La clarisa rompe su silencio, un año después: "Han roto con la Iglesia" Sor Amparo, la monja que abandonó Belorado: "Aquello era una secta"

Sor Amparo, la monja que abandonó Belorado: "Aquello era una secta"
Sor Amparo, la monja que abandonó Belorado: "Aquello era una secta" COPE

"Isabel se ha autoproclamado la autoridad y no tiene ninguna autoridad para hacer lo que ha hecho. No se somete a nada ni a nadie, pero quiere que todos se le sometan, y eso no es Dios"

"Dejabas tu casa y a las hermanas, y no me dejaron despedirme de ellas. Eso fue lo que más me dolió"

"No se les ha dicho la verdad. Al contrario, cuantas veces se dicen las verdades a medias o se miente, pero con la mejor finura. Conozco el percal"

"Decidí marcharme porque aquello era una secta, francamente". Sor Amparo, la monja clarisa que 'abandonó' hace un año Belorado después de la deriva cismática marcada por su superiora, ha roto su silencio. En declaraciones a La Linterna de la Cope, la religiosa quiso contar su versión, en primera persona, del folletín que en estos días ha vivido sus últimos coletazos, a la espera del desahucio de las excomulgadas, y con la preocupación de las cinco religiosas mayores, todavía bajo custodia de las cismáticas.

"Así no se podía vivir, contra la Iglesia, contra todo, no podía ser", declara sor Amparo, quien recuerda con tristeza la alianza de sus antiguas compañeras con la Pía Unión del falso obispo De Rojas y el cura coctelero, al tiempo que subraya que la "verdadera autoridad" de Belorado es la del arzobispo de Burgos, Mario Iceta.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

Sobre Laura Gil de Viedma, a la que sor Amparo sigue llamando 'Sor Isabel', la monja lamenta cómo "Isabel se ha autoproclamado la autoridad y no tiene ninguna autoridad para hacer lo que ha hecho. No se somete a nada ni a nadie, pero quiere que todos se le sometan, y eso no es Dios".

"Me da pena porque se ha reducido a la crítica, al insulto y a la mentira muchas veces. Me duele por mis hermanas, he vivido tanto con ellas y las quiero, pero se han constituido por su cuenta en autoridad y no es", insiste la religiosa clarisa, quien actualmente vive en un convento de su orden en Vitoria, tras una salida muy dolorosa: "Dejabas tu casa y a las hermanas, y no me dejaron despedirme de ellas. Eso fue lo que más me dolió".

"Han roto con la Iglesia, cosa que nunca había pasado en casa. Siempre han sido muy amantes de la Iglesia, de los papas, del Concilio", trata de explicar sor Amparo, quien no ha podido ponerse en contacto con las hermanas mayores desde su salida de Belorado: "No dejan entrar a los familiares a solas, a mi menos. He llamado dos veces por Navidad y Pascua pero nada", revela, admitiendo que las religiosas de más edad "están enganchadas" y sometidas a las más jóvenes. "No se les ha dicho la verdad. Al contrario, cuantas veces se dicen las verdades a medias o se miente, pero con la mejor finura. Conozco el percal", sentencia.
Volver arriba