El 'jefe' de los cardenales caza-cuervos

El Papa y su Secretario de Estadio, cardenal Bertone, acaban de nombrar una troika cardenalicia para investigar las filtraciones de documentos reservados a diversos medios. Se trata del cardenal español del Opus Dei, Julián Herranz; del eslovaco, Josef Tomko, y del italiano Salvatore De Giorgi. Los tres jubilados y ancianos. Los tres con mucha experiencia en la Curia, sobre todos los dos primeros, que pasaron su vida en ella. Tres purpurados de confianza. Tres cardenales caza-cuervos.

Cuervos (corvi)llaman en italiano a los "gargantas-profundas" que, desde la Curia romana, filtraron los documentos. También llamados topos o ranas (por lo mucho que croan).

Habrá que ver los resultados de la comisión unvestigadora. ¿Conseguirán descubrir a los cuervos? Llegar al fondo del escándalo de las filtraciones no les será fácil. Porque, aunque todos lo dedos señalan a la "vieja guardia curial" como autora de la campaña de descrédito (a través de los medios de comunicación) contra el número dos del Vaticano y, por ende, contra el Papa, no resultará fácil reunir las pruebas suficientes para encausarles.

Y, aunque lo consiguiese, lo más probable es que sus resultados no se hagan públicos. En el Vaticano, los trapos sucios se lavan en casa. Y las consecuencias, en forma de represalias, tampoco se verían de inmediato. Precisamente, para que no parezcan represalias, en Roma esas decisiones se alargan. No en vano, ellí el tiempo es eterno.

Lo que sí demuestra la constitución de la comisión púrpura es que el Papa y su número dos confián plenamente en el Opus Dei. De ahí que le hayan ecomendado la presidencia de los detectives al cardenal Herránz, miembro destacado de la Obra y experto en leyes.

Su designación demuestra, además, que la Obra sigue gozando de excelentes informadores en el seno de la Curia romana. Hay muchos miembros del Opus Dei en casi todos los despachos curiales. En todos los escalafones y con excelente información de todo lo que en ellos se cuece oficial y extraoficialmente. Seguro que el cardenal Herranz apelará a ellos y a otros muhcos curiales de confianza, que puedan aportar información y pruebas sobre los cuervos.

Un nuevo favor que la Obra rinde a Benedicto XVI. Al que seguramente corresponderá el Papa. En Roma rige la vieja consigna del "do ut des". Y los favores se pagan, como es lógico y natural.

José Manuel Vidal
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