XIII Coloquio Abierto del Foro "Curas de Madrid y Más" ¿Se puede ser hoy a la vez fieles al Evangelio y a los signos de los tiempos?

Coloquio abierto Foro Curas de Madrid y Más
Coloquio abierto Foro Curas de Madrid y Más

"El Foro 'Curas de Madrid y Más' va a celebrar su XIII Coloquio Abierto, el último de este curso. Tendrá lugar el próximo lunes, día 19 de junio"

"Lo celebraremos, como viene siendo habitual, en uno de los salones de la Parroquia La Sagrada Familia, c/ Antonio Toledano, 23. 1º. De 7 a 9 de la tarde"

"Situamos este coloquio, además de en el aniversario del Concilio Vaticano II, en el del inicio de una nueva etapa de la diócesis de Madrid, tras haber nombrado el papa a don José Cobo Cano sucesor de don Carlos Osoro Sierra, y a quien escribiremos una carta con nuestras propuestas"

¿Tiene la Iglesia libertad para actualizarse? La cosa no es tan sencilla. El Concilio enseñó que hay que estar atentos también a los llamados 'signos de los tiempos'. Entrando por esta puerta entreabierta ¿se puede ser hoy a la vez fieles al Evangelio y a los signos de los tiempos?

El Foro “Curas de Madrid y Más” va a celebrar su XIII Coloquio Abierto, el último de este curso. Tendrá lugar el próximo lunes, día 19 de junio. Lo celebraremos, como viene siendo habitual, en uno de los salones de la Parroquia La Sagrada Familia, c/ Antonio Toledano, 23. 1º. De 7 a 9 de la tarde.

El anterior Coloquio, según habíamos acordado hacer durante este curso, lo celebramos en el marco de los sesenta años trascurridos desde la inauguración del Concilio Vaticano II. El del lunes, sin abandonar ese marco, lo situamos, también, en el del inicio de una nueva etapa de la diócesis de Madrid, tras haber nombrado el papa a don José Cobo Cano sucesor de don Carlos Osoro Sierra.

Juan XXIII y Francisco

Juan XXIII convocó el Concilio en 1959 con el propósito de que sirviera para aggiornar, para poner al día a la Iglesia. Cuando en 1962 dieron comienzo la sesiones conciliares muchos se preguntaban “El papa desea hacerlo pero ¿tiene la Iglesia libertad para actualizarse? Eso mismo nos preguntamos nosotros en el coloquio de febrero. La pregunta parecía sencilla de responder, parecía obvio que había que contestar “sí”. Pero en el curso del diálogo se vio que hoy como entonces la cosa no es tan sencilla.

Detrás de esta pregunta subyace el problema teológico de “la Revelación”. La Iglesia cree y manda creer que el propio Dios, por diferentes medios, se ha dado a conocer a los seres humanos. Ha comunicado verdades sobre sí mismo, sobre su modo de actuar y sobre la voluntad que tiene respecto a qué deben hacer las criaturas en general y los hombres y las mujeres en concreto. Si dicha “revelación” se ha producido, ¿puede la Iglesia en torno a los asuntos de los que Dios ha hablado en el pasado decir algo distinto porque se han quedado anticuados?

El Concilio enseñó que, además de escuchar la palabra dada por Dios a largo de los siglos y de estudiarla con cuidado, para entenderla con precisión, sin tergiversarla, hay que estar atentos también a los llamados “signos de los tiempos”. Esos signos, a juicio del Concilio, inducen a profundizar en el sentido y el alcance de “palabra de Dios”, para atisbar en ella desarrollos nuevos, que, sin cambiarla, la actualicen.

Cartel
Cartel

Entrando por esta puerta que el Concilio dejó entreabierta en lo tocante a la posible actualización de la Iglesia, de su dogmática, de su doctrina moral, de su ordenamiento litúrgico e institucional, en el coloquio del próximo lunes planteamos una pregunta relacionada con todo ello. Es una pregunta que también aleteó por las aulas conciliares. ¿Qué mensaje sobre todas esas cuestiones transmiten los signos de los tiempos? ¿Qué cambios en torno a ellas sugieren? Nosotros en nuestro coloquio la formulamos del siguiente modo ¿Se puede ser hoy a la vez fieles al Evangelio y a los signos de los tiempos?

Dejando aparte a quienes no aceptan que la Iglesia deba cambiar, hay partidarios del cambio para recuperar “El Evangelio”. Piensan que tras siglos de años de historia ha quedado oculto tras mutaciones que no se desprender de su contenido. Otros, por el contrario, consideran que lo signos de los tiempos exigen cambios en el propio “Evangelio”, no sólo en su evolución posterior. ¿Cabe una posición intermedia?

En la diócesis de Madrid durante los primeros años de posconcilio se optó por el cambio. Pero desde 1978, bajo los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI e incluso durante el de Francisco la opción preferente de sus obispos ha sido la de impedirlo. Nosotros vamos a escribir una carta a don José Cobo, el nuevo arzobispo, con nuestro saludo, pero también con nuestras propuestas en torno a esta cuestión. Dialogaremos al final de nuestro encuentro sobre el contenido de la misma y se la haremos llegar.

Carta
Carta

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