MISA CRISMAL Elizalde: “No hay en la Iglesia nadie sin misión y eso nos iguala a todos”

Elizalde: “No hay en la Iglesia nadie sin misión y eso nos iguala a todos”
Elizalde: “No hay en la Iglesia nadie sin misión y eso nos iguala a todos”

Elizalde confirma que Vitoria está en la propuesta a Roma como Seminario para el Norte

”Es la gente la que nos hace vivir el sacerdocio,  la que cree en lo que nosotros representamos y  que se acerca en su grandes necesidades” 

El Obispo de Vitoria ha  pedido a los sacerdotes “no sentirse amenazados por la diversidad” y les ha  emplazado a “ser integradores de otros carismas y estilos eclesiales” 

“El tejido social de nuestra tierra es ya multicolor e intercultural, también nuestros  seminaristas y lo irán siendo nuestros sacerdotes. Los migrantes avivan la vida de la  Iglesia de Vitoria”

Este miércoles santo el Obispo de Vitoria ha  presidido la tradicional Misa Crismal en la  Catedral de Santa María. Han acudido más de 180  sacerdotes diocesanos y unos 200 fieles que también se han sumado a la celebración. En la misma los sacerdotes renuevan sus promesas de fidelidad al obispo, confirman la colegialidad del presbiterio y se bendicen los óleos que se repartirán por todas las parroquias para ser usados en bautizos, confirmaciones, consagraciones y unciones  de enfermo

El obispo en su homilía ha dicho:  “Hoy arropamos a los sacerdotes y diáconos en la Eucaristía de la Misa Crismal donde  actualizan su ministerio sacerdotal como colaboradores del Obispo renovando sus  promesas”. Y ha recordado que “el sacerdocio es  entendido dentro de la misión de la Iglesia que continúa y prolonga la misión de Cristo”. 

“No hay en la Iglesia nadie sin misión y eso nos iguala a todos”, y por  ello “nos alegramos de todos los carismas”. El Obispo ha recordado que  “estamos ungidos por el óleo de la alegría”, algo que es “incorruptible para el pueblo  que se nos encomienda”. “Es la gente la que nos hace vivir el sacerdocio, la que cree en  lo que nosotros representamos y que se acerca en su grandes necesidades”. 

A este respecto, D. Juan Carlos Elizalde ha afirmado que “nadie se siente amenazado  por la diversidad de sensibilidades, acentos, vocaciones y estilos porque todos  participamos de un mismo sacerdocio” y ha recordado que “a los pastores se nos exige  velar por integrar todos los carismas”. Esta idea la ha reforzado con palabras del  recientemente fallecido Obispo emérito de San Sebastián, Mons. Juan María Uriarte,  cuando decía que “la misión del sacerdote es suscitar y detectar carismas, ayudar a  discernirlos y armonizarlos en la comunidad”. 

Sobre la identidad sacerdotal, el Obispo de Vitoria ha advertido que “no debemos  engañarnos” y ha pedido que “aceptemos con claridad nuestra situación”. “Donde no  hay presente no puede haber futuro y como sea el presente del sacerdocio que vivimos,  de igual manera plantearemos su futuro”. 

Elizalde también ha dedicado parte de su reflexión a las vocaciones  sacerdotales. "Sin sacerdotes nuestras comunidades se extinguen” y por ello ha  defendido su tarea de “incidir en las vocaciones sacerdotales por su efecto  multiplicador”. "El tejido social de nuestra tierra es ya multicolor e intercultural, también  nuestros seminaristas y lo irán siendo nuestros sacerdotes”. Resaltando la migración en  todos sus aspectos, el Obispo ha afirmado que “los migrantes avivan la presencia de  familias autóctonas” y que “nuestros seminaristas de otras latitudes ya son referencia  para inquietudes vocacionales que están surgiendo”. 

En este aspecto del relevo sacerdotal, el Obispo ha confirmado que en la pasada  reunión de obispos y vicarios del norte de España se acordó “proponer a la Conferencia  Episcopal y a Roma la opción de tres sedes de Seminarios: Burgos, Vitoria y Pamplona".  Por ello ha pedido “redoblar la oración y el trabajo vocacional en nuestra Diócesis” y ha  anunciado que “próximamente renovaré el Equipo Vocacional Diocesano con un nuevo  matrimonio, una religiosa y un sacerdote”.. 

Mons. Juan Carlos Elizalde ha finalizado “haciendo presentes a los sacerdotes que hoy  no están aquí por su salud o vejez, por estar viviendo situaciones personales  conflictivas, por falta de sensibilidad o porque no han podido venir”, mientras ha  “agradecido vivamente la presencia de tantos sacerdotes que enriquecen el presbiterio  con su carisma”. 

Al finalizar la Misa Crismal, el Obispo de Vitoria ha regalado a cada uno de los presentes  el libro ‘Manual de Espiritualidad’ del sacerdote alavés Satur Gamarra, donde  desarrolla la esperanza y la alegría que se rebosan en la vida del sacerdote. 

Tras su homilía, los sacerdotes han renovado sus promesas sacerdotales y el Obispo ha  bendecido los óleos colocados en tres grandes vasijas. La celebración, de poco más de una hora de  duración, ha finalizado como empezó, procesionando todos los sacerdotes junto al  Obispo de Vitoria por las naves de la Catedral de Santa María. Posteriormente han tenido una comida fraterna. 

Non solum sed etiam

Después de muchos años la misa crismal ha regresado a la Catedral Vieja de Santa María y en ella se ha reunido un alto porcentaje del clero en activo de la diócesis de Vitoria. Aunque ha habido ausencias que el mismo Elizalde ha recordado: “por su salud o vejez, por estar viviendo situaciones personales  conflictivas, por falta de sensibilidad o porque no han podido venir”.  Es de suponer que en alguno de esos grupos se incluyen los que han evitado renovar su adhesión al obispo propia de la celebración de hoy, aunque Elizalde sabe que cada día y cada año serán porcentualmente menos. 

Esa realidad de un clero masculino diverso incluso de etnias es la evidencia de que hay futuro, como proclama el obispo de Vitoria, pero sigue sin haber vocaciones, aquí. Por lo que el problema vocacional sigue latente y la importación de nuevos seminaristas garantizará y justificará el Seminario de Vitoria, pero seguiremos teniendo un problema de vocaciones. 

Antiguamente vincularse a la Iglesia, y no digo ya formar parte de la institución, era algo que daba prestigio a la persona y a la familia. Hoy, ya no se vé así. Se valora más un cooperante de cualquier ong que un misionero. ¿Si al menos se equiparase por igual?

Por lo tanto algo habrá que cambiar en la Iglesia y en consecuencia en la diócesis. 

Y para ese cambio es muy acertada la reflexión de monseñor Elizalde en esta homilía: les ha  emplazado a los sacerdotes a “ser integradores de otros carismas y estilos eclesiales”.  La pregunta que me surge es ¿ qué han de hacer los sacerdotes ante quienes sientan vocación al sacerdocio o al diaconado y sean mujeres, o abierta y públicamente homosexuales, o divorciados, o con alguna discapacidad o enfermedad crónica como sucede en la película del Milagro del Padre Stu basada en hechos reales? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante quienes defienden una iglesia sinodal codecisiva como propugna la Iglesia en Alemania? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante quienes defienden una liturgia más sencilla, accesible, y adaptada al tipo de fieles con los que se celebra como se demanda en algunos lugares de la tierra? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante los que apuestan por una pastoral más social que sacramental como era el modelo anterior de la Iglesia en Vitoria? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante quienes mantienen una mentalidad preconciliar, que siempre van a seguir con nosotros? ¿Qué han de hacer los sacerdotes ante quienes reniegan del Papa Francisco y se alinean con sus detractores, que de todo hay en la viña del Señor?

Les ha trasladado la misión, lo que no sé es si les ha dado las herramientas para cumplirla, ojalá así sea, sino tendrán que volver a acudir al pastor de pastores y entonces la pregunta se la harán a él.

Volver arriba