Peregrinación Escuelas Católicas-Ain Karen a las fuentes de la fe José Antonio Solórzano: "Todo el mundo que viaja a Tierra Santa sabe que no es sólo turismo"

(Jesús Bastante).- José Antonio Solórzano es dominico, escritor y director del Departamento Pastoral de Escuelas Católicas, que organiza una peregrinación a Jordania y a Tierra Santa con Ain Karen. "Todos hemos oído hablar de Tierra Santa y hemos crecido con su geografía detrás, pero pocos la hemos visto", dice Solórzano, quien opina que, "en el fondo, todo el mundo que viaja a Tierra Santa sabe que no es sólo turismo y lleva un peregrino en el corazón".

"La palabra esperanza se ha puesto de moda al hablar del Papa Francisco", comenta sobre la situación que vive la Iglesia en la actualidad, y que le hace desear "que este momento no tenga su revancha". "Mientras podamos respirar, tomemos aire", concluye.


¿Se hace más fácil explicar la época en la que vivió Jesús tras viajar a Tierra Santa?


Yo utilizo mucho una frase de Antonio Gaudí: "Lo original es volver a los orígenes". Lo que nos ha motivado a planear este viaje es el Año de la Fe, y el motivo de fondo es volver a conocer dónde empezó todo, sabiendo que el ambiente de allí ha cambiado mucho, claro. Pero el paisaje sigue siendo el mismo, y a veces interesa más que nada el paisaje. Los añadidos del tiempo y de la historia, y todo lo que sabemos que ha sugrido esa tierra, es un aspecto a tener en cuenta, pero lo fundamental es el olor que queda todavía de los olivos, del desierto, del mar de Tiberíades, de Mar Muerto... de todo aquel ambiente. Nos parecía que volver a los orígenes era una apuesta importante por parte de Escuelas Católicas en este Año de la Fe, donde las jornadas las orientamos justamente con el título "cartografía de la fe". Entonces, queríamos partir del mapa inicial. Todos conocemos mapas antiguos y cómo se han ido perfilando, pero hay indicaciones que nos proporciona la exégesis, los expertos, etc., y que nos ayudan a entender mejor lo que allí aconteció en ese momento, y cómo se ha ido manteniendo por la fe de muchas generaciones. De vez en cuando te despistas, como en todo recorrido, al igual que a lo largo de la historia ha habido muchos cambios de dirección y de giro. Por eso hay que volver a redimensionar el camino.
Queríamos invitar sobre todo a nuestro profesorado, profesores de religión que a veces hablan de oídas y no se ubican en los mapas.


Tierra Santa es uno de los primeros destinos turísticos, como París, Egipto... ¿El viaje que proponéis desde Escuelas Católicas es de turismo?


No. Todo el mundo que viaja a Tierra Santa en el fondo lleva un peregrino en el corazón, sabe que no es sólo turismo, y algo de eso aflora. Por muy turista que quieras ser, al final te topas con una realidad que se te impone. Nosotros no queremos que se convierta en un viaje turístico. Lo hemos querido organizar como una peregrinación más, de las muchas que se realizan desde diferentes diócesis por parte de instituciones, porque a todos nos gusta conocer el origen de nuestra fe, el origen de nuestra familia, de dónde partimos y hacia dónde podemos seguir caminando para no perder el rumbo. Esta era la idea fundamental de Escuelas Católicas: que no fuera sólo un viaje, que fuera un conocimiento de la tierra y de la Biblia. Por eso queremos prepararlo lo mejor posible, para que la historia y la vida de la fe estén presentes. Creo que puede ser una experiencia muy interesante. Somos conscientes de que estamos en una época crítica por la crisis económica, que el profesorado ha sufrido también sus recortes, y que además cuesta porque es en temporada alta (temporada estival). Pero el esfuerzo merece la alegría (no la pena, sino la alegría) de intentar conocer desde el principio la historia del cristianismo. Todos los que han ido dicen que se vuelve un poco cambiado.
Creo que es necesario cambiar. Si el organismo humano cambia cada 7 años de células, ¿por qué no podemos cambiar también mentalmente cada 7 años? Las ideas, las concepciones que se nos han dado... Por eso queremos dar la oportunidad a cada uno de conocer en este año los inicios de la fe.


¿Está destinado a profesores de Religión?


Fundamentalmente sí, pero no sólo. Es una iniciativa del Departamento de Pastoral junto con la agencia Ain Karen, y cuando lo planteamos y le dimos vueltas, lo presentamos ante las instituciones debidas etc., vimos conveniente dar ese paso no sólo para profesores, sino para otras personas que sean creyentes. Bueno, con que sean buscadores nos bastaría. El mapa justamente pide que tengas ganas de explorar y de introducirte en un terreno nuevo. Con eso sería más que suficiente.
Todos hemos oído hablar de Tierra Santa y hemos crecido con su geografía detrás, pero pocos la hemos visto.


¿El viaje implica algún tipo de preparación?


"El mejor día es la víspera", se suele decir. Nosotros hemos intentado, a través de las jornadas de pastoral, dar contenido a este viaje e ir preparando a la gente lo mejor que hemos podido. Entre las ofertas que hemos hecho, dábamos la posibilidad de que a alguien le tocase ir totalmente gratis escribiendo una frase que se hubiera dicho en alguna de las conferencias. Así se entraba en el sorteo. Se trata de favorecer.


¿Cuántas personas calculáis que formarán el grupo?


Inicialmente nos hubiera gustado que salieran dos grupos de unas 20 personas cada uno, para aprovechar mejor el diálogo, el compartir... La oportunidad es buena, y creo que la gente se ha ido preparando psicológicamente. Ya hay mucha gente inscrita, mucha gente interesada que pregunta... Nosotros hemos añadido una extensión de 4 días a Jordania, lo cual aumenta el gasto, y entiendo que el precio eche para atrás. Pero lo fundamental para nosotros es Tierra Santa. Jordania comparte la cultura, y al fin y al cabo, todo lo que tiene que ver con la cultura de Tierra Santa tiene que ver con nuestra fe.


¿Qué verán los peregrinos?


Bueno, en esto no somos nada originales: conoceremos los lugares centrales donde se desarrolla la vida de Jesús (Nazaret, Belén, Ain Karen, Emaús, Jerusalén...), en lo que da de sí una semana. No se trata de ir corriendo a todos los lugares, sino de hacer pausas, sosiego, lecturas bíblicas, comentarios, tiempos de silencio... Una mezcla de pequeñas cosas que pueden dar un conjunto al viaje como experiencia de fe. Eso es lo que pretendemos que sea. A lo mejor si vas sin ella vuelves sin ella, pero si vuelves tocado ya es suficiente. Los que van generalmente son gentes de fe, profesores buenos o familiares o amigos suyos, que de alguna manera viven la fe y que quieren conocer un poco más.


¿Estamos en tiempos de búsqueda y de expectación?


Sí, de "horizonte de expectativas". Esto es lo fundamental de la actitud filosófica, de la actitud de búsqueda. Si no hay un horizonte de expectativas la vida se queda chata y rala. Creo que siempre hay que abrir nuevos horizontes, como ha hecho la Iglesia ahora. Esto no quiere decir que antes no lo hubiera, que lo había; pero todos somos conscientes de que ahora se ha ampliado. Es como cuando llegas a la colina que era el horizonte para ti, y al subirla ves otro horizonte más allá. Esto es lo bonito dentro de la Iglesia: que se abren nuevas perspectivas, y que no somos una institución anquilosada y muerta, como mucha gente nos acusa. El espíritu de la Iglesia es así: tiempos de calma, tiempos de aparente bonanza, y de nuevo tiempos de impulso donde se recrea la esperanza. Lo que se ha puesto de moda al hablar del Papa Francisco es la palabra esperanza, como si antes estuviéramos desesperanzados. No es eso, lo que pasa es que la esperanza es la hermana pequeña de la fe, y esto es como la historia de Marta y María. Ahora la hermana pequeña ha tomado su relevo, dejando atrás a la fe que hemos tenido oculta, callada, sufriente... Ahora le toca a la esperanza un poco de protagonismo.


¿La tercera hermana es la caridad?


Sí, pero creo que la caridad se ejerce un poco cada día. A veces también queda un poco disminuida, pero creo que en este momento las tres virtudes teológicas van a dar mucho juego a toda la Iglesia universal. Lo que importa es el pueblo. Hay que recuperar la idea de Pueblo de Dios, que en su momento fue abolida. Y el pueblo, que tiene su olfato y su intuición, creo que ha visto como una bocanada de aire fresco, y esto es realmente lo bonito.


¿Qué esperas?


Sobre todo espero que el mundo de los religiosos y las religiosas se sienta a gusto realmente en la Iglesia, en vez de con una especie de espada de Damocles detrás. No es que la hubiera, pero nos lo parecía. Había esa sensación, por el deseo de la Iglesia de que las cosas no se salieran de su lugar y que se mantuviera la estructura suficientemente firme. Ahora respiramos, y espero que este momento no tenga su revancha. Si uno analiza la historia de la Iglesia, ha sido siempre así: momento de expansión, momentos de gran libertad, momentos de encauzamiento para que las cosas no se salgan del camino... Creo que esto es normal y lógico. Pero, mientras podamos respirar, tomemos aire. Lo que me gusta de la Iglesia es que tiene capacidad para rehacerse, para darse protagonismo espiritual (no social o político) y para tener una presencia como gente creyente que busca y que desea encontrar. Encontrarse con la figura de Jesús es lo que intenta el viaje a Tierra Santa. Me parece una idea fundamental.
De las primeras comunidades cristianas se decía que "lo tenían todo en común", pero algunos piensan que la traducción más exacta sería "estaban todos a lo mismo". Eso quiere decir que nadie es más que nadie, y creo que el Papa Francisco nos va a ayudar a darnos cuenta de esto, y nos van a ayudar los pastores de la Iglesia, porque todos necesitamos conversión. La escuela, cuando es universal y católica (no en el sentido beligerante que pueda tener la palabra, sino en sentido precisamente de universalidad), tiene que ser abierta.
La escuela, junto a la familia y la parroquia, es la puerta de la fe.


¿Es ahora más importante todavía la escuela, cuando las familias pasan tiempos difíciles?


La escuela es un ámbito de socialización, quizá el primero. El niño cuando sale de la familia pasa a la escuela, y tiene que encontrar en ella un lugar de acogida, con todas estas palabras que el Papa nos está revitalizando (no es que no existieran, sino que estaban adormecidas): ternura, misericordia, confianza, alegría... En definitiva, actitudes a cultivar. Yo creo que la escuela católica tiene esta misión: ser para todos (no sólo para nosotros, lo que creo que en España lo estamos consiguiendo), de cualquier ideología y cualquier creencia, y ser un sitio donde compartir un camino que explorar. La cartografía de la fe es hoy en día una actualidad necesaria. Estamos explorando sabiendo que el rumbo lo marca el Espíritu, la duda, la capacidad de cuestionamiento, el riesgo...


¿Dónde pueden comunicarse los interesados en la peregrinación del 15 al 22 de julio?


Que nos escriban con toda confianza a elenalope@ainkarenviajes.es
Vamos a poner toda la maquinaria en movimiento, porque quedan dos meses. La agencia Ain Karen nos da todo tipo de facilidades, ellos son expertos en organización de este tipo de viajes. Llevan más de 20 años trabajando con diócesis, y eso nos da una garantía, no vamos a ciegas.
Yo creo que puede ser una experiencia profunda, sincera, para hombres y mujeres buscadores que queremos volver a los inicios sabiendo que Él está en los orígenes y en la actualidad. Él está siempre con nosotros, pero a veces aparecen las cosas por donde no estábamos mirando.
Hace años leí una entrevista de Antonio Muñoz Molina a Salman Rushdie, que había venido a Granada a los 18 años. Entonces Granada le dijo bien poco, pero cuando volvió tras una experiencia de persecución y de condena, rondando los 40 años, vio Granada de otra manera. Él decía que las cosas importante de la vida (normalmente el amor o experiencias profundas), suelen aparecer por donde no estábamos mirando. Por eso a veces necesitamos que alguien nos diga que cambiemos el rumbo de nuestra mirada o que miremos hacia otro sitio, para poder adquirir un sentido nuevo y que las cosas funcionen mucho mejor.
Nosotros queremos, desde el departamento de pastoral, ayudar a alumnos y profesores a ver y a mirar de otra manera la vida. Esto es algo que nos decía el papa emérito Beendicto XVI: que hay que utilizar nuevo métodos, porque las circunstancias históricas son cambiantes, y necesitamos aportar cosas nuevas que renueven de alguna manera la vida pastoral de los centros, las actitudes personales y en definitiva, la Iglesia; contando con toda la tradición y con todo lo que hemos sido (porque nadie comienza desde cero).

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