"Me gusta esa mano dura con todos los abusadores. Y si alguno quiere abusar que se vaya fuera del clero" Jesús Nsue Ndemesogo Obono: "Aquí, la gente es muy practicante y sigue confiando mucho en Dios"

Jesús Nsue Ndemesogo Obon, en una de sus 11 parroquias
Jesús Nsue Ndemesogo Obon, en una de sus 11 parroquias

"Hace poco una señora me vino a decir: 'estamos muy contentos contigo porque tuvimos curas que nos tenían un buen rato de homilía, pero hablaban de autopistas... Tú te ciñes al evangelio'"

"Los países occidentales, además del espolio de nuestras riquezas, mantienen a los dictadores en el poder; los dictadores les pagan los sobornos, los impuestos... y a cambio ellos les dan protección"

"Respecto al celibato opcional, yo creo que somos personas mayores y responsables. Una de las insistencias en el seminario es que tú vas a ser célibe, y eso lo sabes y lo aceptas"

"Aunque a mí me gustara parir, Dios no ha querido que un hombre pueda parir. ¿La Iglesia sería mejor si las mujeres oficiasen misas? No lo sé"

"El Papa es nuestra autoridad máxima. Yo debo apoyar sus reformas y creo que está en buen camino"

"Teniendo en cuenta que tiene una avanzada edad, después puede venir otro Papa y retroceder o reformar más. Cada Papa viene y hace lo mejor que puede, algunos más y otros menos"

"Aplaudo la mano dura que el Papa ha puesto sobre la corrupción y sobre los abusos sexuales"

"Creo que en España falta un poco de madurez política. Y que a veces los políticos son un poco prepotentes. Los españoles son buena gente, muy indulgente y tienen muchísima paciencia, incluso con sus propios políticos"

Un cura africano en pleno corazón de Galicia todavías llama la atención. Jesús Nsue Ndemesogo Obono ha llegado hace unas semanas a la zona de Caldelas (Ourense). Viene de África, de Guinea Ecuatorial, en concreto. En junio, fue ordenado sacerdote por el obispo, monseñor Lemos Montanet. Ha llegado con mucha ilusión por sacar a Jesús de los sagrarios de las iglesias, vacías y silenciosas, de una España despoblada donde cada vez los vecinos son más ancianos. Aunque asegura que en las parroquias donde hay jóvenes y niños todos asisten a la misa.

Cuenta con once parroquias, entre ellas Parada do Sil, Edrada, Pradomao..., y va con el tiempo pisándole los talones, porque él quiere llegar a todos. A pesar de este horario apretado, cuando termina la eucaristía, procura escuchar a cualquiera que tenga algo que decirle.

Hoy, en la misa que celebró en Parada do Sil, llegó apurado por la hora, se arrodilló ante el altar, fue a la sacristía y volvió, ya preparado, para comenzar. Habló de misericordia y de perdón. De la capacidad infinita del Señor para escuchar a los hombres. Hablamos con él después de la eucaristía.

P.- Háblanos de ti. ¿De dónde vienes?

R.- Me llamó Jesús y soy sacerdote de la diócesis de Ourense. Soy de Guinea Ecuatorial.

P.- ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

R.- Llevo en España desde 2008, y en Ourense desde septiembre de 2015, los cuatro años que ha durado mi formación en el seminario. Cuando llegué ya tenía los estudios de Teología y había cumplido una parte importante de la formación. Me ordené hace casi dos meses, a principios de junio, y apenas he tenido tiempo para descansar tras la ordenación. Tras ordenarme, el obispo me dio unos días para ir a mi tierra y la mañana siguiente del día de mi vuelta, me dieron once parroquias.

P.- Entonces, no pasaste por el seminario menor. ¿Pensaste en el sacerdocio después de estudiar Teología? ¿Cuándo sentiste la llamada?

R.- No es así. Estudié más cosas. Antes hice Magisterio. Después estudié  Teología en la Universidad Pontificia de Comillas. También hice un máster en Gobierno y Derechos Humanos en la Universidad Autónoma de Madrid. En todos esos momentos sentía la llamada del Señor; tenía vocación pero, a veces no llegamos a canalizar las cosas a tiempo.

P.- ¿A tiempo?

R.- Quiero decir que hay gente que resuelve enseguida y gente que responde tarde o que necesita de alguien experimentado, que te ayude a clarificar tanto la llamada como la respuesta.

P.- De todas formas, nunca es tarde. Casi es mejor un poco tarde, porque has tenido tiempo de adquirir otras experiencias de la vida.

R.- Una reflexión que hago siempre es que si me hubiera ordenado muchísimo antes, sería un cura irresponsable. Y ordenarme con el suficiente juicio, conociendo la vida, es un dato importante para la madurez de uno como cura.

P.- Además, a veces tienes que aconsejar a la gente y tienes que tener un poco de experiencia tú también.

R.- Un chaval que se ordena muy joven no conoce el mundo y no tiene experiencia de vida, no ha viajado y no sabe nada, en cierto sentido es una desventaja. Pero para una persona como yo hay cosas que ya no me llaman tanto la atención. Estoy contento e ilusionado.

P.- ¿Qué te parecen tus feligreses gallegos y su espiritualidad?

R.- Conozco más Ourense. Aquí, en Galicia, la gente es muy practicante. Y hay una cosa que me llama la atención, que hables con quien hables, de la mayoría de los hombres que he encontrado, casi el ochenta por ciento te dice que ha pasado por el seminario o que tienen algún familiar cura o algún amigo de la familia que es cura. Cuando me asignaron estas parroquias, el obispo me pidió que tuviera mi residencia en Castro Caldelas. Me proporcionaron una casa, pero está sin muebles. Y cuando empecé a buscar algunos en las tiendas, en una de ellas me topé con el padre de un cura y en la otra con que en la familia tenían un amigo cura.

Es un pueblo bastante creyente, que tiene una cierta afinidad con la Virgen María, que vive su fe. Es uno de lugares donde se sigue confiando mucho en Dios, aquí, en España.

Interior de la iglesia de Edrada
Interior de la iglesia de Edrada

P.- Aquí, en la montaña, la gente parece más espiritual que en las ciudades.

R.- En todos los lugares la espiritualidad se suele vivir más profundamente en los pueblos que en las ciudades, porque en los pueblos hay una cierta homogeneidad en las maneras de hacer, en el pensamiento. Y las ciudades son bastante heterogéneas.

P.- ¿Hay población joven que acuda a la iglesia en tus parroquias? Como ves aquí hay mucha población anciana.

R.- No te lo vas a imaginar, he tenido una misa esta mañana en Caxide, aquí cerca, a las 12 de la mañana, y la mitad de los asistentes eran jóvenes. En estos pueblos todos los jóvenes y los niños que hay van a misa.

Campanario de la iglesia de Pradomao
Campanario de la iglesia de Pradomao

P.- ¿Cómo ves el nivel de reflexión sobre temas espirituales? Porque parece que venimos a misa, cumplimos unos ritos y nos vamos tan tranquilos, sin profundizar demasiado.

R.- Creo que el fondo del asunto parte del propio cura. Hay curas que tienen más fe que otros. Y un cura que vive su fe profundamente hace de puente para generar fe. Los feligreses te vienen a consultar las cosas y siempre basas las respuestas, además de una manera realista, un poco en la vivencia de la fe.

Hace poco una señora me vino a decir: 'estamos muy contentos contigo porque tuvimos curas que nos tenían un buen rato de homilía, pero hablaban de autopistas... Tú te ciñes al evangelio'.

P.- Como el papa Francisco.

R.- Bueno, no sé. El Papa sí que es muy espiritual y muy realista en sus homilías y sus reflexiones, y yo creo que los curas debemos hacer lo mismo.

Papa Francisco
Papa Francisco

P.- Volver a las fuentes.

R.- Exactamente. Volver a las fuentes; hablar del evangelio. Porque el evangelio no es ni una moral, ni una filosofía; es la Buena Noticia que tiene que generar esperanza en la gente, avivar la fe y despertar su compromiso con la caridad.

P.- Rezamos mucho pero actuamos poco. Y más en momentos como los que estamos viviendo.

R.- Tenemos que ayudar a saber rezar. El problema de mucha gente es que quiere rezar y no sabe hacerlo. Ayudarlos también a saber lo que es la confianza en el Señor. El evangelio de hoy nos lo decía: no es 'pido ahora', y ya está. No, primero hay que confiar en el Señor y todo lo demás irá llegando.

P.- Yo me refería a la solidaridad, que en el evangelio se especifica y, sin embargo, nosotros no somos tan solidarios a la hora de actuar. Por ejemplo, con la gente que llega por el Mediterráneo, que se está convirtiendo en un cementerio. O con nuestros vecinos que se han quedado en el paro.

R.- Yo creo que no falta la solidaridad. Lo que falta es un espíritu de amor, corazones sensibles. Digo que no falta la solidaridad, porque hay millones de personas en España que marcan la “x” en la declaración de Hacienda. Muchos proyectos se realizan en el mundo por aportaciones anónimas que los españoles envían a misiones. Muchísimos. Esto es, en parte, solidaridad. Aunque no es una solidaridad consciente.

Interior de la iglesia de Pradomao
Interior de la iglesia de Pradomao

Pienso que hay una solidaridad de “que me lo quiten de encima, yo ayudo con mi dinero y se acabó la historia”. Y otra solidaridad en la que a mí me afecta como persona que otras personas sufran y tengo que hacer algo. Esa solidaridad sí le falta a mucha gente. A una buena reivindicación, una manifestación por los migrantes que mueren en el Mediterráneo, invitando incluso a la gente que vive en todas parte de España, acudirían varios millones de personas. Pero es una solidaridad, como he dicho antes, más quitarse de encima un peso.

P.- A eso me refería, tú das un dinero pero, realmente, sería mucho más efectivo que actuaras directamente...Por ejemplo, de la situación de los migrantes mucha responsabilidad la tienen también los gobiernos de los Estados, porque tú puedes estar a favor de acoger y, sin embargo, ellos, con sus regulaciones les impiden la entrada en nuestros países, con muros en las fronteras, con campamentos de refugiados. Congestionando las fronteras, en vez de permitir la movilidad.

R.- Yo nací en una dictadura. Ahora, en agosto, el presidente de mi país cumplirá 40 años en el poder. Como se dice siempre, hay que enseñar a pescar y no dar el pez. Con el pez comes un día, pero si uno sabe pescar se las apañará para tener el pez todos los días.

Niña africana llora

El problema no es tanto que le rescaten, porque el rescate es simplemente un efecto de las políticas que los países occidentales llevan a África. Además del espolio de nuestras riquezas, mantienen a los dictadores en el poder; los dictadores les pagan los sobornos, los impuestos... y a cambio ellos les dan protección. Con esta protección se mantienen, mientras la población vive en la pobreza, tiene que buscar alguna manera de sobrevivir y se vienen acá. Sigue habiendo países africanos donde los dictados vienen de aquí. Y muchos permanecen en el poder porque saben que están respaldados. Yo creo que es desde allí, desde donde se tiene que hacer algo. Y aparte están los empresarios.

P.- Y los bancos.

R.- Exactamente. Van abren negocios y como son lugares donde se soborna a la gente que está en el poder, pueden hacer todo lo que les da la gana con los ciudadanos de allí.

P.- ¿Echas mucho de menos tu país? O, precisamente, por esa dictadura...

R.- No. Para mí el país de uno siempre es el mejor lugar para vivir. Con eso no estoy diciendo que mi país sea mejor que España, ni mucho menos. Pero los países son como nuestra madre, será como sea pero es la mejor madre del mundo.

P.- ¿Te gustaría ejercer allí?

R.- Si por circunstancias tuviera que ejercer allá, no tendría ningún problema. Pero me he formado aquí y no puedo ser ingrato. Aquí me lo han dado todo. He estado cuatro años, me han ofrecido casa, me han pagado los gastos. Entonces, en agradecimiento tengo que ofrecer servicios a esta diócesis.

Teodoro Obiang

P.- ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Cómo llegaste a España?

R.- Yo siempre tuve afán de realizar estudios superiores, especialmente en España, entre otras cosas, por la lengua. Y porque algunos de mis profesores de Magisterio eran curas y venían a presumir de títulos. Incluso opté por la Teología dogmática, porque alguno de mis profesores era licenciado en esta especialidad y se vanagloriaba. Yo le cogí el gusto. Primero hice los estudios en Camerún y en El Congo, porque de chaval uno tiene la ilusión de realizar los estudios fuera de su país. Salir es como un plus.

Y al acabar en El Congo, como tengo un tío que vive en Madrid, le pedí venir a hacer la licenciatura. Durante siete años estudié Teología y un máster en la Autónoma. Y ya con el tema de la vocación reclamando, me puse en contacto con el obispo de aquí y me aceptó.

P.- ¿Perteneces a alguna congregación?

R.- No, soy diocesano.

P.- Se acerca el sínodo de la Amazonía y con él se han avivado las discusiones y las reflexiones en torno a algunos temas que llevan mucho tiempo ahí y de los que no se para de hablar últimamente. De antiguas reivindicaciones y necesidades que tiene la Iglesia a causa de la falta de vocaciones y los pocos recursos humanos con los que cuenta en aquella parte del mundo y aquí también. Entre los más polémicos están el celibato opcional, la posibilidad de que los curas casados puedan ejercer el sacerdocio, el papel de la mujer en la Iglesia, la Casa Común, el cuidado de la naturaleza. ¿Qué opinas acerca de estos temas?

R.- Aparte de eso, tú sabes que aquí también nosotros estamos celebrando un sínodo.

P.- Sí.

R.- Ya va para cuatro años y se concluye para el año que viene. Estamos en un sínodo diocesano para la renovación de la Iglesia en Ourense y está teniendo una gran participación.

Respecto al celibato opcional, yo creo que somos personas mayores y responsables. Una de las insistencias en el seminario es que tú vas a ser célibe, y eso lo sabes y lo aceptas. Es como, por ejemplo, cuando vas a comprar un artículo y ya te dicen las características de ese artículo. Tú eliges el producto y te quedas con uno que, aunque cueste más caro, se adapta mejor a tus preferencias. Y así está también el tema del celibato, porque no es tanto la apetencia por uno mismo, sino por la opción que haces por el Señor. Está demostrado que lo que llena a una persona no es vivir en pareja o ser soltero. De hecho hay gente que vive en pareja y se convierte en un infierno. El celibato es una opción también.

Celibato

P.- A eso me refiero, a que si estarías de acuerdo a que fuera opcional, que el quiera ser célibe que lo sea, porque es muy respetable, pero que el que no quiera también sea aceptado también en el sacerdocio.

R.- Sigue siendo siendo opcional, pero lo es de una forma responsable. Es decir, si yo quiero ser sacerdote y una de las condiciones es ser célibe, opcionalmente, sin ninguna coacción, yo elijo esta opción. No es obligatorio. En todos los sitios adonde uno va hay unos requisitos y unas condiciones.

Hay mucha gente que piensa que, si los curas se casan, vamos a tener la solución. Pero yo creo que están equivocados. La solución no está en que los curas se casen, está en que se fomenten vocaciones auténticas. Pero, incluso dentro de las propias familias cristianas. Es decir, no solo contentarse con que nos envíen un cura, sino intentar que dentro de la propia familia algún chaval se forme para servir como cura.

P.- ¿Y ese sacerdote podría ser una mujer?

R.- El sacerdocio se clasifica entre los sacramentos del servicio. Es un servicio que se ofrece en la Iglesia donde hay varios servicios y varios carismas. Y es así. El Señor lo estipuló así y así se ha hecho siempre. Con esto no quiero decir que no pueda cambiar. Tampoco soy de la opinión de que como se ha hecho así siempre, así se queda.

P.- Podría resultar enriquecedor el acceso de la mujer al altar.

R.- Lo que quiero decir es que hay cosas que son como son. Aunque a mí me gustara parir, Dios no ha querido que un hombre pueda parir. ¿La Iglesia sería mejor si las mujeres oficiasen las misas? No lo sé. Lo importante para cualquier cristiano es optar por el camino de la santidad y cumplir los mandamientos. Punto. Lo otro es una lucha que no tiene mucho sentido. Una lucha, no sé si feminista. Yo no me he parado mucho en esto. Aquí, en Europa, se exige mucho. En mi país, por ejemplo, la gente lo asume y no entra en esas discusiones. Pero si algún día el papa que sea cambia la cosa, yo no tendré ningún problema.

Interior de la iglesia de Parada do Sil
Interior de la iglesia de Parada do Sil

P.- Otro tema polémico es el de la eutanasia, la necesidad de una regulación para evitar que ocurran situaciones como la del Vincent Lambert, más de diez años en estado vegetativo. La posibilidad de una muerte digna. Un buen morir.

R.- Yo creo que no existe el buen morir, porque la muerte de una persona siempre causa dolor en su entorno. Los que saben dicen que la muerte duele más que cualquier enfermedad. Que siempre hay una violencia. La postura de la Iglesia es preservar la vida, es cuidar la vida. Hay que fomentarla. La Iglesia no suele andar con ambigüedades; o defiende una postura o defiende otra, y la apuesta de la Iglesia es que hay que defender la vida.

P.- ¿A toda costa?

R.- No a toda costa. Pero en el caso de la gente que está en coma, algún día tienen que morir, estén enchufados o no lo estén, como todos los seres. Entonces, la eutanasia es acelerarles algo que ya está para suceder. Sí que tiene un coste económico, qué se le va a hacer. La Iglesia defiende la vida. Es un sufrimiento para los familiares, que tienen que vivir con eso, pero ojo, el querer subsanar algunos errores de la vida nos puede llevar a ciertos extremos insalvables. Por ejemplo, los que apuestan ahora por examinar el feto desde el útero, por si trae una malformación. Y si la trae hay que matar al feto, porque hay que crear una sociedad de hombres perfectos... Podemos acabar en un callejón sin salida ¿Dónde está toda esa paciencia que nos inculcan como cristianos? ¿Dónde, todo ese amor que hay que dar a los pobres y a los lisiados?

P.- ¿No tendríamos piedad?

R.- No tendríamos piedad; gente sin defectos, gente perfecta.

La primavera de Francisco
La primavera de Francisco

P.- ¿Cómo ves al Papa Francisco, sus reformas? ¿Crees que está cambiando la mentalidad de la Iglesia, que se está creando una nueva conciencia?

R.- El Papa es nuestra autoridad máxima. Yo debo apoyar sus reformas y creo que está en buen camino. Es normal que en algunas cosas cierta gente esté en desacuerdo, esto siempre lo habrá, y puede haber momentos en que el Papa diga cosas sin entrar mucho en detalles y que la gente comprenda mal lo que diga pero, en principio, yo le apoyo.

P.- ¿Es una primavera real?

R.- No, yo no creo que sea una primavera. La Iglesia lleva muchos siglos de historia y cambiar ciertas cosas creo que requiere también de siglos. Teniendo en cuenta que tiene una avanzada edad, después puede venir otro Papa y retroceder o reformar más. Cada Papa viene y hace lo mejor que puede, algunos más otros menos.

P.- Pero, parece que está calando en las mentalidades. Mira lo que ha pasado ahora en en el campamento de Cambados de los Salesianos. Ha habido abusos y enseguida han denunciado al clérigo abusador, han puesto medidas y este señor está en manos de la justicia. Eso es algo que, a lo mejor, hace un par de años se hubiera silenciado.

R.- Yo creo que no es solo tarea del Papa, es tarea todos nosotros. Estos hechos no significan que toda la Iglesia sea así. Quizá sea el 0,5% frente a todas las virtudes que tiene la Iglesia.

P.- Pero, por pequeño que sea el porcentaje, es escandaloso en una institución como es la Iglesia.

R.- Lo que interesa es poner los puntos sobre las íes. La Iglesia tiene muchas cosas positivas y bien hechas. Desde luego que es una calamidad el tema de los abusos sexuales. Es un bochorno, un pecado grave que no se ha podido llevar bien. Aplaudo la mano dura que el Papa ha puesto sobre la corrupción y sobre los abusos sexuales. Me gusta esa mano dura con todos los abusadores. Y si alguno quiere abusar que se vaya fuera del clero.

Abusos del clero

P.- Sí, porque, precisamente, el clero tiene cierta posición de poder desde la que puede abusar.

R.- Y está manchando a toda la institución de la Iglesia, a todos los curas. Y termina haciendo que la gente no crea en la decencia de los sacerdotes.

P.- La cuestión es denunciarlo. Hasta ahora el silencio era el que arropaba a estas personas.

R.- Creo que los males no se deben silenciar. Eso sí, los prejuicios también tenemos que evitarlos porque a veces condenamos antes de cometer el delito. Aunque la mayoría de los casos, cuando salen en los medios, suelen ser ciertos.

P.- Y para terminar ¿cómo ves España? Qué te parece la situación política, el tema de Cataluña ¿Qué piensas?

R.- Tú sabes que yo soy extranjero, y la gente te puede tener afecto pero, cuando empiezas a opinar sobre política... Creo que en España falta un poco de madurez política. Y que a veces los políticos son un poco prepotentes. Los españoles son buena gente, muy indulgente y tienen muchísima paciencia, incluso con sus propios políticos. Y los políticos se ciñen más a sus intereses, tanto partidistas como personales, y no piensan mucho en la población.

Interior iglesia parroquial de Pradomao
Interior iglesia parroquial de Pradomao

Sobre el tema de Cataluña, creo que con un buen diálogo, un diálogo sincero en el que se explique a los catalanes lo que significa una ruptura, lo que van a ganar y lo que van a perder, si esto se lo explican bien, pienso que mucha gente cambiaría de mentalidad. Y que muchos apostarían por la unión, porque, entre otras cosas, la unión hace la fuerza. Además, los países grandes tienen muchísimas ventajas frente a los países pequeños. La situación de Cataluña necesita un diálogo en profundidad que nadie se atreve a tener.

P.- Pues muchas gracias. Que te vaya muy bien aquí, en Galicia.

R.- La verdad es que en mis parroquias he tenido una acogida fascinante.

P.- ¿Has estado en alguna fiesta de aldea?

R.- En muchas.

P.- ¿Habéis comido bien y habéis cantado?

R.- Al llegar, he estado en los famosos magostos, comiendo castañas. Y aquí, en las parroquias, apenas llegar he tenido varias fiestas. Y las que me faltan. Sé que en invierno la cosa va a cambiar. Pero podré también intensificar mi trabajo porque, entre otras cosas, hay que despertar eso. Y porque en las iglesias el Señor está dentro de los sagrarios y hay que sacarle.

Jesús Nsue
Jesús Nsue

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