José Alegre Prólogo de futuro

(José Alegre, abad de Poblet).- María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido... Ella vive con Jesús completamente transfigurada, y todas las criaturas cantan su belleza. Es la Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Elevada al cielo, es Madre y Reina de todo lo creado. En su cuerpo glorificado, junto con Cristo resucitado, la creación obtiene toda la plenitud de su hermosura. Ella no sólo guarda en el corazón toda la vida de Jesús que "conservaba cuidadosamente", sino que también comprende ahora el sentido de las cosas. Por eso podemos pedirle que nos ayude a mirar este mundo con ojos más sabios. (Laudato si 241)

Con estas palabras inspiradas en el Apocalipsis, (12.1-3s) el Papa Francisco acaba su encíclica sobre el medio ambiente, y que todavía completa en una referencia interesante a María y a nosotros mismos:

Al final nos encontraremos cara a cara frente a la infinita belleza de Dios (1Cor 13,12) y podremos leer con feliz admiración el misterio del universo, que participará con nosotros de la plenitud sin fin. Sí, estamos viajando hacia el sábado de la eternidad, hacia la casa común del cielo. Jesús nos dice: Yo hago nuevas todas las cosas. La vida eterna será un asombro compartido, donde cada criatura, luminosamente transformada, ocupará su lugar y tendrá algo que aportar a los pobres definitivamente liberados.

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