El objetivo de Tucho Fernández será "guardar la fe" y alentar la reflexión teológica en libertad Francisco reconfigura el papel del prefecto de Doctrina de la Fe: ya no se ocupará de investigar los abusos sexuales

Monseñor Víctor Manuel Fernández
Monseñor Víctor Manuel Fernández

Dado el impacto que ha supuesto este mediodía la noticia del nombramiento del ‘teólogo de cabecera’ del papa Francisco como el nuevo prefecto para la Doctrina de la Fe, ha pasado un tanto desapercibido el encargo directo e inequívoco que Jorge Mario Bergoglio le hace al hasta ahora arzobispo de La Plata, Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández, en la carta con la que ha acompañado su designación, y que supone, de hecho, una reconfiguración del papel del prefecto de este Dicasterio

Bergoglio le pide a su discípulo que no se ocupe de las cuestiones de abusos, sino que centre en alentar la investigación y reflexión teológica que sirva para la evangelización y, en definitiva, “guardar la fe”

Dado el impacto que ha supuesto este mediodía la noticia del nombramiento del ‘teólogo de cabecera’ del papa Francisco como el nuevo prefecto para la Doctrina de la Fe, ha pasado un tanto desapercibido el encargo directo e inequívoco que Jorge Mario Bergoglio le hace al hasta ahora arzobispo de La Plata, Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández, en la carta con la que ha acompañado su designación, y que supone, de hecho, una reconfiguración del papel del prefecto de este Dicasterio: Bergoglio le pide a su discípulo que no se ocupe de las cuestiones de abusos, sino que centre en alentar la investigación y reflexión teológica que sirva para la evangelización y, en definitiva, “guardar la fe”.

“Dado que para las cuestiones disciplinarias –relacionadas en especial con los abusos de menores– recientemente se ha creado una Sección específica con profesionales muy competentes, te pido que como Prefecto dediques tu empeño personal de modo más directo a la finalidad principal del Dicasterio que es ‘guardar la fe’”, le pide Francisco a Tucho Fernández en lo que no es, ni mucho menos, una tema baladí, puesto que deslinda ambas cuestiones y les otorga entidad propia, toda vez que hasta ahora algunos habían entendido (y criticado) que la integración de la lucha contra la pederastia en el antiguo Santo Oficio podía suponer una merma tanto en su independencia como un peligro de acabar burocratizando la gestión de las denuncias y que hiciese todavía más doloroso el proceso para las víctimas.

Es bueno que tu tarea exprese que la Iglesia ‘alienta el carisma de los teólogos y su esfuerzo por la investigación teológica’ con tal que ‘no se contenten con una teología de escritorio’, con ‘una lógica fría y dura que busca dominarlo todo’”, le escribe Francisco a su nuevo prefecto, que tomará posesión el próximo mes de septiembre.

“Se trata de 'aumentar la inteligencia y la transmisión de la fe al servicio de la evangelización, de modo que su luz sea criterio para comprender el significado de la existencia, sobre todo frente a las preguntas que plantean el progreso de las ciencias y el desarrollo de la sociedad”, le pide Francisco a monseñor Fernández.

Nos hace falta un pensamiento que sepa presentar de modo convincente un Dios que ama, que perdona, que salva, que libera, que promueve a las personas y las convoca al servicio fraterno”, le indica, y custodiando “la enseñanza que brota de la fe para 'dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan'”. 

El mandato de cambio es, pues, sustancial.

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