 como nuncio en Camerún y luego en Guinea Ecuatorial. En 2003 fue elegido para la sede de Malta y, también en ese año, fue nombrado nuncio apostólico en Libia.

El 28 de julio de 2007, el Papa Benedicto XVI le llamó para asumir el papel de Limosnero Pontificio, papel que desempeñó a la luz de su larga experiencia en África -explicó Monseñor Félix del Blanco Prieto-, que le marcó y le hizo comprender que la pobreza, que común en los países donde había vivido, "domina geográficamente", "se extiende en el tiempo y en el espacio". "Debo decir", afirmó el arzobispo tras sus 16 años en África, "que la gente del continente tiene el deseo de salir de este estado de miseria.

Limosnería

Perfil de un "hombre bueno", por José Manuel Vidal

Monseñor Félix del Blanco es un leonés bueno, prudente e inteligente, nacido en Morgovejo el 15 de junio de 1937. Llega, pues, con 70 años, a uno de los puestos más delicados y preñados de simbolismo. Y se convierte en el español que más cerca va a estar del Papa en una Curia sin apenas españoles, por vez primera en la Historia.

Del Blanco es un nuncio baqueteado. Entró en 1968 en el servicio diplomático vaticano después de una brillante carrera y se curtió en destinos como México, Argentina y Austria. En 1988 dio el salto a Roma de la mano del cardenal Casaroli, Secretario de Estado de tres Papas, maestro de la diplomacia romana y artífice de la ospolitik vaticana de apertura al Este, en los años de la Guerra Fría. A su lado, aprendió monseñor Del Blanco las artes de la diplomacia más antigua del mundo.

Tras el paso de su «protector» a un segundo plano, Del Blanco fue promovido a arzobispo y nombrado nuncio en Santo Tomé y Príncipe. Pasó después a Camerún y Guinea Ecuatorial y culminó su carrera en la delegación apostólica de Malta y Libia, donde sucedió a otro nuncio español de largo recorrido, monseñor Laboa.

A los 70 años alcanzó un puesto apetecible por el que muchos en Roma estarían dispuestos a pegarse. Simplemente porque le va a permitir estar a menudo al lado (físicamente) del Papa. El limosnero es de los pocos eclesiásticos que siempre va en el séquito papal más reducido y, además, forma parte de la Casa Pontificia. Es también uno de los cuatro cargos curiales que no cesa a la muerte del Papa, junto al vicario general de Roma, al cardenal arcipreste de la Basílica de San Pedro y al Secretario para las Relaciones con los Estados.

Papa y pobres

Para ejercer su «oficio» (ministerio de la caridad, dicen en la Curia), monseñor Del Blanco utilizará el dinero de las donaciones. Pero el principal ingreso que nutre las arcas de la Limosnería es la venta de pergaminos bendecidos. Se venden unos 1.500 al día, sobre todo para Latinoamérica, Italia y España. Cuestan 25 euros: personalizados y con sello y foto del Papa. Se pueden pedir por fax, por correo o en mano. Teniendo en cuenta su coste y el número de solicitudes, pueden calcularse los ingresos por este capítulo en unos 37.500 euros al día: 13.687.500 al año. Un capitalito para el limosnero, que recibe con una mano y dona con la otra.

Mientras el Papa fue Jefe de los Estados Pontificios (del año 756 a 1870), siempre iba a su lado un eclesiástico de alto rango y de máxima confianza con una bolsa llena de dinero: el limosnero de Su Santidad. Cuando los pobres se acercaban demasiado o el corazón de Su Santidad se enternecía a la vista de alguna calamidad, hacía un simple gesto y su limosnero abría la faltriquera. A veces, los pobres eran tantos y tan taimados que acababan moliendo a golpes al limosnero y apropiándose de su bolsa.

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