(Pepe Mallo).- Centrifugadora: Máquina que usa la fuerza centrífuga; energía que impulsa hacia afuera, que aleja del centro. Se me ocurre este símil por analogía. La Iglesia pivota sobre tres goznes: Dogmas, Derecho Canónico y Catecismo. Son el motor-rotor del sistema. Motor que gira y gira, inalterable, sobre estos cardinales ejes, centrifugando:
- Centrifuga cuando con excomuniones, anatemas y censuras arroja de sí a quien no se somete a sus inflexibles códigos canónicos o inamovibles e inmutables criterios teológicos.
- Centrifuga al excluir de la comunión a quien intenta rehacer su vida tras un fracaso matrimonial, por más que se diga que no está excomulgado y le infundan ciertas esperanzas, "con condiciones".
- Centrifuga relegando y marginando a la mujer y a homosexuales y transexuales, más por obsesivas motivaciones sexistas que por legítimos supuestos doctrinales.
- Centrifuga de modo inclemente, inhumano e injusto a algunos sacerdotes por la única razón de que un día decidieron tomar, por coherencia interior, la "opción personal, libre y responsable" de contraer matrimonio; es decir, iniciar un nuevo proyecto de vida cristiana con una mujer...
Y un prolongado etcétera de centrifugaciones.
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