"Sean, pues, agentes de comunión, capaces de romper la lógica de la división y de la polarización; del individualismo y del egocentrismo" Papa: "Jesús nos pide hoy construir otras redes: redes de relaciones, redes de amor, redes de intercambio gratuito"

"Esta es la misión de la Iglesia: ¡anunciar la paz al mundo! La paz que viene del Señor"
"Nuestra misión, vuestra misión, es fomentar una cultura del humanismo cristiano, y hacerlo juntos. Esta es la belleza de la «red» para nosotros"
"No se trata simplemente de generar contenidos, sino de crear un encuentro entre corazones"
"Redes donde se pueda reparar lo que ha sido roto, donde se pueda poner remedio a la soledad, sin importar el número de los seguidores [follower], sino experimentando en cada encuentro la grandeza infinita del Amor"
"No se trata simplemente de generar contenidos, sino de crear un encuentro entre corazones"
"Redes donde se pueda reparar lo que ha sido roto, donde se pueda poner remedio a la soledad, sin importar el número de los seguidores [follower], sino experimentando en cada encuentro la grandeza infinita del Amor"
Tras la eucaristía, presidida por el cardenal Tagle, el Papa León XIV quiso saludar y hacerse presente entre los influencers y misioneros digitales, que llenaban la zona del altar de las bendiciones de la Basílica de San Pedro. Y enviarles a una nueva misión: "Construir otras redes: redes de relaciones, redes de amor, redes de intercambio gratuito" y ser "agentes de comunión, capaces de romper la lógica de la división y de la polarización; del individualismo y del egocentrismo".
Porque, para el Papa Prevost, la misión de la Iglesia es "anunciar la paz al mundo" y " fomentar una cultura del humanismo cristiano, y hacerlo juntos. Esta es la belleza de la «red» para nosotros".
Por eso, añadió bellamente el Papa, "no se trata simplemente de generar contenidos, sino de crear un encuentro entre corazones". "Redes donde se pueda reparar lo que ha sido roto, donde se pueda poner remedio a la soledad, sin importar el número de los seguidores [follower], sino experimentando en cada encuentro la grandeza infinita del Amor".
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Giubileo dei missionari digitali. Chi è padre Heriberto García Arias, il sacerdote con 2 milioni di follower https://t.co/B3bIBOGyx3pic.twitter.com/BeeMZ2T1n9
— 𝐀𝐯𝐯𝐞𝐧𝐢𝐫𝐞 (@Avvenire_Nei) July 29, 2025
Saludo del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, ¡la paz esté con vosotros!
Cuánto necesitamos la paz en estos tiempos nuestros, desgarrados por la enemistad y las guerras. Y cuánto nos llama hoy a dar testimonio el saludo del Resucitado: «¡La paz a vosotros!» (Jn 20,19). La paz esté con nosotros. En nuestros corazones y en nuestras acciones.
Esta es la misión de la Iglesia: ¡anunciar la paz al mundo! La paz que viene del Señor, que venció a la muerte, que nos trae el perdón de Dios, que nos da la vida del Padre, que nos indica el camino del Amor.
1. Es la misión que la Iglesia os confía hoy también a vosotros, que estáis aquí en Roma para vuestro Jubileo, que habéis venido a renovar vuestro compromiso de alimentar con esperanza cristiana las redes sociales y los entornos digitales. La paz necesita ser buscada, anunciada, compartida en todos los lugares; tanto en los dramáticos lugares de guerra, como en los corazones vacíos de quienes han perdido el sentido de la existencia y el gusto por la interioridad, por la vida espiritual. Y hoy, quizás más que nunca, necesitamos discípulos misioneros que lleven al mundo el don del Resucitado; que den voz a la esperanza que nos da Jesús Vivo, hasta los confines de la tierra (cf. At 1,3-8); que lleguen a dondequiera que haya un corazón que espera, un corazón que busca, un corazón que necesita. Sí, hasta los confines de la tierra, hasta los confines existenciales donde no hay esperanza.
2. Hay un segundo desafío en esta misión: buscar siempre la «carne sufriente de Cristo» en cada hermano y hermana que encontremos en Internet. Hoy nos encontramos en una nueva cultura, profundamente caracterizada y formada por la tecnología. Depende de nosotros, de cada uno de vosotros, garantizar que esta cultura siga siendo humana.
La ciencia y la tecnología influyen en nuestra forma de vivir en el mundo, llegando incluso a afectar a nuestra forma de entendernos a nosotros mismos y de relacionarnos con Dios y con los demás. Pero nada de lo que proviene del hombre y de su creatividad debe utilizarse para socavar la dignidad de los demás. Nuestra misión, vuestra misión, es fomentar una cultura del humanismo cristiano, y hacerlo juntos. Esta es la belleza de la «red» para nosotros.
Ante los cambios culturales a lo largo de la historia, la Iglesia nunca ha permanecido pasiva, sino que siempre ha tratado de iluminar cada época con la luz y la esperanza de Cristo, discerniendo el bien del mal y lo que era bueno de lo que había que cambiar, transformar y purificar.

Hoy nos encontramos en una cultura en la que la dimensión tecnológica está presente en casi todo, especialmente porque la adopción generalizada de la inteligencia artificial marcará una nueva era en la vida de las personas y de la sociedad en su conjunto. Este es un reto al que debemos enfrentarnos: reflexionar sobre la autenticidad de nuestro testimonio, sobre nuestra capacidad de escuchar y hablar, y sobre nuestra capacidad de comprender y ser comprendidos. Tenemos el deber de trabajar juntos para desarrollar un modo de pensar y un lenguaje, propios de nuestro tiempo, que den voz al Amor.
No se trata simplemente de generar contenidos, sino de crear un encuentro entre corazones. Esto implicará buscar a quienes sufren y necesitan conocer al Señor, para que puedan sanar sus heridas, levantarse y encontrar sentido a su vida. Sobre todo, este proceso comienza con la aceptación de nuestra propia pobreza, dejando de lado toda pretensión y reconociendo nuestra propia necesidad inherente del Evangelio. Y este proceso es una tarea común.
3. Y esto nos lleva a hacerles un tercer llamado: «vayan a reparar las redes». Jesús llamó a sus primeros apóstoles mientras reparaban sus redes de pescadores (cf. Mt 4,21-22). También nos lo pide a nosotros, es más, nos pide hoy construir otras redes: redes de relaciones, redes de amor, redes de intercambio gratuito, en las que la amistad sea profunda. Redes donde se pueda reparar lo que ha sido roto, donde se pueda poner remedio a la soledad, sin importar el número de los seguidores [follower], sino experimentando en cada encuentro la grandeza infinita del Amor. Redes que abran espacio al otro, más que a sí mismos, donde ninguna «burbuja de filtros» pueda apagar la voz de los más débiles. Redes que liberen, que salven. Redes que nos hagan redescubrir la belleza de mirarnos a los ojos. Redes de verdad. De este modo, cada historia de bien compartido será el nudo de una única e inmensa red: la red de redes, la red de Dios.
Sean, pues, agentes de comunión, capaces de romper la lógica de la división y de la polarización; del individualismo y del egocentrismo. Centraos en Cristo, para vencer la lógica del mundo, de las fake news y de la frivolidad, con la belleza y la luz de la verdad (cf. Jn 8,31-32).

Y ahora, antes de despedirme con la Bendición, encomendando al Señor vuestro testimonio, quiero daros las gracias por todo el bien que habéis hecho y hacéis en vuestras vidas, por los sueños que lleváis adelante, por vuestro amor al Señor Jesús y a la Iglesia, por la ayuda que prestáis a los que sufren, por vuestro camino en las calles digitales.
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