El Papa presidió una misa en la sede de los gendarmes en Castel Gandolfo León XIV, a los 'carabinieri': "Respondan al crimen con la fuerza de la ley y la honestidad"

León XIV celebró está mañana la misa en la sede de los Carabineros en Castel Gandolfo y expresó su gratitud por los esfuerzos de la gendarmería italiana para proteger a los peregrinos que visitan Roma durante el Año Jubilar
En su homilía, el Papa destacó "la dedicación, la pureza y la constancia del compromiso con el bien común, que los Carabineros protegen garantizando la seguridad pública y defendiendo los derechos de todos, especialmente de quienes se encuentran en peligro"
León XIV celebró está mañana la misa en la sede de los Carabineros en Castel Gandolfo y expresó su gratitud por los esfuerzos de la gendarmería italiana para proteger a los peregrinos que visitan Roma durante el Año Jubilar, coincidiendo con la reciente celebración del 75.º aniversario de la proclamación de la Virgen fiel, la Virgo fidelis, como Patrona de los Carabineros.
"Expreso mi profunda gratitud por el noble y exigente servicio que el Cuerpo presta a Italia y a sus ciudadanos, así como a la Santa Sede y a los fieles que visitan Roma: pienso especialmente en los numerosos peregrinos de este Año Jubilar", señaló el Papa, quien destacó "la dedicación, la pureza y la constancia del compromiso con el bien común, que los Carabineros protegen garantizando la seguridad pública y defendiendo los derechos de todos, especialmente de quienes se encuentran en peligro".
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"Agradezco a las autoridades presentes, tanto civiles como militares, por lo que hacen en el cumplimiento de sus deberes: ante las injusticias que dañan el orden social, no cedan a la tentación de pensar que el mal puede prevalecer. Especialmente en estos tiempos de guerra y violencia, permanezcan fieles a su juramento: como servidores del Estado, respondan al crimen con la fuerza de la ley y la honestidad. Así, los Carabineros, la Benemérita, se ganarán siempre la estima del pueblo italiano", destacó el Papa en su homilía.

Texto de la Homilía
Queridos hermanos y hermanas:
El Evangelio que hemos escuchado nos revela el auténtico significado cristiano de estas dos palabras. Hermano y hermana son términos de relación, que repetimos a menudo en la liturgia como saludo, como signos de cercanía y afecto. Jesús, el Hijo unigénito de Dios, explica su significado en relación consigo mismo y con su Padre, revelando un vínculo más fuerte que la sangre, porque nos involucra a todos y une a cada hombre y a cada mujer. De hecho, todos somos verdaderamente hermanos y hermanas de Jesús cuando hacemos la voluntad de Dios, es decir, cuando vivimos amándonos unos a otros, como Dios nos ha amado.
Toda relación que Dios experimenta, en sí mismo y por nosotros, se convierte así en un don: cuando su Hijo único se convierte en nuestro hermano, su Padre se convierte en nuestro Padre, y el Espíritu Santo, que une al Padre y al Hijo, viene a morar en nuestros corazones. El amor de Dios es tan grande que Jesús ni siquiera se reserva a su propia madre, entregándonos a María como madre en la hora de la cruz (cf. Jn 19,27).
Oggi alle 9, Papa #LeoneXIV ha celebrato Messa nella cappella della Stazione dei Carabinieri di Castel Gandolfo, di fronte a Villa Barberini dove alloggia in questo periodo di vacanza.#VaticanNewsITpic.twitter.com/dFCJgnoP9L
— Vatican News (@vaticannews_it) July 15, 2025
Solo quienes viven con una entrega tan completa pueden afirmar: «El que hace la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mt 12,50). En particular, estas palabras nos ayudan a comprender que María se convierte en la madre de Jesús porque escucha la palabra de Dios con amor, la acoge en su corazón y la vive fielmente. Por ello, al comentar el pasaje evangélico recién mencionado, san Agustín escribió que «para María es más valioso haber sido discípula de Cristo que haber sido su madre». En efecto, «María fue bienaventurada porque escuchó la palabra de Dios y la puso en práctica» (Sermón 72/A, 7). El sentido de la vida de María se preserva en su fidelidad a la Palabra recibida de Dios: la Palabra de vida que acogió, llevó en su seno y dio al mundo.
Queridos todos, recientemente se celebró el 75.º aniversario de la proclamación de la Virgen fiel, la Virgo fidelis, como Patrona de los Carabineros. Fue desde Castelgandolfo, en 1949, donde mi venerado predecesor, el Papa Pío XII, aceptó esta hermosa propuesta del Comando General de los Carabineros. Tras la tragedia de la guerra, en un período de reconstrucción moral y material, la fidelidad de María a Dios se convirtió así en un modelo para la fidelidad de cada Carabinero a su patria y al pueblo italiano. Esta virtud expresa la dedicación, la pureza y la constancia del compromiso con el bien común, que los Carabineros protegen garantizando la seguridad pública y defendiendo los derechos de todos, especialmente de quienes se encuentran en peligro.
Por lo tanto, expreso mi profunda gratitud por el noble y exigente servicio que el Cuerpo presta a Italia y a sus ciudadanos, así como a la Santa Sede y a los fieles que visitan Roma: pienso especialmente en los numerosos peregrinos de este Año Jubilar.
La devoción a la Virgen Fiel también refleja el lema de los Carabineros, «Fieles a través de los siglos», que expresa el sentido del deber y la abnegación de cada miembro del Cuerpo. Por lo tanto, agradezco a las autoridades presentes, tanto civiles como militares, por lo que hacen en el cumplimiento de sus deberes: ante las injusticias que dañan el orden social, no cedan a la tentación de pensar que el mal puede prevalecer. Especialmente en estos tiempos de guerra y violencia, permanezcan fieles a su juramento: como servidores del Estado, respondan al crimen con la fuerza de la ley y la honestidad. Así, los Carabineros, la Benemérita, se ganarán siempre la estima del pueblo italiano.
En esta Eucaristía, al celebrar la pasión, muerte y resurrección del Señor, es justo y apropiado recordar a los Carabineros que dieron su vida en el cumplimiento del deber. Les encomiendo, como ejemplo, al Venerable Salvo D'Acquisto, Medalla de Oro al Valor Militar, cuya causa de beatificación está en curso. Que en cada misión, la Virgo fidelis los acompañe, velando con amor por cada uno de ustedes, sus familias y su trabajo.
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