Una carta de Francisco termina con semanas de discusión El Vaticano expulsa a dos de las 'monjas rebeldes de Ravello', Italia, por 'desobediencia'

Monasterio de Santa Chiara. Ravello. Italia
Monasterio de Santa Chiara. Ravello. Italia

Las monjas 'rebeldes' del monasterio de Santa Chiara recibieron una carta firmada por el propio papa Francisco en la que se les informó de la liberación de sus 'obligaciones de la ordenación sagrada'

Massimiliana Panza regresó con su familia a Nápoles y hospedó a la hermana Punnackal, originaria de la India. La tercera monja, de 97 años, continúa en el monasterio y han enviado a otras dos monjas para que no esté sola"

Las religiosas, que querían reavivar la actividad al monasterio y habían pedido ayuda al Vaticano, esperaban continuar con sus labores allí

"Han estado allí durante siete siglos y existe un vínculo muy fuerte con la comunidad de Ravello. Sería una verdadera pena que desapareciera" dijo Gino Schiavo, quien forma parte de un comité establecido para salvar el monasterio

Las monjas de Ravello recibieron una carta firmada por el propio papa Francisco en las que se les informó de la liberación de sus “obligaciones de la ordenación sagrada”.

Luego de semanas de discusión, el Vaticano expulsó a dos de las tres monjas que permanecían en el monasterio de Santa Chiara, en la ciudad de Ravello (Italia).

Massimiliana Panza y Angela Maria Punnackal, más conocidas como “las monjas rebeldes de Ravello”, recibieron una carta firmada por el propio papa Francisco en las que se les informó de la liberación de sus “obligaciones de la ordenación sagrada”. Que esta fuera una orden directamente del Sumo Pontífice es una muy mala noticia para las hermanas.

“Debido a que ha sido confirmado por el Papa Francisco, no pueden apelar. La única solución sería una de gracia, en la que el Papa elimina esta orden y les permite a las monjas reintegrarse”, dijo Fabrio Adernò, abogado de las monjas.

¿Qué hicieron las monjas para incomodar el Vaticano?

Tras una revisión de sus propiedades, el Vaticano concluyó que había muy pocos residentes en Santa Chiara para justificar la permanencia de las monjas Panza, Punnackal y Maria Cristina Fiore, una tercera hermana de 97 años que reside allí desde 1955, y por eso les ordenó que se trasladaran a otro monasterio.

Las monjas, que manifestaron tener un gran aprecio por la comunidad y esperaban continuar con sus labores allí, le pidieron al Vaticano más compañeras para revivir la actividad del monasterio, que alguna vez contó con cerca de 40 monjas.

“Las monjas han estado allí durante siete siglos y existe un vínculo muy fuerte con la comunidad de Ravello. Sería una verdadera pena que desapareciera” dijo Gino Schiavo, quien forma parte de un comité establecido para salvar el monasterio.

Cuando su solicitud fue rechazada, las monjas intentaron negociar su permanencia en el lugar, pero la Santa Sede también rechazó esta segunda solicitud, así que ambas decidieron atrincherarse en el monasterio para evitar su cierre.

Según el Vaticano, la resistencia de las monjas a trasladarse de sitio fue una “desobediencia a la Iglesia”, por lo que ordenó su expulsión. A la hermana Fiore se le permitirá quedarse debido a sus problemas de salud.

El diario británico The Guardian informó que dos monjas se mudarán al monasterio para ayudar a la hermana Fiore, por lo que sus excompañeras no se explican la decisión que tomó el Vaticano de expulsarlas.

“Estamos decepcionados y perplejos por la decisión del Vaticano, especialmente después de que echaron a estas dos hermanas solo para ver cómo se mudaban otras dos”, dijo Schiavo.

El monasterio ubicado en Ravello es una pieza importante de su historia, ya que sirvió de guardería para muchas generaciones de niños durante los últimos siete siglos. “Sería una verdadera pena que desapareciera”, agregó Schiavo.

Por el momento, Panza regresó con su familia a Nápoles y hospedó a la hermana Punnackal, originaria de la India.

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