"Percibimos tu fruto ¡Gracias, Francisco, estamos a tu lado!" Monseñor Lugones: "Francisco, Cirineo de la Humanidad"

Francisco con una cruz de Lampedusa
Francisco con una cruz de Lampedusa

Queremos agradecer a Francisco, que, como otro Cirineo, alivia la cruz de tantos cristos que siguen cayendo y subiendo el calvario de la pasión y el sufrimiento en el mundo … Agradecer su valentía, su sabiduría, su palabra

Laudato si y Fratelli tutti se complementaron para marcarnos el camino de una nueva forma de ser y habitar nuestra Casa común

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Sus gestos simples sin ficción, su cercanía a todos, su buen humor … Es mensajero de la paz jugándose por ella y condenando los conflictos armados, la opulencia y la omnipotencia de los traficantes de armas, de drogas y de personas

"Percibimos su fruto no solo en las aulas sinodales sino en nuestras propias diócesis, abriendo asambleas de la escucha y el diálogo en toda la Iglesia … ¡Gracias, Francisco, estamos a tu lado, somos el pueblo de Dios abrazándote con ternura y rezando por vos!"

Queremos agradecer a Francisco, que, como otro Cireneo, alivia la cruz de tantos cristos que siguen cayendo y subiendo el calvario de la pasión y el sufrimiento en el mundo.

Campaña en defensa del Papa: Yo con Francisco

Agradecer su valentía, su sabiduría, su palabra. Nos ha pastoreado anunciándonos y proponiéndonos “La  alegría del Evangelio” (EG). Como lo fue el Vaticano II, ha contribuido a que este aire fresco ventile nuevamente nuestra casa grande, la Iglesia, con nuevo aire: el Espíritu del Señor que es capaz de hacer “nuevas todas las cosas”. Fue y es luz para nuestros pueblos, en momentos de crisis civilizatoria sin precedentes, única en la historia de la humanidad.

Laudato si y Fratelli tutti se complementaron para marcarnos el camino de una nueva forma de ser y habitar nuestra Casa común. Jesús fue causa de contradicción en su tiempo, fue crucificado porque el pueblo estaba ya crucificado. Su persecución fue a causa del gran amor y misericordia que prodigó a los últimos, los preferidos de su Padre, los más humildes. Hoy el Papa los llama con su nuevo nombre: “los descartados”. Como Él, que comenzó a predicar y cuidar desde la periferia de la “Galilea de los gentiles”, Francisco ha desatado sus correrías apostólicas en las periferias y en los centros de poder de nuestro mundo.

Su “populismo” ha consistido en hacerse cargo de los migrantes, la gente en situación de calle, los desplazados, ha consistido en sentarse a la mesa con ellos y compartir su tiempo. En empoderar la figura de la mujer en la Iglesia y en el mundo sin hacer proselitismo ni caer en feminismos de conveniencia. 

Sus gestos simples sin ficción, su cercanía a todos, su buen humor y don de gente nos animan a ser mejores personas compartiendo lo que somos y tenemos.

Es mensajero de la paz jugándose por ella y condenando los conflictos armados, la opulencia y la omnipotencia de los traficantes de armas, de drogas y de personas.

Su corazón de “sanador herido” y vilipendiado desde dentro y desde fuera, sigue hablándonos de que tenemos que recibir a todos, de que se abran las puertas para todos…porque nos ha enseñado que nadie puede quedar fuera de la misericordia y el amor del Padre. Antes y ahora habrá personas que se agarren a la ley sin recordar que el sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado. Entender en profundidad la historia de la humanidad como parte de la evolución del inmenso cosmos en el que existimos, nos debe impulsar a abrir el corazón cada día más, siendo conscientes de la pequeñez de nuestra especie en el concierto extraordinario de lo creado.

"Entender en profundidad la historia de la humanidad como parte de la evolución del inmenso cosmos en el que existimos, nos debe impulsar a abrir el corazón cada día más, siendo conscientes de la pequeñez de nuestra especie en el concierto extraordinario de lo creado"

Su experiencia de los Ejercicios Espirituales ignacianos lo marcaron en el discernimiento de espíritus, tan necesario para la conducción en tiempos de crisis y cambio epocal y despertarnos al discernimiento social de la Iglesia.

Nos ha introducido en un método sencillo como la conversación espiritual para escuchar lo que el Espíritu quiere inspirar hoy a las Iglesias. Percibimos su fruto no solo en las aulas sinodales sino en nuestras propias diócesis, abriendo asambleas de la escucha y el diálogo en toda la Iglesia. 

¡Gracias, Francisco, estamos a tu lado, somos el pueblo de Dios abrazándote con ternura y rezando por vos!.

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