El rector de Sant Cugat del Vallès declara vivir en "uno de los entornos eclesiales más privilegiados" Emili Marlés: "Si la feligresía ve curas felices y misas preparadas y con 'flow', tenemos mucho que ganar"

Emili Marlés
Emili Marlés Agencia FLAMA

Durante 7 años, el barcelonés Emili Marlés (1973) ha encontrado en Sant Cugat del Vallès un lugar en el mundo donde poner en práctica muchas ideas que han circulado por su mente desde que es cura

Marlés es una molécula más, dice, "en uno de los entornos eclesiales más privilegiados de Cataluña"

(Agencia FLAMA).- Durante 7 años, el barcelonés Emili Marlés (1973) ha encontrado en Sant Cugat del Vallès un lugar en el mundo donde poner en práctica muchas ideas que han circulado por su mente desde que es cura, años después de que se despertara en él la de licenciarse en Física por la Universidad de Barcelona. Responsable de encender la luz de la evangelización a numerosos colectivos de la diócesis de Terrassa desde hace dos años, y, este 2025, autor de una obra que pone luz histórica a 23 obras de arte sobre san Benito y expuestas desde tiempos inmemoriales en el monasterio santcugatense, donde se encuentra la parroquia de Sant Pere d’Octavià, Marlés es una molécula más, dice, “en uno de los entornos eclesiales más privilegiados de Cataluña“.

Una molécula que comparte piso con otros curas en la Casa Abacial de al lado de la antigua abadía benedictina. La misma desde la que radiografía, por un lado, una población “con muchos talentos cristianos, como por ejemplo el de las escuelas religiosas que hay”, y que lo acogió después de pasar por la parroquia del Sant Esperit de Terrassa, y, por otro, “la capacidad de poder trabajar conjuntamente, desde el plano parroquial, con sensibilidades diversas, sin crear islas autónomas, como si estuviéramos en una pequeña arca de Noé“, mantiene.

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Estos son algunos de los ingredientes que han llevado a tener cada día “misas de 100 o 200 feligreses”, así como eucaristías dominicales con más de 2.000 personas, en el contexto de una población que frota los 100.000 habitantes y “no tiene mucha oferta parroquial más que la que se pueda ofrecer desde aquí”, prosigue. “A pesar de esto, las cifras pueden ser más optimistas“, agrega, “puesto que todavía tenemos que llegar a más fieles”.

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"A pesar de esto, las cifras pueden ser más optimistas"

Mientras “se tiene calculado que cada 15 días siempre hay alguien nuevo que llama a la puerta de la parroquia para introducirse en nuestra relación de fe con Jesucristo”, Marlés ha observado estos años el crecimiento de unas actividades que, tratando de adaptarse a cada feligrés, han personalizado más el ingreso de feligreses de todas las edades a Sant Pere d’Octavià. “Nos comparan con entornos eclesiales que pueden estar ubicados en lugares, en Cataluña, con altos niveles adquisitivos, pero aquí, si bien hay un buen nivel de vida, también tenemos índices de multiculturalidad y pobreza que se intentan trabajar”, tal como confirma este presbítero.

Una de estas acciones es Life Teen, un “revolucionario método de catequesis de los Estados Unidos que está transformando el corazón de muchos jóvenes en todo el planeta”, señala el cura, y que Marlés descubrió en un viaje hecho a Atlanta para mejorar el inglés, en 2011. Así mismo, como esta, han sido diversas las tareas pastorales que desde Sant Cugat han procurado tener desembocadura en eucaristías “preparadas concienzudamente, con muchos voluntarios, con escaletas parecidas a las de un programa de radio, con curas felices y, sobre todo, con buena química y flow“, asegura el barcelonés, para quien es crucial “crear climas de aprecio y fraternidad, mientras la secularización, en tiempo como los actuales, nos continúa mirando desde la calle”.

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