Este próximo 12 de abril se estrenará en los cines de España la película “El Milagro de Madre Teresa”. La cinta, escrita y dirigida por el director Kamal Musale, narra dos historias entretejidas entre sí: la de una joven británica de origen hindú y la de la Madre Teresa.

Se trata de una película benéfica, ya que los beneficios de taquilla se destinarán a la Fundación Zariya, una iniciativa creada en el centenario del nacimiento de la Madre Teresa, una mujer dedicada a ayudar a los pobres y enfermos de la India.

Creo que es justo reconocer que la película es un trabajo documentado donde las cartas de Madre Teresa, aquellas que ella escribió “fuesen destruidas a su muerte”, y afortunadamente no lo hicieron, son parte de la base de la historia que se narra. 

A través de esas cartas se ha podido conocer no solo detalles de su biografía y de su obra, sino también de su vida interior. En ellas está basada esa prolongada “noche oscura” que vivió y que expresó en una de sus cartas diciendo: “que nadie sepa que vivo en la oscuridad de la fe”. Una oscuridad que lógicamente le suscitó muchas preguntas, algunas que expresó a su confesor personal y otras que dejó en sus escritos. 

Seguramente desde ese legado epistolar, y del testimonio de personas que la conocieron, se ha podido construir esa imagen de mujer de fuerte carácter y de arrebatos de empoderamiento. Pero es que sin ellos seguramente no podría haber construido la obra de misericordia que puso en marcha.

La película refleja también la imagen de una persona que vivía con resignación la obediencia, y la paciencia en la impaciencia. 

La historia paralela he de decir que al principio uno le cuesta encajar la explicación de esa historia que interrumpe la narración de la vida de Madre Teresa, pero poco a poco todo cobra sentido y el desenlace que une los dos relatos es sorpresivo y hermoso, y respetuoso con ideas, ideologías, culturas y religiones. 

Por otro lado esta segunda historia le permite al director plantear el tema del aborto en los términos más actuales. Con crudeza, realismo, y respeto muestra que en la sociedad actual el pensamiento dominante, y en el que viven y se alimentan las nuevas generaciones, es aquel cuyo discurso es que el derecho al aborto es un logro social, mientras que Madre Teresa lo veía como un fracaso social. 

Sobre su producción, los responsables de la película señalan que reproducir la atmósfera de los años 50 en Calcuta fue un verdadero reto, pues tuvieron que buscar extras que poseyeran los rasgos de quienes padecieron la hambruna en esos años. Asimismo, para filmar las escenas de época se debieron recrear réplicas de los barrios depauperados de la ciudad y de la Casa de los Moribundos, llamada “Nirmal Hriday”.

De la mano de European Dreams Factory, distribuidora de cine con valores, a partir del 12 de abril estará en muchos cines de España.

Sin duda es una película recomendable para ver y poder tener un posterior coloquio con quien acudamos a verla o incluso en las propias salas de cine. 

Non solum sed etiam

El Milagro de Madre Teresa me parece una película inspirada e inspiradora. Además de ella se desprenden otros temas como la necesidad que todos sentimos de amar y ser amados, de tocar y ser tocados, del contacto físico entre las personas. Habla también de cómo nos enfrentamos a temas como el sexo desde la más absoluta inmadurez, especialmente en los hombres. Y también deja ver cómo el contacto con algunas realidades, con la miseria humana, puede provocar una cadena de favores.