El dolor también tuvo su hueco durante la celebración de este Jubileo de los Jóvenes cuando se presentó para segar la vida de dos jóvenes, una española y otra egipcia, cuyo recuerdo atravesó las mentes y corazones del millón de jóvenes que en la Vigilia que celebraron anoche en Tor Vergata, a las afueras de Roma, escucharon el lamento del Papa por la pérdida de estas vidas.
Así, en un momento de la celebración, cuando León XIV respondía a las preguntas que le hacían tres jóvenes, hizo una pausa para recordarlas en medio de un silencio sobrecogedor. "Lo digo esta tarde pensado en dos chicas -señaló el papa Prevost al hilo de una de las respuestas-: María, de 20 años, española, y Pascale, de 18 años, egipcia. Ambas decidieron venir a Roma y la muerte las ha alcanzado en estos días. Recemos juntos por ellas, por sus familias, por sus comunidades. Que Jesús resucitado las acoja en la paz y en el gozo de su Reino. Y les pido también otra oración por otro amigo español, Ignacio González, que ha sido ingresado en el Bambino Giesú. Recemos por su salud".
La joven española era María Cobo, una chica madrileña que falleció este 30 de julio, antes de poder acudir a esta celebración, y que fue recordada también en la misa que la delegación española celebró el pasado viernes en la plaza De San Pedro. "María ya ha cruzado la Puerta Santa", señaló el arzobispo de Madrid, José Cobo, al recordar el testimonio de la joven.
Pascale Rafic, de 18 años, era la joven egipcia que falleció durante su viaje a Roma para participar en el Jubileo de los Jóvenes. Tras conocer la noticia, el Pontífice se puso en contacto con el obispo titular de Tarso y auxiliar de la Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Greco-Melquitas para Egipto, Sudán y Sudán del Sur, Jean-Marie Chami, para expresar su cercanía espiritual a la familia de la joven y a toda la comunidad, según informó la Sala Stampa.