La Vida Religiosa Latinoamericana lanza un grito contra la Trata de Personas

Más de cien personas, procedentes de 15 países, se han reunido este último fin de semana en Bogotá para participar de un Seminario Internacional sobre la Trata de Personas, que ha tenido como tema “El Grito Profético de la Vida Religiosa contra la Trata”. Estaban presentes representantes de cinco redes de la Vida Religiosa que actuan en el combate de la Trata.

A partir del método ver, juzgar y actuar, en un primer momento fue presentada la realidad de la Trata en el continente latinoamericano, así como en los diferentes países presentes, constatando con dolor que la crisis actual está provocando el aumento de la Trata, que se presenta en formas cada vez más inhumanas, que provocan mayor sufrimiento y, al mismo tiempo, son más difíciles de ser enfrentadas.

Es una realidad que se ha esparcido en todos los ambientes y que presenta mayores desafíos en las regiones de frontera, manifestándose especialmente en la Trata para fines sexuales y de trabajo esclavo. No podemos olvidar, como señalaba Lina Peña, que forma parte de la Comisión Episcopal para el Servicio de Atendimiento a los Migrantes y Víctimas de la Trata, de la Conferencia Episcopal Colombiana, que no se puede separar la Trata de Personas y la Migración, insistiendo a los presentes sobre la necesidad de mirar con profundidad para descubrir las artimañas de los traficantes, que se aprovechan del movimiento migratorio, cada vez más generalizado como consecuencia de la crisis económica y política.

Según la doctora Peña, es necesario que la Iglesia aborde las cuestiones relacionadas con la Trata de Personas, a partir de una acción humanizadora, solidaria y profética, que no se fije tanto en las cifras como en las personas, colocando como referencia la figura del Papa Francisco, e insistiendo en que hoy en día no es posible enfrentar ningún problema de forma aislada.

Al mismo tiempo, afirmaba que los muros y el cada vez mayor control migratorio, especialmente manifestado en las políticas reaccionarias del gobierno Trump, es algo que favorece la Trata de Personas, pues la gente se ve forzada a emigrar clandestinamente y por medios ilegales, lo que abre las puertas a las redes de los traficantes.

La Vida Religiosa a la hora de enfrentar la Trata de Personas, en opinión de Lina Peña, debe basar su trabajo en la necesidad de acoger, proteger, acompañar, promover e integrar, dentro de un proceso que garantice a las personas su dignidad, violada dentro del proceso de la Trata.

Un aspecto nuevo que ha sido abordado a lo largo del Seminario es la relación entre la Trata de Personas y la Ecología, siendo señalado que la esclavitud de la Tierra y de los pobres son de hecho factores estructurales para la Trata, pues en la actualidad muchas personas se ven forzadas a salir de sus lugares como víctimas de los desastres ecológicos, que son consecuencia de la violación de derechos fundamentales.

Dentro de la Trata de Personas, está aumentando cada vez más en el continente latinoamericano la Trata de niños y adolescentes. Uno de los problemas a la hora de abordar esta dificultad es que no hay bancos de datos, pues los números son incompletos. A esto se unen los nuevos métodos de captación que las redes de traficantes están usando, entre las que cabe destacar las prácticas virtuales.

Como señala Eurides Alves de Oliveira, Coordinadora Nacional de la Red un Grito por la Vida, dependiente de la Conferencia de los Religiosos de Brasil (CRB), “el trabajo en grupos ha garantizado la posibilidad de compartir las realidades de cada uno de los países, desafiando a los presentes a preguntarse sobre el papel de la Vida Religiosa ante esta realidad, que es sin duda un clamor elocuente para la profecía”.

El juzgar ha sido llevado a cabo a partir de la Teología de la Vida Religiosa, en un análisis desarrollado por Guillermo Campuzano, quien desafiaba a los religiosos y religiosas presentes a preguntarse si los lugares donde están es de hecho el lugar donde deberían estar, cuestionando la dimensión profética de la Vida Religiosa hoy en día y, a partir de ahí, si son los pobres, los últimos, quienes muestran el lugar donde como religiosos deben estar.

En opinión del Padre Campuzano, la realidad debe ser contemplada desde diferentes dimensiones, sobre todo desde la sociología y la antropología, llevando a preguntarse, más allá de lo técnico y estructural, sobre los cambios que se están dando en la identidad de las personas y sus valores, así como en sus relaciones. Sus afirmaciones han servido para que los presentes se conmoviesen y se sensibilizasen nuevamente, y para que las diferentes congregaciones e instituciones sientan la necesidad de vivir una profecía más activa y solidaria junto con los pobres y excluidos, que se hacen presentes en las víctimas de la Trata.

El encuentro ha servido para buscar objetivos y estrategias comunes para avanzar en la lucha y enfrentamiento a la Trata de Personas, recogidos en el mensaje final del Seminario, que como reconoce Eurides Alves de Oliveira, “ha alcanzado su objetivo de provocar e incentivar a la Vida Religiosa para asumir con pasión y determinación la causa del enfrentamiento de la Trata, confirmando la importancia del trabajo en red y la necesidad de rehacer la opción por Dios en el grito y clamor de las personas traficadas y explotadas en nuestros días, especialmente en nuestro continente”.
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