“Es más fácil reprimir que educar”, subrayó ante responsables de pastoral carcelaria Francisco denuncia que las cárceles "fracasan en su objetivo de promover los procesos de inserción"

Francisco denuncia que las cárceles "fracasan en su objetivo de promover los procesos de inserción"
Francisco denuncia que las cárceles "fracasan en su objetivo de promover los procesos de inserción"

Francisco recibió en audiencia en el Palacio Apostólico Vaticano a los participantes en la conferencia internacional para los jefes regionales y nacionales de la Pastoral Penitenciaria, titulada “El desarrollo humano integral y la pastoral penitenciaria”

Insta a "garantizar oportunidades de desarrollo, educación, trabajos dignos, acceso a la salud, así como generando espacios públicos de participación ciudadana"

"No se puede hablar de un ajuste de deuda con la sociedad en una cárcel sin ventanas"

El papa Francisco recibió en audiencia en el Palacio Apostólico Vaticano a los participantes en la conferencia internacional para los jefes regionales y nacionales de la Pastoral Penitenciaria, titulada “El desarrollo humano integral y la pastoral penitenciaria”.

El encuentro, que concluye hoy sus trabajos, se desarrolló bajo la coordinación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

La situación de las cárceles sintetiza “la cultura del descarte” presente en nuestras sociedades, siendo “reflejo de nuestra realidad social y consecuencia de nuestro egoísmo e indiferencia”, fueron palabras del Papa dirigiéndose a los responsables de la pastoral carcelaria.

Francisco, con los responsables de las cárceles

“Es más fácil reprimir que educar”, “negar la injusticia presente en la sociedad” y “crear estos espacios para encerrar en el olvido a los infractores”, que “ofrecer igualdad de oportunidades de desarrollo a todos los ciudadanos”, advirtió.

Francisco señaló que en lugar de buscar “la promoción de un desarrollo integral de las personas que reduzca las circunstancias que favorecen la realización de acciones ilícitas”, bajo una perspectiva de “búsqueda del bien y la seguridad” se procura “con el aislamiento y el encarcelamiento”, lo que es la solución última a los problemas de vida de la comunidad.

La solución, afirma el Papa, está en el procurar verdaderamente la promoción de un desarrollo integral de las personas, "que reduzca las circunstancias que favorecen la realización de acciones ilícitas”.



La verdadera reinserción debe garantizar oportunidades

Francisco también constató que los lugares de detención “no pocas veces fracasan en el objetivo de promover los procesos de reinserción”. Esto porque “carecen de recursos suficientes que permitan atender los problemas sociales, psicológicos y familiares" que experimentan las personas detenidas.

Discurso de Francisco hoy



El tema de la “frecuente superpoblación en las cárceles”, también fue subrayado por el Pontífice, quien indicó que esto convierte a esos centros “en verdaderos lugares de despersonalización”.

La verdadera reinserción social, aseguró, “comienza garantizando oportunidades de desarrollo, educación, trabajos dignos, acceso a la salud, así como generando espacios públicos de participación ciudadana”.

Superar la estigmatización de quien ha cometido un error

La situación en que se encuentra la persona al salir de la prisión también fue abordada por el Papa en su discurso: muchas veces al salir de la prisión, – dijo - la persona se enfrenta a un mundo que le es ajeno, y que además no lo reconoce digno de confianza, llegando incluso a excluirlo de la posibilidad de trabajar para obtener un digno sustento.

Se trata de una situación que suscita, según el Papa, que queden “nuevamente expuestas a los peligros que acompañan la falta de oportunidad de desarrollo, en medio de la violencia y la inseguridad”. Por eso llamó a que como “comunidades cristianas” nos planteemos una pregunta: “Si estos hermanos y hermanas han pagado ya la pena por el mal cometido, ¿por qué se pone sobre sus hombros un nuevo castigo social con el rechazo y la indiferencia?”. En muchas ocasiones, advirtió, "esta aversión social es un motivo más para exponerlos a reincidir en las mismas faltas”.

Al final de su discurso, el Santo Padre elevó una plegaria a Dios por cada persona que "desde el silencio generoso sirve a estos hermanos, reconociendo en ellos al Señor". Y se congratuló "por todas las iniciativas con las que, no sin dificultades, también se asiste pastoralmente a las familias de los detenidos y las acompañan en ese período de gran prueba, para que el Señor bendiga a todos".

El Papa entra en la sala



Para concluir, describió dos imágenes para los participantes: una, la de las ventanas de una cárcel: "no se puede hablar de un ajuste de deuda con la sociedad en una cárcel sin ventanas", dijo, puesto que "no hay una pena 'humana', sin horizonte". Incluso una pena perpetua “que para mí es discutible”, aclaró, “tendría que tener un horizonte", consideró.

La segunda imagen fue la de la fila de la gente que va a visitar a los detenidos, en particular la de las madres. El Papa recordó, a partir de su experiencia en Buenos Aires, a esas "mujeres a las que todo el mundo veía", porque hacían una "cola de una hora antes de entrar", para ser luego sometidas a las revisiones de seguridad, "muchas veces humillantes": "esas mujeres no tenían vergüenza de que las viera todo el mundo. 'Mi hijo está allí', y daban la cara por el hijo", resaltó.

"Que la Iglesia aprenda la maternalidad de estas mujeres, y aprenda los gestos de maternalidad que tenemos que tener para con estos hermanos y hermanas que están detenidos. La ventana, y la madre haciendo cola: son las dos imágenes que les dejo"

, concluyó.

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