L'Espresso desvela el 'modus operandi' del prelado fulminado por Francisco Paraísos fiscales, empresas de sus hermanos... Así desviaba Becciu los fondos vaticanos para inversiones inmobiliarias opacas

La investigación de L'Espresso pone en las cuerdas a Becciu
La investigación de L'Espresso pone en las cuerdas a Becciu

El entramado de los hermanos Becciu fue generando gradualmente “un enorme abismo” en las cuentas de la Santa Sede, que alcanzó los 454 millones de euros, según revela en una extensa investigación el semanario L'Espresso

Todo comienza a derrumbarse cuando el director del IOR, Gian Franco Mammi, recibió una petición de 150 millones de euros por parte de Becciu, con la justificacion de “motivos institucionales”. El gestor informó al Papa Francisco, quien ordenó una investigación que ha acabado con la defenestración del purpurado

El cardenal Becciu ha caído en desgracia. La investigación ordenada por el Papa Francisco demuestra cómo el entramado de empresas dependiente del hasta ayer prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos (y antaño 'número tres' del Vaticano) fue generando gradualmente “un enorme abismo” en las cuentas de la Santa Sede, que alcanzó los 454 millones de euros, según revela en una extensa investigación el semanario L'Espresso.

Y es que, según apunta el rotativo italiano, Becciu y su entorno tejieron una red de desvío de dinero que, durante años, pasó inadvertida a los ojos de la Santa Sede. Y los pocos que quisieron advertir al Papa fueron convenientemente purgados por la engrasada máquina curial. Ahora, Bergoglio ordenó “puño de hierro” contra corruptos y corruptores. Y la investigación ha dado resultados tan graves que ha acabado con la carrera eclesiástica de quien fuera Sustituto de la Secretaría de Estado entre 2011 y 2018.

Empresas de sus hermanos

Según informa L'Espresso, Becciu utilizaba el dinero proveniente de la Conferencia Episcopal italiana y del Óbolo de San Pedro en varias cooperativas y empresas, cuyos propietarios eran sus hermanos. De hecho, demuestran los documentos, “secuestró” varias veces fondos de esas instituciones para la cooperativa 'Spes', cuyo propietario y representante legal era Tonino Becciu, hermano del ya ex cardenal.

Portada de L'Expresso

Tal y como revela el semanario, lo hizo hasta en tres ocasiones: la primera, en septiembre de 2013, 300.000 euros para ampliar el negocio y modernizar el horno; la segunda, en enero de 2015, asignando otros 300.000 euros a las arcas de la cooperativa después de un incendio ; la tercera y última se produjo en abril de 2018, con cien mil euros no reembolsables.

El 'modelo Becciu' empezó en Angola y Cuba

No era la primera vez que los hermanos Becciu hacían algo similar. Durante los años de Nuncio en Angola o Cuba, una empresa de otro hermano del cardenal, Francesco, dedicada a la carpintería, amuebló y modernizó muchas iglesias. En aquella época, no había ningún tipo de control sobre los contratos, lo que permitió la contratación 'a dedo'.

Otro hermano de Becciu, Mario, profesor de psicología en la Universidad Salesiana de Roma, posee el 95% de las acciones de 'Angel's, srl', una empresa dedicada a la distribución de alimentos y bebidas (especialmente cerveza). Utilizando el mercado solidario (como ya hiciera 'Spes'), la empresa embotelló la 'Birra Pollicina' una cerveza que ya no se encuentra en el mercado. Una parte de los ingresos de la misma debía ir a Cáritas Italia, que nunca vio un euro.

160 millones para Sloane Square

Todas las empresas basaban su trabajo en flujos de dinero difíciles de rastrear. Un dinero que, tal y como demuestran los documentos que publica L'Espresso, se reinvirtieron en capitales inmobiliarios y financieros, generando “un enorme abismo”un agujero en las cuentas vaticanas de unos 454 millones de euros. Entre ellos, los 160 millones destinados para la compra del palacio de Sloane Square en Londres.

Y es que Becciu siguió un 'modus operandi', en el que era clave el financiero Enrico Crasso, al que conoció en una infructuosa operación de adquisición de petróleo angoleño. La empresa de Crasso (Sogenel Holding primero, y Azimut después) dirigió las inversiones vaticana hacia fondos especulativos, con residencia en paraísos fiscales. 

Tal y como plantea el semanario, las empresas pantalla del 'modelo Becciu' se radicaban en Luxemburgo, Malta o Asia, asegurando a “las inversiones institucionales de la Secretaría de Estado, en el pasado, una amplia capacidad de ocultación y tránsito: el caso de la compra y la venta del Palacio de Londres es la última historia de una serie de inversiones en las que la Santa Sede ha gestionado mal y ha perdido mucho, dejando en la calle cientos de millones de euros. Todo esto nació no sólo de una mala gestión, sino de un plan consolidado detrás del Papa Francisco, en el que el Cardenal Becciu prefirió mantener sus intereses privado (…) antes que cumplir con la clara política del Vaticano".

De acuerdo con este esquema, la polémica compra del palacio de Londres es un paso más en el proceso de 'blanqueo' de fondos, que chocaba frontalmente con la política de transparencia y lucha contra la corrupción del Papa Francisco.

Bergoglio se llevó las manos a la cabeza y, poco después, Becciu era 'ascendido' a la fábrica de santos, y apartado de las responsabilidades financieras directas de la Santa Sede. Y ordenaba una investigacion que aún no ha concluido pero que, por lo que parece, habría podido demostrar irregularidades tan graves que han acabado con la defenestración de Becciu

Investigación vaticana

Todo comienza a derrumbarse cuando el director del IOR, Gian Franco Mammi, recibió una petición de 150 millones de euros por parte de Becciu, con la justificacion de “motivos institucionales”. Por primera vez en mucho tiempo, Mammi se dirigió directamente al Papa para preguntarle si estaba al corriente de los movimientos interbancarios del entonces Sustituto de la Secretaría de Estado.

Bergoglio se llevó las manos a la cabeza y, poco después, Becciu era 'ascendido' a la fábrica de santos, y apartado de las responsabilidades financieras directas de la Santa Sede. Y ordenaba una investigacion que aún no ha concluido pero que, por lo que parece, habría podido demostrar irregularidades tan graves que han acabado con la defenestración de Becciu.

Entre las reacciones más sorprendentes (o tal vez no tanto, contemplando cómo ha ido evolucionando la polémica) ha sido la del cardenal Pell, otrora máximo responsble de la Economía de la Santa Sede, y que vio truncada su carrera por unas acusaciones de abusos por las que fue condenado en primera instancia, y absuelto en segunda.

Desde Australia, Pell declaraba lo siguiente: “El Santo Padre fue elegido para limpiar las finanzas vaticanas. Juega un partido largo y es de agradecer y felicitar por los recientes acontecimientos. Espero que la limpieza de los establos continúe tanto en el Vaticano como en Victoria”. Queda mucho por contar.

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