opino que esa coUna costumbre sensata,  acertada y digna de admiración. Salón de belleza

Comento con una amiga el estupor que me ha causado ver el anuncio del documental: “Navidad en casa de Isabel Presley” y mi  asombro de que , a estas alturas, aún exista alguien interesado en qué le pasa a esta señora, a su casa y a sus gustos decorativos.  Me arrepiento en el acto de haber hecho el comentario y de no acordarme de que mi amiga es adicta al HOLA, ya ha visto el reportaje y está deseando contarme detalles. Por ejemplo, cuánto le ha escandalizado que la susodicha señora acuda cada mañana a un salón de belleza para retocarse cualquier mínimo desperfecto que haya podido sobrevenirle en su físico; me lo dice convencida de que,  dada mi condición de religiosa, voy a estar de acuerdo con ella. Pero para su sorpresa,  no solo no me uno a su escándalo, sino que opino que esa costumbre de la famosa me parece sensata,  acertada y digna de admiración.

Ante su descoloque, le amplío las causas de mi reacción y por qué me parece una costumbre imitable:  - “Si para ella es esencial su aspecto, hace bien en cuidarlo, dedicarle tiempo y defenderlo de las terribles amenazas que le acechan por el paso del tiempo: las terribles patas de gallo, las canas delatoras, la catástrofe de esos 200 gr. de más descubiertos en la báscula…”

Ya sola continúo con el tema  para, siguiendo el consejo de san Ignacio, reflectir para sacar algún provecho y tomo como propósito del nuevo año dedicar más atención a los estragos que me acechan en aquello que quiero sea esencial en mi vida.  Necesito dedicar más tiempo a mirarme en el espejo de la mansedumbre de Jesús y preguntarme si no se me estarán saliendo arrugas en la cordialidad o en la capacidad de disculpa en la comunidad; si no se me estarán volviendo legañosos los ojos al ver más las sombras que la belleza de mis hermanas; si no estaré necesitando hidratar mi paciencia que se vuelve  reseca y rasposa en cuanto las cosas no salen como a mí me gustan…

En resumen: qué ajena está “la Presly” de imaginarse para cuántas cosas me está sirviendo el dichoso documental…

 (Vida Religiosa, Enero 2024)

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