"Creo que hay que conseguir aterrizar el lenguaje de la Iglesia" Chema Álvarez: "Dios nos ha preparado para que entremos en comunión con él cuando y donde queramos"

(Jesús Bastante).- Chema Álvarez es sacerdote, Misionero del Sagrado Corazón, y autor de una colección que está editando San Pablo, la "Colección para torpes". Tenemos: "Evangelio para torpes", "La oración para torpes", "Biblia para torpes" y "Mística para torpes". "Los temas principales y más importantes de la fe cristiana", como Chema explicó a RD, hechos ya accesibles para todos.

¿Cómo surge esta idea, este compendio de libros "para torpes"?

Hace años, cuando no tenía ni idea de informática, pillé un librito por ahí, ilustrado por Forges, que se llamaba "Informática para torpes". Y yo, que de pronto me vi obligado a trabajar con esos materiales, busqué lo que había por ahí, y vi libros muy sesudos. Yo lo que yo necesitaba era algo muy sencillo. Y aquél librito me gustó por las ilustraciones y porque el lenguaje me pareció accesible. Mi primer contacto con la informática fue ese. Y se me quedó.

Luego vi que hay en las librerías un montón de libros de ese estilo. Indudablemente, hay un público que demanda eso, gente que no tiene reparo en decir "yo soy torpe". Como yo, que en informática no soy torpe sino torpísimo.

O "explícame las cosas como si tuviera tres años", como decían en mi barrio.

Sí, explicarlo con claridad. Me animaron a hacerlo. Llevo años trabajando en pastoral y también escribiendo, pero no era mi idea publicar algo.

Hablando un día con la gente de San Pablo, me dijeron que echaban de menos catequesis para adultos. Y me puse a la tarea con ellos. Al final, lo que resultó era demasiado amplio y complejo, y decidimos hacer algo sencillo. Y estos son los temas de los libros. Los temas principales y más importantes de la fe cristiana. Ponerlos en clave de accesibilidad.

¿Para quién? Pues para las personas que no tienen reparo en decir: yo de esto sé poco. Y para la gente que tiene curiosidad por conocer lo cristiano. Porque tú sabes que el cristianismo debe ser la religión mundial que tiene más información, más documentación y también la menos conocida. No hay una proporción entre ese abundantísimo material y la gente que lo lee. Pasa como lo del Museo del Prado y los que estamos aquí en Madrid.

Vamos, solo cuando viene alguien de fuera y le acompañamos.

Exacto. Bueno, pues muchos madrileños, a quienes, a lo mejor, les gusta el arte, no conocen el museo porque les parece complejo, o incluso difícil desplazarse hasta el centro de Madrid.

La Biblia, se dice que es el libro que está en casi todas las casas pero que se abre muy pocas veces y se lee muy poco.

¿Cómo se plantea cada uno de los libros?

Pues mira, por poner un orden, empecé por el Evangelio. Me parece el libro clave del cristiano. La intención era, como para todos los libros, hacer algo que sea breve, que no canse y que sea ameno. Tiene un lenguaje que yo creo que es sencillo y ameno, y sobre todo, claro. Lleva una añadiduras para ayudar al lector, de lo que significan algunas palabras. Eso fue idea de Octavio.

Octavio Figueredo, que es el director editorial.

Yo había puesto esto al final. Como una especie de índice. Y me dijo: mejor incrustarlo en las páginas. Me pareció bien.

Está muy bien que los autores sepamos entender el trabajo de los editores.

Te hacen muchas aportaciones cuando uno empieza en este terreno, que son de agradecer. Me dijeron: "Mejor poner esto así, mejor un libro de bolsillo". Pues estupendo. El material es válido para hacer un libro más grande y más serio. Pero como nos decantamos por hacer un libro de bolsillo, se redujo a más accesible y quizás más sincrético.

Y aunque no nos guste a los autores, en este tipo de libro se pueden doblar las esquinas, garabatear, tomar notas. Porque entiendo que se utilizarán mucho en pastoral juvenil.

Un acierto que tiene para mí, idea de ellos, es el tamaño que tiene la letra. Me ha dicho la gente que se lee muy bien.

Me decías antes que estabas intentando mezclar conceptos muy evidentes con otros más desconocidos y más arriesgados. Tenemos Evangelio, tenemos Biblia, pero luego tenemos la oración y la mística. Dos conceptos más etéreos. Sobre todo la mística.

La oración es más conocida. Más común. Pero le doy un enfoque adaptado a personas que no están acostumbradas a rezar y que ven, con recelo quizá, las oraciones ya prefabricadas, y que les parecen antiguas. Aunque no vale esta palabra.

La idea es: ¿Tú tienes que comunicarte con Dios? ¿Quieres? Pues aquí tienes una manera de hacerlo, que no es que la proponga yo, es muy antigua en la Iglesia y en las religiones en general. Hay que decir que se trata de que dialogues con tu propio lenguaje directamente con Dios.

A veces es complicado. Yo recuerdo, cuando empezaba con esto del periodismo, que en una tertulia de radio alguien nos echó en cara a los que defendíamos una forma de ser cristianos, que no entendía por qué recitábamos oraciones como loros. Y nos puso en la tesitura de ir rezando el Credo o el Padre nuestro, no recuerdo cuál, y parar a cada momento para preguntarnos: esto, ¿qué quiere decir? Y la verdad es, que cuando te frenabas luego te costaba volver a empezar.Sí que es verdad que estamos acostumbrados a recitar al dedillo la oración y a veces no nos paramos a pensar.

Y como papagayos. Es el problema que siempre tiene el orante. Le faltan ideas, y se las presta el que las ha fabricado antes que él en una oración. Pero después, aparte de faltarle esas ideas, le falta también el contenido. ¿Qué quiero decir? ¿A quién quiero dirigirlo?

Primero tienes que establecer, lo propongo en el libro, que hay dos partes: el que reza y el que escucha. Y tienes que definir primero quién es Dios, la otra parte contratante. Y eso hay que explicarlo.

Aparte de eso, hay otros pasos que hay que dar. Yo en el libro, cojo el Padre nuestro y lo disecciono un poco, para entender que es el modelo único de oración que ofreció Jesucristo, y que para mí es muy completo. Lo disecciono para desentrañar las claves de lo que Jesucristo nos propone como manera de orar. 

¿Cuál es esa manera de orar que nos propone Jesús?

Confianza. No en un Dios lejano y distante, sino en un padre que no solamente te escucha, sino que te ama. La frase de san Juan, de la primera carta: "Dios nos amó primero", es una buena buena partida para relacionarse el creyente con Dios. No hablamos de un Dios al que hay que invocar y ofrecer sacrificios para engatusarle, sino un padre, que ya es mucho, y además, que te ama. Y es más, que te ha amado primero. Lo cual te deja a ti fuera de juego, porque estás obligado a corresponder siendo mínimamente educado.

Y eso, ya establece unas pautas de oración. Ahí las pongo, hablo de las muletas, que son las oraciones prefabricadas donde te apoyas, hablo de los orantes, hablo del ámbito donde se puede rezar. Hay gente que piensa que para rezar hace falta un lugar especial, de silencio, de tranquilidad. A lo mejor al principio, sí. Pero luego, cuando coges confianza y sabes que Dios está en todas partes, como decía Jesucristo a la samaritana: "Los verdaderos adoradores, adorarán a Dios en espíritu y verdad", buscas a ese Dios espíritu y verdad, en todas partes, y puedes tranquilamente rezar en el metro. Yo lo hago normalmente. Veo a la gente, y dialogo con Dios y con mi propio corazón.

Miro a las personas y sus posibles necesidades y oro no tanto por ellos cuanto con ellos. Porque eso es una pauta de la oración, no "rezar por", es "rezar con". Entender que todos tenemos necesidades, problemas y situaciones que nos cuestionan. Y que hay que compartirlas.

La idea de ser un solo corazón con lo divino y lo humano, es un poco la clave de todo esto. Yo la veo en el Evangelio y procuro proyectarla en el corazón. Y en el de la mística también, por supuesto. La palabra puede puede un poco asustar. Justamente desmonto el susto en el libro.

Sí que asusta.

Es que la frase sería mejor, "espiritualidad para torpes". Pero me decanté por la mística por apostar fuerte. Una palabra que suena a compleja o extraña, propia de gente que vive en una cueva y hace cosas raras. Pues no, es la invitación que te hace Dios para entrar en contacto con él. ¿Dónde? En cualquier sitio. Místico es misterio, lo escondido, lo oculto.

En el fondo, todos tenemos un místico dentro.

Exactamente, somos místicos por naturaleza. Dios nos ha dotado de esa capacidad. Que no la utilicemos, es cosa nuestra. Pero Dios nos ha preparado para que entremos en comunión con él cuando y donde queramos.

Se trata de escribir un poquito las claves, que para mí, sería la santidad al alcance de cualquiera.

Nos han hecho muchas veces la propaganda de que la santidad es algo que consigue con mucho mérito y con mucho esfuerzo. En el Evangelio, Jesucristo lo ponía como clave de todo: "Sed santos, como santo es vuestro padre Dios". Me dirás: Pues ser santos como nuestro padre Dios, es muy difícil. Pues no, te lo explica después.

La santidad de Dios ¿en qué consiste? En amar sin discriminar. Ama al justo y al injusto, al bueno, y al no bueno. ¿Y tú puedes hacer esto? Sí, pero tienes que vencer actitudes muy profundas, tu ego. Y tu discriminación, que llevas educacionalmente desde pequeño. Discriminar por amistad, por raza, por familia. La distinción que hacía el pueblo judío del "prójimo" que Jesucristo desmonta con la estupenda parábola del Buen samaritano.

¿Quién es el prójimo? Pues el próximo, no importa si es de tu raza o de tu religión. Cuando desmontas eso, ya adquieres un grado de santidad. De pronto te hermanas con la vida y descubres como propios los problemas ajenos.

Tú me hablas de ti un poco, y de pronto entro en tu situación. Y en tu problema también, lo quiero vivir como propio porque no somos extraños. Somos hijos hijos de Dios aunque estemos diferenciados por muchas cosas. Pero buscar esa raíz de fraternidad, que es lo que propone Jesucristo, es para mí la clave de santidad.

A veces nos pasa que la Iglesia no está preparada para estos torpes. En la Iglesia hay momentos en que se habla un lenguaje muy engolado, que requiere una preparación. Y por otro lado nos estamos encontrando con un Papa al que casi todo el mundo entiende, porque utiliza un lenguaje muy cercano. No sé si has tenido oportunidad de ver los encuentros que ha tenido con los sin techo, que han sido maravillosos. Incluso los más alejados de la fe reconocen que es muy cercano por su lenguaje y sus gestos.

Creo que hay que conseguir aterrizar el lenguaje, hacerlo más común. En Jesucristo hay dos tipos de cercanía. Una, la física, que comparte la calle. Por su forma de vestir, y de vivir en la pobreza, estaba al lado de los más necesitados. Pero también hay un acercamiento que es interior, que se nos pasa por alto. Hay que gente que se disfraza de pobre por interés, para dar una imagen, los políticos lo saben.

La cercanía de Jesús interior es la "no discriminación", que es importantísima. Se lee en el Evangelio cuando dice: Y vio ir la comitiva con el hijo único de la viuda... Y la palabra que emplea Jesucristo es "se le conmueven las entrañas". Se le remueven, al ver esa mujer que ha quedado desamparada sin marido y sin hijo. Y eso sale en muchas ocasiones en el Evangelio. Quiere decir que no solo hay una cercanía física, de apariencia, sino de realidad, de hecho. Está "al lado de". O cuando va a buscar a Lázaro, que llora.

Pecamos de ser demasiado intelectuales cuando el Evangelio es más de vísceras. Incluyendo entre las vísceras el propio corazón. Es más de sentir, de empatizar.

Esa es la palabra. Hacerte uno con el otro siempre cuesta. "Los pobres huelen más". que decía no sé quién. Estamos trabajando también con marginados, con el colectivo gitano, con drogadictos, y te das cuenta de que no empiezas a ceder algo hasta que no te implicas con ellos.

El tiempo que estuve trabajando con gitanos, doce años, me di cuenta de que si quería implicarme de verdad, tenía que vivir con ellos. No lo hice, porque trabajaba en un colegio y no tenía tiempo físico. Iba todos los días al poblado gitano, estaba un tiempo con ellos, con sus cosas. Pero me di cuenta de que para de verdad hacer algo, tienes que ser "uno con". Que fue lo que hizo Jesucristo. No ver el problema y dar consignas, que a veces es en lo que caemos. En la fe cristiana, están esos dos valores, proximidad, y el otro, que no deja de ser interesante, de dar normas y literatura, por así decir.

Pero esa actitud aleja a mucho, porque se ve demasiado intelectual, entonces lo que hay que hacer, para mí está claro: pasar de la teoría a la práctica. Y con estos libritos, modestamente, intento pasar un poco a la práctica.

La propuesta es muy original. Religión para torpes, de la que de momento disponemos de estos cuatro. Pero estás trabajando en otros. No sé si nos puedes adelantar algo.

Pues mira, hay dos que ya están escritos, pendientes de que los saque la editorial.
Van dedicados, uno a Dios, tema vital, y el otro a la vida. Salen por parejas.

La vida, porque creo que es una cuestión importante entender y valorar la propia vida y las ajenas. Las preguntas de siempre: qué hago yo aquí, quién soy y a dónde voy.

Las puntas de la vida.

Y el otro es de Dios. Hace poco vi en una librería otro libro del mismo tema, de un autor extranjero, un libro gordísimo: "La evolución de Dios". Curioseando en el libro un poco, pensé, "este hombre está diciendo lo mismo que yo, pero con otro lenguaje y mucho más extenso y más documentado, pero lo ha reservado ya para gente muy capaz y muy intelectual".

Yo pretendo llevar eso a la gente sencilla. Que no quiere complicarse con un gran tomo.

A veces nos olvidamos de quiénes son los preferidos de Dios, también. No solo están en las periferias económicas o temporales. Sino también en las culturales. Que pensamos que esas no son pobrezas, pero también son relevantes.

Chema, ha sido un placer.

Encantado.

Se me ocurren un montón de propuestas y de ideas.

Dalas, que estarán bien.

Es una idea magnífica.

Yo he pedido sugerencias a gente que me conoce. Y me ciño un poco a eso. Ya tengo pensado el siguiente tema, que es la Iglesia. Creo que hay mucho que decir de este tema, ya que hay mucha desinformación. Y la gente tiene de la Iglesia, muchas veces, una idea extrañísima.

Una identificación, que en cierto modo, sin ser real, hemos fomentado entre todos. Y al final, el corazón de la Iglesia es todo, y no sabemos explicarlo.

Pero tú sabes que la gente, a nivel popular, se queda un poco con lo que se mete por los ojos. Y llevamos quizás años, dando o haciendo, no nosotros sino personas contrarias, una mala presentación de lo eclesial. No digo de la Iglesia. Y se quedan al margen infinidad de cosas maravillosas que están ahí, pero que justamente por ser buenas no han querido llamar la atención. Porque la gente que suele hacer el bien, no llama nunca la atención, como le pasaba a Jesucristo, que se escondía cuando le querían hacer rey o le querían aclamar. La gente que de verdad vale en esto, es gente que no quiere protagonismo.

El que más habla y más dice es justamente el que más debería callar. Pero es la vida.

Chema, enhorabuena por la idea y por sacarla adelante.

Colección "Religión para torpes", que edita San Pablo. De momento tenemos cuatro: "Mística para torpes", "Evangelio para torpes", "Biblia para torpes" y "La oración para torpes". Vendrán más y estaremos aquí para contarlo. Muchas gracias.

A ti. Encantado.

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