Cada vez me representa menos Una monarquía descatolizada

¡Que lo disfrute en palacio mientras puedan!

Es evidente que la monarquía española ya no es católica como siempre ha sido y ha presumido de serlo. ¡Ay si Felipe II, por ejemplo, levantara la cabeza! La reina Leticia nunca ha ocultado su defección por todo lo religioso y su condición de atea, aunque no lo dice en voz alta porque no es políticamente correcto. Últimamente está haciendo una verdadera campaña por aparecer ante el pueblo como cercana y sencilla por la crisis aguda en la que está sumisa la monarquía española, desde los escándalos del Borbón emérito y los suyos propios que se avecinan. La Princesa Leonor, la heredera, ya ha manifestado su deseo de no participar en ninguna de las procesiones de esta semana santa. ¡Ya enseña la oreja! Su madre se ha preocupado de educarla bien en sus increencias. ¡Pues muy bien! Ellas se lo pierden y la Iglesia católica eso que gana. Al fin y al cabo, tanta superficialidad como muestran no es un ejemplo vivo para la fe de los creyentes. Son un anti testimonio. Desde que no está la reina Sofía la monarquía española en lo que se refiere a valores cristianos ha tocado suelo. Tampoco puede esperarse mucho de una mujer que ha defendido y practicado el aborto y solo vive para cuidar su imagen externa. ¡El dinero que ha empleado ya en operaciones estéticas es un escándalo! Un amigo mío que la ha visto de cerca dice que su cara parece de cartón piedra. Empiezo a entender y compartir opiniones con Jaime Peñafiel. He de confesar que siempre he sido monárquico pero también que lo soy cada vez menos, desde que una reina tan superficial ocupa el trono. Y lo siento por el rey Felipe VI que me parece un hombre más serio y valioso en su labor como rey pero las malas compañías traen estas cosas. Mejor nos hubiera ido con una magnífica profesional presentadora de televisión que con una reina tan insustancial y ocupada solo en su imagen. Tal vez por eso por donde va la emérita reina Sofía convoca multitudes como estos días en Málaga. La reina actual va a suscitar cada día menos apoyos y entusiasmo, a pesar de la campaña de marketing que está llevando a cabo, rompiendo de vez en cuando el protocolo para dar la nota de originalidad. Y si no, tiempo al tiempo.
En fin que cada uno, reina o no, tiene derecho a hacer con su vida lo que le plazca y a elegir los valores que quiera, no faltaba más, pero también los demás, que no súbditos, tenemos el mismo derecho a sentirnos o no identificados con ellos. Y yo cada día me identifico menos identificado con los valores que representa la reina Leticia y la princesa Leonor, si refleja, como ya va pareciendo, los mismos valores de su madre. ¡Que en palacio los disfruten mientras puedan!

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