León XIV recibió al Grupo de Trabajo sobre el Diálogo Intercultural e Interreligioso del Parlamento Europeo "Las instituciones europeas necesitan personas que sepan vivir una laicidad sana"

El Papa, durante su encuentro con el Grupo de Trabajo sobre el Diálogo Intercultural e Interreligioso del Parlamento Europeo, subrayó que “promover el diálogo entre culturas y religiones es un objetivo clave para un político cristiano” y recordó que, gracias a Dios, “no faltan personas que han dado un buen testimonio en este sentido”
"¡Qué importante es hoy dar valor y sentido a las relaciones humanas!"
| Déborah Castellano
(Vatican Media).- “Las instituciones europeas necesitan personas que sepan vivir una laicidad sana, es decir, un estilo de pensamiento y de acción que afirme el valor de la religión, preservando la distinción —no separación ni confusión— respecto al ámbito político.”
Con estas palabras, el Papa León XIV se dirigió este lunes en el Vaticano al Grupo de Trabajo sobre el Diálogo Intercultural e Interreligioso, una iniciativa del Parlamento Europeo.
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El Pontífice comenzó agradeciendo la labor del grupo y expresó su deseo de que su esfuerzo “dé mucho fruto”. Subrayó que “promover el diálogo entre culturas y religiones es un objetivo clave para un político cristiano” y recordó que, gracias a Dios, “no faltan personas que han dado un buen testimonio en este sentido”.
Enraizados en el Evangelio y sus valores
Ser hombres y mujeres de diálogo, destacó el Papa, significa permanecer profundamente enraizados en el Evangelio y en los valores que de él se desprenden, y al mismo tiempo “cultivar la apertura, la escucha y el diálogo con quienes provienen de otros horizontes”.
Esto exige, añadió, “poner siempre en el centro a la persona humana, su dignidad y su naturaleza relacional y comunitaria”.
El Papa explicó que participar en el diálogo interreligioso implica reconocer que la religión tiene un valor tanto personal como social. Recordó que la misma palabra “religión” “remite a la noción de vínculo como elemento originario de lo humano”. Por eso, cuando la dimensión religiosa es “auténtica y bien cultivada”, puede enriquecer las relaciones interpersonales y ayudar a las personas a “vivir en comunidad y en sociedad”.
“¡Y qué importante es hoy —subrayó el Santo Padre— dar valor y sentido a las relaciones humanas!”.

Laicidad sana: distinguir sin separar
En esta línea, reiteró que “las instituciones europeas necesitan personas que sepan vivir una laicidad sana, un estilo de pensamiento y acción que afirme el valor de la religión, pero que al mismo tiempo preserve la distinción —sin separar ni confundir— con la esfera política”. En este contexto, evocó las figuras de Robert Schuman, Konrad Adenauer y Alcide De Gasperi como ejemplos de líderes inspirados en esta visión.
Finalmente, León XIV agradeció al grupo por su compromiso en la promoción del diálogo y el respeto entre todos, y les impartió su bendición junto a sus tareas.

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