El Papa vuelve a pedir en la audiencia general que "la paz llegue cuanto antes" Francisco: "Esta Nochebuena, pensemos en los niños de Ucrania, ellos traen sobre sí mismos el peso de esta guerra"

Francisco, durante la catequesis
Francisco, durante la catequesis

"Pensemos en tantos niños de Ucrania que están sufriendo tanto por esta guerra, en esta noche en que Dios que se hace niño, pensemos en los niños de Ucrania. Cuando me los he encontrado aquí, he visto que no logran sonreír, y cuando un niño no sonríe, es que algo grave pasa"

Nueva catequesis sobre el discernimiento, tema muy querido para el papa Francisco y en el que ha querido introducir también al común de los fieles, porque “cada día, lo queramos o no, realizamos actos de discernimiento, en lo que comemos, leemos, en el trabajo, en las relaciones”, y si no elegimos nosotros, “al final es la vida la que elige por nosotros, llevándonos donde no quisiéramos”

"El Espíritu Santo es el gran desconocido. ¿Ustedes le rezan? Para nosotros, es algo como una persona que no cuenta, cuando es aquel que te da vida en el alma, déjenlo entrar, hablen con él, como hablan con el Padre y el Hijo"

"Pensemos en tantos niños de Ucrania que están sufriendo tanto por esta guerra, en esta noche en que Dios que se hace niño, pensemos en los niños de Ucrania. Cuando me los he encontrado aquí, he visto que no logran sonreír, y cuando un niño no sonríe, es que algo grave pasa. Y es que estos niños traen sobre sí mismos la tragedia de esta guerra, que es tan inhumana y dura... Un pueblo ucraniano sin luz, ni calefacción, sin lo básico para sobrevivi... Recemos para que le llegue la paz cuanto antes".

De nuevo, Ucrania en el pensamiento del papa Francisco, esta vez en la audiencia general de este miércoles, 21 de diciembre. Esas fueron las palabras que, dirigiéndose a los fieles congregados en el Aula Pablo VI, dirigió tras la catequesis, aludiendo a la situación en el país invadidlo por Rusia hace 301 días. Pero no fueron las únicas. Al saludar a los peregrinos polacos, el Papa recordó que, "según vuestra tradición en Nochebuena, dejáis un sitio vacío en la mesa para un invitado inesperado. Este año estará ocupado por la multitud de refugiados de Ucrania a quienes habéis abierto las puertas de vuestras casas con gran generosidad", le dijo, agradeciéndoles su actitud de acogida.

El Papa, en el saludo a los asistentes
El Papa, en el saludo a los asistentes

En cuanto a la catequesis, de nuevo el tema fue el del discernimiento, muy querido para el papa Francisco y en el que ha querido introducir también al común de los fieles, porque “cada día, lo queramos o no, realizamos actos de discernimiento, en lo que comemos, leemos, en el trabajo, en las relaciones”, y si no elegimos nosotros, “al final es la vida la que elige por nosotros, llevándonos donde no quisiéramos”.  

En este sentido, el Papa invitó a considerar “algunas ayudas que pueden facilitar este indispensable ejercicio de la vida espiritual”, empezado por “la confrontación con la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia”, puesto que “nos ayudan a leer lo que se mueve en el corazón, aprendiendo a reconocer la voz de Dios y a distinguirla entre otras voces”. "La Palabra de Dios no se impone, es discreta, nos pacifica", señaló.

Francisco, a su llegada a la audiencia general
Francisco, a su llegada a la audiencia general

“Para el creyente, la Palabra de Dios no es simplemente un texto para leer, es una presencia viva, obra del Espíritu Santo que conforta, instruye, da luz, fuerza, descanso y gusto por vivir. Es un auténtico anticipo de paraíso”, señaló. "La voz de Dios es humilde y pacificadora", improvisó.

Una relación afectiva con Jesús

“Esta relación afectiva con la Escritura lleva a vivir una relación afectiva con el Señor Jesús, y esta es otra ayuda indispensable y no descontada”, porque “muchas veces podemos tener una idea distorsionada de Dios, considerándolo como un juez hosco, severo, preparado para vernos fallar. Jesús, al contrario, nos revela un Dios lleno de compasión y de ternura, preparado a sacrificarse a sí mismo para encontrarnos, precisamente como el padre de la parábola del hijo pródigo”. "La Palabra de Dios te cambia la vida, lo he visto tantas veces", volvió a improvisar mirando a la abarrotada Aula Pablo VI.

Vista del Aula Pablo VI
Vista del Aula Pablo VI

“Otra gran ayuda -abundó Francisco, el don del Espíritu Santo, presente en nosotros, que nos instruye, hace viva la Palabra de Dios que leemos, sugiere significados nuevos, abre puertas que parecían cerradas indica sendas de vida allí donde parecía que hubiera solo oscuridad y confusión. El Espíritu Santo es discernimiento en acción, presencia de Dios en nosotros, es el don más grande que el Padre asegura a aquellos que lo piden”. "El Espíritu Santo es el gran desconocido. ¿Ustedes le rezan? Para nosotros, es algo como una persona que no cuenta, cuando es aquel que te da vida en el alma, déjenlo entrar, hablen con él, como hablan con el Padre y el Hijo", volvió a improvisar, haciendo apostillas a su catequesis.

Finalmente, Francisco aseveró que “el discernimiento tiene el objetivo de reconocer la salvación que el Señor ha obrado en mi vida, me recuerda que nunca estoy solo y que, si estoy luchando, es porque lo que está en juego es importante. Con estas ayudas, que el Señor nos da, no debemos temer”.

Los fieles escuchan la catequesis de Francisco
Los fieles escuchan la catequesis de Francisco

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