En su opinión, no es la misa en latín lo que divide a la Iglesia, sino la bendición de las parejas homosexuales Müller carga contra 'Fiduccia supplicans': "Relativiza el sacramento del matrimonio"

Cardenal Müller
Cardenal Müller

“He oído de algunos obispos que los católicos que no desean la nueva forma de la liturgia pueden quedarse en casa o unirse a los lefebvrianos”. Así vuelve a reivindicar el cardenal alemán Gerhard Müller la pertinencia de la misa tridentina en una entrevista en EWTN, pocos días después de que el cardenal Leo Burke presidiese en la basílica de Pedro del Vaticano una eucaristía por este rito

En su opinión, no es la misa en latín lo que divide a la Iglesia, sino la bendición de las parejas homosexuales, que, según él, “relativiza el sacramento del matrimonio, que es una verdad revelada”

“He oído de algunos obispos que los católicos que no desean la nueva forma de la liturgia pueden quedarse en casa o unirse a los lefebvrianos”. Así vuelve a reivindicar el cardenal alemán Gerhard Müller la pertinencia de la misa tridentina en una entrevista en EWTN, pocos días después de que el cardenal Leo Burke presidiese en la basílica de Pedro del Vaticano una eucaristía por este rito, permitida por el papa León XIV tras las limitaciones impuestas por Francisco que irritaron a los más tradicionalistas.

Frente a ello, el exprefecto de Doctrina de la Fe abogó por el diálogo, señalando que “debemos ser muy abiertos, hablar con la gente en un buen diálogo, de forma sinodal, para dialogar juntos”.

Creemos. Crecemos. Contigo

En su opinión, no es la misa en latín lo que divide a la Iglesia, sino la bendición de las parejas homosexuales, que, según él, “relativiza el sacramento del matrimonio, que es una verdad revelada”, según recoge en una in formación The Catholic Herald.

También criticó el purpurado alemán lo que –según la misma fuente– considera un creciente relativismo teológico en el enfoque del Vaticano hacia el diálogo interreligioso, condenando la creación de una sala de oración musulmana en el Vaticano, en realidad un espacio en la Biblioteca Apostólica para investigadores musulmanes.

 “El Vaticano es la sede de la Iglesia católica, y permitir el culto no católico allí equivale a una autorrelativización”, afirmó. “Esta decisión parece motivada por el deseo de aparentar ‘apertura’ más que por la reflexión teológica”, aseveró según recoge el Herald.

El propio Vaticano salió a matizar la información, difundida por los medios conservadores y que levantó mucha polvareda en las redes sociales: “Somos una biblioteca universal. Algunos académicos musulmanes nos pidieron una sala con una alfombra para rezar, y se la dimos”, explicó el P. Giacomo Cardinali, vicerrector de la Biblioteca Apostólica.

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