"Poned vuestros talentos al servicio de la misión", clama León XIV El Papa anima a los nuevos movimientos a "extender la unidad, la comunión y la fraternidad" en un mundo "lacerado por la discordia y la violencia"

"¡Mantened siempre en el centro al Señor Jesús! Esto es lo esencial, y los carismas sirven precisamente para esto"
"¡Nadie es cristiano por sí solo!", recordó Prevost, quien abundó en que "somos parte de un pueblo, de un cuerpo que el Señor ha constituido"
"Mantened siempre vivo entre vosotros este impulso misionero: los movimientos también hoy tienen un papel fundamental para la evangelización"
"Mantened siempre vivo entre vosotros este impulso misionero: los movimientos también hoy tienen un papel fundamental para la evangelización"
Este fin de semana, se celebra en Roma el Jubileo de los Nuevos Movimientos, esos grandes grupos de apostolado surgidos tras el Concilio y que, en muchos casos, fueron bendecidos por Juan Pablo II. Algunos de ellos, como los Legionarios de Cristo o el Sodalicio, han vivido momentos de crisis, escándalos y confusión, priorizando los carismas fundacionales o la impronta de sus fundadores al propio Evangelio. Esta mañana, durante su encuentro con ellos, León XIV finalizó su discurso con esta advertencia: "¡Mantened siempre en el centro al Señor Jesús! Esto es lo esencial, y los carismas sirven precisamente para esto".
"El carisma es funcional al encuentro con Cristo, al crecimiento y a la maduración humana y espiritual de las personas, a la edificación de la Iglesia. En este sentido, todos estamos llamados a imitar a Cristo, que se despojó de sí mismo para enriquecernos. Así, quien persigue con otros un fin apostólico o quien es portador de un carisma está llamado a enriquecer a los demás, despojándose de sí mismo. Y esto es fuente de libertad y de gran alegría", finalizó el Papa.
Antes, Prevost puso en valor estas realidades que representan "a miles de personas que viven su experiencia de fe y su apostolado en asociaciones, movimientos y comunidades". "La Iglesia os está agradecida por todo el bien que hacéis", abordó el Papa, quien incidió en las profundas diferencias entre las distintas realidades asociativas.

"¡Nadie es cristiano por sí solo!", recordó Prevost, quien abundó en que "somos parte de un pueblo, de un cuerpo que el Señor ha constituido". Así, añadió, citando a San Agustín, "la vida cristiana no se vive en aislamiento, como si fuera una aventura intelectual o sentimental, confinada en nuestra mente y en nuestro corazón. Se vive con los demás, en un grupo, en una comunidad, porque Cristo resucitado se hace presente entre los discípulos reunidos en su nombre".
Centrándose en los carismas, "el carisma de un fundador o de un grupo de iniciadores, o el carisma inspirado en el de un instituto religioso", León XIV recordó que "los carismas son suscitados para que esta gracia sea acogida y dé fruto". Pero, con dos matices, que están comenzando a formar parte del corpus comunicativo de Prevost: "la unidad y la misión", que "son dos pilares de la vida de la Iglesia y dos prioridades del ministerio petrino".

"Por eso, invito a todas las asociaciones y movimientos eclesiales a colaborar fiel y generosamente con el Papa, sobre todo en estos dos ámbitos", añadió. En primer lugar, "siendo levadura de unidad", que ha de "extenderse por todas partes: en la comunión con los Pastores de la Iglesia, en la cercanía con las otras realidades eclesiales, haciéndonos cercanos a las personas que encontráis, de modo que vuestros carismas permanezcan siempre al servicio de la unidad de la Iglesia y sean ellos mismos «levadura de unidad, de comunión, de fraternidad» en un mundo tan lacerado por la discordia y la violencia".
En segundo lugar, "la misión" que, reconoció, "ha marcado mi experiencia pastoral y ha moldeado mi vida espiritual", y también la de las nuevas realidades eclesiales. "Mantened siempre vivo entre vosotros este impulso misionero: los movimientos también hoy tienen un papel fundamental para la evangelización", glosó el Papa. "Se trata de un patrimonio que hay que hacer fructificar, permaneciendo a la escucha de la realidad actual con sus nuevos desafíos".
"Poned vuestros talentos al servicio de la misión, tanto en los lugares de primera evangelización como en las parroquias y en las estructuras eclesiales locales, para llegar a tantos que están lejos y, a veces sin saberlo, esperan la Palabra de vida", finalizó.
Etiquetas