"Que las armas se conviertan en arados para abrir surcos de esperanza en el terreno de la paz" FEREDE, "consternada" por la guerra entre Israel y Hanmás

Guerra Israel-Palestina
Guerra Israel-Palestina

Deseamos en primer lugar expresar nuestra solidaridad y la del pueblo evangélico español a la población israelí en su totalidad -judíos, árabes y palestinos que conviven en el Estado de Israel-, a sus autoridades, y muy particularmente a las víctimas del atentado y a sus familiares, algunos de ellos turistas que disfrutaban de sus vacaciones y que se vieron sorprendidos por el salvaje ataque

Desde la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) queremos expresar nuestra consternación y preocupación por la guerra entre Israel y Hamás iniciada este sábado como consecuencia de un brutal ataque terrorista que causó miles de muertos y heridos -la mayoría civiles, muchos ancianos, jóvenes y niños- y un número indeterminado de militares y civiles secuestrados.

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Deseamos en primer lugar expresar nuestra solidaridad y la del pueblo evangélico español a la población israelí en su totalidad -judíos, árabes y palestinos que conviven en el Estado de Israel-, a sus autoridades, y muy particularmente a las víctimas del atentado y a sus familiares, algunos de ellos turistas que disfrutaban de sus vacaciones y que se vieron sorprendidos por el salvaje ataque.

Asimismo, expresamos nuestro más enérgico repudio al atentado de Hamás y reiteramos nuestro rechazo al terrorismo en todas sus formas y espacios, cualquiera sea su fundamentación ideológica, política o (pseudo) religiosa.

Nos solidarizamos también con la población palestina de Gaza, con sus sufrimientos y sus anhelos de vivir en paz y libertad; anhelos secuestrados hoy principalmente por la tiranía criminal de Hamás.

Por otra parte, rogamos al Ejecutivo israelí que, en su responsabilidad de defender, proteger y garantizar la seguridad para la población dentro de sus fronteras, se conduzca en esta guerra, por difícil que sea, con la mesura, ejemplaridad y contención propias de un Estado democrático, evitando inapropiadas alusiones a la venganza y buscando como prioridad urgente y fundamental el alto el fuego más inmediato.

Que las armas se conviertan en arados para abrir surcos de esperanza en el terreno de la paz.

Por último, hacemos un llamamiento a todos los cristianos, dentro y fuera de Israel, a orar al Dios que hace cesar las guerras, en el nombre del Príncipe de Paz, Jesucristo nuestro Señor y Salvador.

Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación… (Efesios 2:14)

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