Hasta ahora, ninguna cervecera trapense belga se había atrevido con este envase Los monjes de de Notre-Dame de Scourmont lanzan la primera cerveza trapense en lata de Bélgica

Los monjes de la abadía belga de Notre-Dame de Scourmont, donde se elabora la cerveza Chimay desde hace 175 años, han sacado al mercado la primera trapense en lata de la historia de Bélgica, en una apuesta por modernizar los formatos y llegar al público joven.

La elaboración de este tipo de cerveza, o al menos su supervisión, corre a cargo de miembros de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia, también conocida como la Orden Trapense, una comunidad monástica católica que sigue la regla de San Benito, centrada en la oración, el trabajo manual y la vida comunitaria.

En Bélgica se encuentran cinco de las trece cerveceras trapenses del mundo, dos en el norte flamenco (Westvleteren y Westmalle) y tres en el sur valón (Chimay, Orval, Rochefort), un orgullo para ese país de 11,4 millones de habitantes y una de las grandes tradiciones gastronómicas belgas, junto a los bombones, los mejillones, los gofres o las patatas fritas.

A ellas se suma Achel, que perdió el sello oficial de la Asociación Internacional Trapense (ITA) en 2021 porque la abadía se quedó sin monjes, pero la empresa sigue elaborando sus cervezas siguiendo la misma receta.

Hasta ahora, ninguna cervecera trapense belga se había atrevido a envasar una de sus cervezas en lata metálica.

De hecho, Chimay probó el nuevo formato en Estados Unidos y Japón, mercados considerados más maduros para este tipo de envase, antes de lanzarlo en Bélgica, donde espera seducir a consumidores menores de 45 años.

Antes lo habían intentado la extinta cervecera Spencer Trappist Ale en Estados Unidos o la neerlandesa La Trappe, en producciones limitadas y dirigidas al mercado estadounidense, siempre fuera del pequeño país centroeuropeo.

"Hasta ahora, ninguna cervecera trapense belga se había atrevido a envasar una de sus cervezas en lata metálica"

En Bélgica, la cerveza se consume en un 50 % en botella, un 21 % de barril y un 29 % en lata, pese a que ese último formato ofrece mejor protección contra la luz que el vidrio, lo que preserva la calidad de la cerveza.

«El desafío era evaluar si un lanzamiento así no iba a dañar la marca. No queríamos asustar a nuestros consumidores actuales, pero sí atraer a personas que quizá prueben una Chimay por primera vez en su vida, en lata», explicó al diario Le Soir el director general de la cervecera, Pierre-Louis Dhaeyer, cuyo consejo de administración sigue incluyendo a los monjes.

Chimay ofrecerá lata de 33 centilitros tres variedades de cerveza: la Dorée (4,8 % de alcohol), la Rouge (7 %) y la Triple (8 %).

El siguiente paso natural sería lanzar una trapense sin alcohol, el segmento de las cervezas que mayor crecimiento registra.

Chimay ha experimentado con recetas cero-cero, pero no ha dado aún con la fórmula adecuada para un giro tan arriesgado.

«Sólo la lanzaremos cuando esté verdaderamente lograda», concluyó Dhaeyer.