Ningún pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Tres obispos de Chile interpretan el triunfo del 'rechazo'

Manifestación en Santiago de Chile
Manifestación en Santiago de Chile

Tres obispos han reaccionado públicamente a los resultados del plebiscito constituyente celebrado el 5 de septiembre último: Isauro Covili, Fernando Chomalí y Juan Ignacio González

Uno pide que los obispos sean más escuchados; otro dice que hay que apoyar el proceso que viene prescindiendo de utilizaciones políticas, y otro expresa su satisfacción por el respeto a valores cristianos y símbolos patrios que implicó el 'rechazo'

Hasta ahora no ha habido una declaración oficial y colegiada de la Conferencia Episcopal

El obispo de Iquique, el franciscano Isauro Covili, quien hace solo dos meses fue nombrado obispo  y asumió esta diócesis, fue uno de los primeros en reaccionar públicamente ante el plebiscito del domingo pasado.

Señaló que “la democracia, como acto de libertad responsable, ha ganado, pero nadie puede sacar cuentas alegres”. Agregó que “hay lecciones que tenemos que aprender como país” y en ello reclamó el que los obispos católicos sean escuchados.

Obispos Chile

Covili llamó a desterrar “los fundamentalismos, la polarización, la violencia, la intolerancia y la cerrazón ideológica vivida los últimos meses que ha hecho mal al alma de Chile para reencontrarnos como buenos vecinos que habitamos un hogar común”, y deseó que “en el tiempo que tenemos en adelante, podamos reencontrarnos y transitar por caminos de análisis profundo de lo vivido, acompañados por espacios de silencio y de penitencia, trabajando juntos en la búsqueda de acuerdos, de apertura de pensamiento, y del valor y respeto de toda persona”.

Por su parte, el arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, escribió en su portal web, que “el camino hacia una nueva constitución sigue y tenemos que apoyar el proceso que se viene. La Iglesia siempre contribuirá animando a los católicos y personas de buena voluntad a estar presente en la política por ser el arte del bien común y a mostrar los caminos del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia”.

El arzobispo añadió que “vivimos tiempos en que tenemos que mirar con mayor atención el sistema económico que ha creado mucha riqueza, pero no necesariamente ha generado igual equidad. También hay que ver de qué manera se cuida el medio ambienteque sufre con la cultura de depredación que se ha impuesto desde la revolución industrial y que ha traído tantos problemas, especialmente a los más pobres”.

En su comentario del resultado del plebiscito, el arzobispo Chomalí indica la necesidad de rescatar la necesidad de dar “a los pueblos originarios el trato que se merecen en virtud de su dignidad, de su cultura y del aporte que significan para el país, pero prescindiendo de utilizaciones políticas como se hizo en la convención, lo que fue uno de los grandes elementos que la ciudadanía repudió. Es el tiempo de mirar con más atención a los descartados de la sociedad, como lo dice el Papa Francisco insistentemente. A eso debe apuntar la nueva constitución que se va a empezar a gestar desde ahora”.

Chomalí pidió una atención especial a los cambios culturales diciendo: “Es importante que más allá de haber ganado o perdido la opción que cada uno manifestó, pensemos en Chile con una mirada más amable, más atenta a los cambios culturales que se están dando y que podamos proponer caminos donde la violencia no tenga espacio, pero tampoco la que la origina, la marginación, la inequidad, la ostentación y la indiferencia frente al pobre Lázaro que ve el banquete de un indolente Epulón”.

Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo, Opus Dei, e integrante del Comité Permanente del Episcopado,  dio una entrevista al diario El Mercuriodonde expuso que el voto de rechazo implicó “la defensa de los valores patrios. Creo que hubo ultrajes muy graves a cosas esenciales, nuestra bandera, nuestra canción nacional, etcétera, que la gran mayoría rechaza. Para muchos fue también no aceptar que se pasaran a llevar valores esenciales de la dignidad de las personas, especialmente en el caso del aborto y la eutanasia”.

Luego afirmó que es un desafío para todos “escuchar, abrir los oídos y la mente, y dejar la idea de imponer visiones ideológicas ajenas a la realidad. Había en las propuestas demasiadas cosas completamente ajenas a nuestra idiosincrasia. Muchos, pienso yo, sintieron un desprecio por nuestra historia y sus tradiciones. La idea de empezar de nuevo es una utopía que se topó abruptamente con el sentido común del chileno medio”.

Al cierre de esta nota, no había una declaración oficial de la Conferencia Episcopal sobre el plebiscito. Tampoco el mundo de las religiosas y religiosos o de las organizaciones del laicado habían reaccionado, fuera deafirmaciones individuales en redes sociales.

Ganó el rechzao

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