¡Oh, gran misterio!

o-magnum-mysterium-clausen

¡Feliz lunes! Ese misterio no es otro que el del Dios que nace débil y desvalido, justo como uno de nosotros. Por ello, ante ese Dios frágil y humano, nos quedamos sin palabras, pero con una gran música. Un pequeño ejemplo de ella vamos a escuchar hoy.

rene-clausen

El encargado de la música de hoy es René Clausen (1953), compositor estadounidense nacido en Faribault. En 1968 lo tenemos en Los Ángeles y allí se quedó, enamorado por la música coral. «Quedé completamente fascinado con el sonido, la musicalidad y la precisión del coro. Mi objetivo fue cantar en ese coro», ha confesado a propósito de un conjunto de la universidad. En 1986 fue admitido en el famoso Coro Concordia. Su director, Paul Dovre, le dio una serie de consejos que orientaron su carrera musical hacia la excelencia, como él mismo afirma. Cuando dirige el conjunto en el que cantó dice lo siguiente: «Me gusta pensar que mi coro suena de forma diferente cuando interpreta motetes del renacimiento, uno de Bach del barroco o una pieza de la tradición litúrgica rusa». A pesar de todo, sí hay principios del canto coral que le gusta enfatizar a la hora de dirigir y componer.

Lo que vamos a escuchar hoy es su motete O magnum mysterium, por supuesto para coro. En la pieza se yuxtaponen distintos elementos: el niño rey que nace, que lo hace en un estable rodeado de comida para animal, la brillantez de la estrella que brilla anunciándolo y que crea una sombra sobre esos animales, la Virgen agotada tras el viaje a Belén y el parto, sin duda complicado, etc. Todo ello refleja el compositor en esta pieza, que es el responsorio del segundo nocturno de los maitines de Navidad. La composición está llena de ricos elementos y el maestro hace evolucionar la polifonía desde el unísono inicial hasta la extraordinaria textura a ocho voces que llenan el sonido de una forma muy especial.

La interpretación es de Kansas City Chorale.

Volver arriba