Monseñor García -Siller: "En Uvalde, las víctimas tenían nombre" Arzobispo de San Antonio: "No se puede dejar pasar la tragedia de los inmigrantes"

La tragedia de los inmigrantes
La tragedia de los inmigrantes

El Arzobispo Garcia-Siller de San Antonio, Texas, habla sobre la tragica pérdida de vidas el lunes, cuando decenas de migrantes fueron encontrados muertos en un camión abandonado al borde de la ruta

"Esta es la historia de los inmigrantes, migrantes y refugiados en la frontera sur con Estados Unidos" y uno de los aspectos más terribles de esta masacre

Los sobrevivientes de la tragedia en San Antonio son todos menores de edad, y aparte de uno -el único que es capaz de hablar-, aún no tienen nombre

"Estamos con las víctimas y sus familiares, rezamos para que los vivos vuelvan a tener una plenitud y una mejor calidad de vida, mientras honramos a los muertos"

(Vatican News).- Los sobrevivientes de la tragedia de los migrantes ocurrida el pasado lunes en San Antonio, Texas, son todos menores de edad, y aparte de uno -el único que es capaz de hablar-, aún no tienen nombre.

"Esta es la historia de los inmigrantes, migrantes y refugiados en la frontera sur con Estados Unidos" y uno de los aspectos más terribles de esta masacre, según el arzobispo de San Antonio, Texas, Gustavo Garcia-Siller. Un camión abandonado con 46 migrantes muertos fue encontrado a un lado de la carretera en la ciudad. El número de fallecidos se eleva ya a 51.

Camión de migrantes en Texas
Camión de migrantes en Texas

Ser amados por una comunidad

Cuando pensamos en la masacre de Uvalde (Texas) de hace poco, en la que 19 niños y dos profesores fueron asesinados a tiros en una escuela primaria, las víctimas y sus familias tenían nombres. Formaban parte de una comunidad que les quería y nunca estuvieron solos, dice el arzobispo García-Siller. Estos migrantes, que representan un pequeño porcentaje de las personas sin nombre que arriesgan su vida con la esperanza de una mejor, están solos y sin nombre.

En declaraciones a Vatican News, el arzobispo Garcia-Siller relató su visita para conocer a los supervivientes de la tragedia de San Antonio en varios hospitales infantiles del Estado.

"Solo una persona está notablemente mejor", dijo el Arzobispo. Se llama Sebastiana y tiene dieciséis años. Otra, que abrió los ojos desde su inconsciencia justo cuando el Arzobispo se marchaba, sonrió a través de sus tubos y consiguió asentir cuando el Arzobispo, después de enumerar varios países del Sur y Centroamérica, mencionó Guatemala. Reconoció y asintió al oír el nombre de su país natal. "Es muy doloroso", dice el arzobispo.

El arzobispo García-Siller elogió a los trabajadores del hospital, señalando lo bien que se atendía a cada paciente. Cada persona está acompañada por miembros de las fuerzas del orden, relató, "porque hay una investigación federal en curso".

Tres personas han sido detenidas tras el descubrimiento del remolque, aunque las autoridades aún no saben si están definitivamente relacionadas con el incidente.

El llamamiento del Papa Francisco a un cambio de corazón

Monseñor García-Siller continuó hablando del mensaje de solidaridad recibido del Santo Padre, que pide "un cambio de corazón". Eso es lo que necesitamos, dice el Arzobispo.

"Debemos hacerlo mejor, para que estas situaciones, que ya se han convertido en habituales, dejen de producirse".

En primer lugar, hay que reconocer lo ocurrido, indica el Arzobispo, "no podemos dejar pasar situaciones como esta, o la de Uvalde". El verdadero cambio, sin embargo, se produce a nivel de los legisladores, continúa el arzobispo García-Siller. Cuenta que se trasladó a EE.UU., "hace muchos años", y señala que desde entonces "no se ha hecho nada para abordar la reforma migratoria" y, por ello, el sufrimiento está en ciclos y es "incomprensible". Enviaremos cartas a los legisladores, aseguró el arzobispo García-Siller, ya que son los únicos que pueden cambiar algunas de estas leyes.

“Nosotros, junto con todas las personas de fe, seguimos rezando, para honrar a los muertos y estar cerca de los vivos”, señala el arzobispo.

A continuación, contó la historia de su encuentro con una niña de unos tres o cuatro años durante su visita a los hospitales. La niña no tenía ninguna relación con la tragedia ocurrida el lunes por la noche, pero al ver al arzobispo le tomó la mano y le pidió que por favor rezara por su "hermana" migrante, ahora en el cielo.

"Rezaré y le pediré que te hable, para que recuerdes su voz y estés cerca de ella", respondió el arzobispo.

Estar cerca de los vivos, honrar a los muertos

Monseñor García-Siller explica que decidió contar esta dolorosa historia porque "si de alguna manera podemos expresar a la gente de México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, y todos los demás países, que estamos con sus seres queridos, vivos o muertos, y que rezamos para que los vivos vuelvan a tener una plenitud y una mejor calidad de vida, mientras honramos a los muertos", estamos cerca de ellos.

"Confiamos en Dios", concluyó el arzobispo, y debemos agarrarnos a cualquier signo de esperanza, porque "sabemos que Dios, al hacer su obra, la multiplicará".

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