Histórica visita de Francisco al Pabellón de la Santa Sede, montado en un centro de detención para mujeres Desde la Bienal de Venecia, el Papa pidió que las cárceles den "nuevas oportunidades"

Francisco bendijo a una de las reclusas
Francisco bendijo a una de las reclusas

"La prisión es una dura realidad, y problemas como el hacinamiento, la falta de instalaciones y recursos, los episodios de violencia generan mucho sufrimiento", sentenció el pontífice en la cárcel veneciana de Giudecca, en la que está montado el Pabellón que lleva por bergogliano título "Con mis ojos"

"Es esencial que el sistema penitenciario también ofrezca a los presos herramientas y espacios para el crecimiento humano, espiritual, cultural y profesional, creando las condiciones para su saludable reintegración. No para "aislar la dignidad", sino para dar ¡nuevas posibilidades!"

Tras su paso por el Pabellón vaticano, Francisco hablará con jóvenes en la Iglesia de la Magdalena y luego irá a la Basílica de la Salud y se reunirá con jóvenes para dar su tercer discurso en el norte italiano, antes de celebrar lo que se ya se siente como un verdadero hito: una misa en la histórica Plaza San Marco, a las 11 horas locales

En lo que es ya de por si "un hecho histórico" por el que un pontífice visita hoy la famosa Bienal por primera vez, el papa Francisco reclamó hoy desde el Pabellón de la Santa Sede montado en un centro de reclusión para mujeres que las cárceles den "nuevas oportunidades" a las personas privadas de libertad, según dijo al iniciar una serie de reuniones que también incluirá a jóvenes y a artistas durante su paso de algunas horas en Venecia, en donde además celebrará una misa en la Plaza San Marco.

"La prisión es una dura realidad, y problemas como el hacinamiento, la falta de instalaciones y recursos, los episodios de violencia generan mucho sufrimiento", sentenció el pontífice en la cárcel veneciana de Giudecca, en la que está montado el Pabellón que lleva por bergogliano título "Con mis ojos".

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"Pero también puede convertirse en un lugar de renacimiento, moral y material, en el que la dignidad de las mujeres y de los hombres no sea "aislada", sino promovida a través del respeto mutuo y el cuidado de talentos y habilidades, quizás dejados latentes o aprisionados por los acontecimientos de la vida, pero que pueden resurgir para el bien de todos y que merecen atención y confianza", planteó Francisco, tras una serie de saludos mano a mano que tuvo con detenidas en el patio del penal, renovando su enésimo gesto de cercanía y misericordia a las personas presas.

Las reclusas escuchan al Papa
Las reclusas escuchan al Papa

Tras partir desde el Vaticano en helicóptero a las 6.32 de esta mañana, el Papa dijo que "paradójicamente, una estancia en prisión puede marcar el comienzo de algo nuevo, a través del redescubrimiento de bellezas insospechadas en nosotros mismos y en los demás, como simboliza el evento artístico que organizas y en cuyo proyecto contribuyes activamente; poder convertirse en un lugar de reconstrucción, en el que uno puede mirar y evaluar con valentía su vida, eliminar lo que no es necesario, lo que está desordenado, lo que es dañino o peligroso, desarrollar un proyecto y luego empezar de nuevo cavando los cimientos y volviendo, a la luz de las experiencias adquiridas, a colocar ladrillos, juntos, con determinación". 

"Por eso es esencial que el sistema penitenciario también ofrezca a los presos herramientas y espacios para el crecimiento humano, espiritual, cultural y profesional, creando las condiciones para su saludable reintegración. No para "aislar la dignidad", sino para dar ¡nuevas posibilidades! No olvidemos que todos tenemos errores que corregir y heridas que sanar, y que todos podemos ser sanados los que traen sanidad, perdonados los que traen el perdón, nacidos de nuevo los que traen renacimiento", pidió por último.

Francisco, con las reclusas
Francisco, con las reclusas

"Hoy todos saldremos más ricos de este patio, y el bien que intercambiaremos será precioso", les dijo el Papa, que había llegado directamente a la cárcel a las 7.55 locales, tras una hora y veinte de vuelo en helicóptero desde el Vaticano. 

Tras su paso por el Pabellón vaticano, Francisco hablará con jóvenes en la Iglesia de la Magdalena y luego irá a la Basílica de la Salud y se reunirá con jóvenes para dar su tercer discurso en el norte italiano, antes de celebrar lo que se ya se siente como un verdadero hito: una misa en la histórica Plaza San Marco, a las 11 horas locales.

Tras la misa, el Papa entrará a la Basílica homónima para venerar las reliquias del Santo antes de regresar a Roma, en donde tiene previsto aterrizar ese mismo día a las 14.30, para dar cierre a un viaje histórico de apenas ocho horas y cuatro intervenciones.

Reclusas, con el Papa
Reclusas, con el Papa


El Pabellón del Vaticano está dedicado al tema de “los derechos humanos y a la figura de los últimos inquilinos de mundos marginados, donde nuestra mirada rara vez llega”, según dijo el titular del Dicasterio Vaticano para la Cultura y la Educación. El espacio tiene la colaboración del Departamento de Administración Penitenciaria del Ministerio de Justicia y se ubica en la prisión de mujeres de Giudecca (un grupo de islas ubicado al sur de Venecia). Con este pabellón, la Santa Sede busca “favorecer la construcción de una cultura del encuentro”, que es “el eje central del magisterio de Francisco”, según reveló el Dicasterio de la ciudad estado.

"El día de hoy es un diálogo, porque no es que la Iglesia espera que los artistas sean su caja de resonancia, más allá de que artistas y detenidos han trabajado juntos", planteó el cardenal Tolentino al presentar el Pabellón a la prensa.

Francisco recibe un solideo del personal de la cárcel
Francisco recibe un solideo del personal de la cárcel

La idea del pabellón vaticano

Pero, ¿cómo nació la idea? "El pabellón de la Santa Sede tiene ya su historia, no tenemos uno fijo, estamos siempre en una peregrinación en la isla, buscando lugares que puedan ser significativos", dijo el purpurado.

Según Tolentino, "para esta elección fue importante de tantos voluntarios en las cárceles. hay una presencia que es tradición que el catolicismo tiene con este lugar tan especial como es la cárcel. Y la cárcel es uno de los lugares de construcción de la experiencia cristiana", agregó luego el cardenal, que rememoró también el encuentro que tuvo el año pasado el Papa con un grupo de artistas en la Capilla Sixtina en el que los invitó a plasmar de forma "concreta" su compromiso y los convocó a "una lectura profética de lo que hacen".

Entre las actividades previstas está también la elaboración de un catálogo del Pabellón: ."Queremos plasmar algo que será un proyecto histórico incluso para un lugar tan experimental como Venecia".

Chiara Parisi, comisaria del Pabellón, planteó hoy que "el Papa mostró una extrema disponibilidad" para participar de la iniciativa.

Bienal de Venecia, pabellón de la Santa Sede
Bienal de Venecia, pabellón de la Santa Sede

"Somos ya más de 100 personas ya trabajando en algo histórico: es el Papa viniendo a encontrar el mundo del arte, algo increíble", agregó.

Según la comisaria del Pabellón, "son 80 detenidas involucradas entre la parte creativa y la logística, incluido un set de cine dentro del pabellón para el que trabajan personas de Estados Unidos".

"Más allá de que sabemos que pertenecemos de cierto modo a dos mundo distintos, los de afuera y los de adentro, en ese instante en que estamos juntos hacemos una cosa  de lo más bella y creativa".

Desde el ministerio del Interior italiano, Giovanni Russo destacó que las personas privadas de la libertad que participarán de la iniciativa "tendrán todos los beneficios posibles, como cada vez que detenidos muestran intención de participar en este tipo de iniciativas".

"Esto refuerza algo con lo que trabajamos a diario, que es la conciencia de que se puede reconstruir siempre en el ámbito penitenciario", sostuvo Russo.

El espacio, ubicado en la Cárcel Femenina de Giudecca, está comisariado por los historiadores del arte Chiara Parisi y Bruno Racine y coordinado por el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación. Contará con la presencia de artistas de talla internacional como Maurizio Cattelan, Bintou Dembélé, Simone Fattal y Claire Fontaine, entre otros, así como con la participación especial de Hans Ulrich Obrist, considerado uno de los comisarios artísticos más influyentes del mundo. Invitará a los visitantes “a prestar atención a aquellas realidades que muchas veces se consideran periféricas, y que a menudo están fuera del debate cultural”.

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