El obispo de Lleida participa desde Roma en un curso de formación para nuevos obispos Daniel Palau: "El obispo es artífice de comunión, y no puede dejar de serlo"

Daniel Palau
Daniel Palau Agencia FLAMA

Los obispos catalanes Xabier Gómez, Josep-Lluís Serrano y Daniel Palau participan hasta este jueves 11 de septiembre en un curso de presentación de la realidad universal de la Iglesia, en Roma, dirigido a los obispos católicos ordenados este último año

Lo explica Palau a Flama, quien antes de saludar este jueves al papa León XIV ha podido conocer a otros prelados de todo el mundo, así como el trabajo que se hace en los diversos dicasterios de la Santa Sede

(Agencia FLAMA).- Rodeados de obispos argentinos, chilenos, peruanos, etíopes o franceses, entre otras muchas nacionalidades, los obispos catalanes Xabier Gómez, Josep-Lluís Serrano y Daniel Palau —este último siendo el último de los 3 que accedió al episcopado catalán como obispo de Lleida, el pasado sábado 19 de julio—, participan hasta este jueves 11 de septiembre en un curso de presentación de la realidad universal de la Iglesia, en Roma, dirigido a los obispos católicos ordenados este último año.

Durante estos días, todos ellos —cerca de 200— han asistido a conferencias sobre la aplicación de la esperanza en ámbitos como la vida religiosa, la juventud y el episcopado, coincidiendo con la celebración del Jubileo de la Esperanza. Así lo explica Palau a Flama, quien antes de saludar este jueves al papa León XIV ha podido conocer a otros prelados de todo el mundo, así como el trabajo que se hace en los diversos dicasterios de la Santa Sede.

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-¿Qué objetivo tiene este curso en que ha participado?

-El curso tiene un doble objetivo. El primero y, para mí, el más importante, es el de empezar a tejer relaciones dentro del colegio episcopal. Son muchas las procedencias y el número de participantes este 2025 no ha sido nada pequeño, puesto que poco ha faltado para llegar a los 200 obispos. Las estadísticas y las cantidades no son lo más importante; de hecho, el objetivo de este curso, como decimos, no es el de reforzar la idea de un colectivo, el colegio episcopal, como grupo cerrado y hermético, sino, más bien, el de mostrar la evidencia de su realidad, es decir, su humanidad a través de la cual Dios actúa y actuará por la fuerza del Espíritu Santo. Por eso, una de las prioridades de este curso es la de provocar el conocimiento entre quienes forman parte, desde nuestra ordenación, del colegio episcopal.

Obispos catalanes en Roma asisten al curso de formación de nuevos obispos
Obispos catalanes en Roma asisten al curso de formación de nuevos obispos

¿Han tenido ocasión de conocer los diferentes organismos de gobierno de la Santa Sede?

-En efecto, el segundo objetivo del curso es la presentación de los varios dicasterios de la curia romana, la cual, desde la constitución evangélica Predicate evangelium, publicada por el papa Francisco el 19 de marzo de 2022, se marca el objetivo de la evangelización. Así es cómo los principales dicasterios han propuesto este curso, enlazándolo con el Jubileo de la Esperanza.

-Y usted, personalmente, ¿cómo ha vivido estos 10 días, que culminarán estrechándole la mano al Papa?

-Entre otros elementos, destaco que el factor de la juventud me ha ayudado a vivir estos días con intensidad. Hablo de este factor no solo por la edad de muchos de los participantes, sino también por el hecho de la canonización de Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, dos jóvenes que han mostrado en la Iglesia el reto y la posibilidad de la santidad. Todos estamos llamados a ser santos y todos tenemos nuestro propio camino: el primero, desde la acción católica, y, el segundo, desde las redes sociales de internet. Los dos están hechos desde un amor grande a la Eucaristía. Vivir la canonización de estos cristianos fue un motivo de gran esperanza para reconocer que es Dios quien nos llama a la santidad y tiene pensado para cada uno de nosotros un camino.

-¿Qué diría de la relación que ha podido establecer estos días con otros obispos de todo el mundo?

-Es un aspecto gratificante de este encuentro formativo. El buen ambiente se ha combinado extraordinariamente con el gozo de una sana amistad y de un reconocimiento humilde de las dificultades que la Iglesia tiene ante el mundo, pero también de un fuerte deseo de no desistir en el hecho de ser sembradores de esperanza allá donde estamos. Esta relación será confirmada por el recibimiento que León XIV nos ofrecerá este jueves 11 de septiembre. El colegio episcopal no prescinde de ninguna de las maneras de su jefe: cum Petro te sub Petro es la expresión clásica que viene a confirmar el deseo que todo ministerio, también y todavía más el episcopal, es y está llamado a ser ministerio de comunión. El obispo es artífice de comunión, y no puede dejar de serlo, porque su misión es expresar y vivir con confianza el don del Amor recibido por la fuerza del Espíritu Santo.

-¿El proceso sinodal que vive la Iglesia católica también ha estado presente en estas sesiones de trabajo?

-Un motivo de reflexión en los diferentes grupos de trabajo ha sido obviamente el de la sinodalidad. Este estilo propio de la Iglesia no es un elemento accidental, sino lo contrario. La sinodalidad se convierte y está llamada a acontecer cultura. La Iglesia se entiende desde la mutua relación entre bautizados, hasta llegar a una comprensión de la diferencia que los ministerios comportan, pero siempre como un elemento enriquecedor y no como un obstáculo para ser la Iglesia que Dios quiere que seamos. La sinodalidad no se desata del llamamiento a la esperanza, puesto que la verdadera esperanza es Jesucristo y la sinodalidad tiene por objetivo andar juntos hacia Él.

Curso nuevos obispos en Roma
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