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Tema del día
Aquí te adelantamos los temas del primer consistorio de León XIV

La memoria del eros

El eros sano es salvador en cuanto va al encuentro del otro pero respetando la diferencia (alteridad del otro). Lo mira pero no lo captura; lo contempla en la distancia que precisa dicha contemplación.

Quisiera proponer una pregunta para la discusión: ¿por qué la pandemia, aunque nos priva del contacto corporal, no nos priva del eros? La respuesta que queremos dibujar es que el eros posee memoria. Hay una memoria en el eros humano.

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Un eros sano no es narcisista.

El eros sano es salvador en cuanto va al encuentro del otro pero respetando la diferencia (alteridad del otro). Lo mira pero no lo captura; lo contempla en la distancia que precisa dicha contemplación.

El eros/deseo – dice Olivier Clement – “debe pasar por una verdadera muerte-resurrección”. La resurrección del eros es el paso del eros-Narciso al eros-transformado-en-el-encuentro-humanizador. Narciso y el pecado son dos modelos que se entienden. Dice Olivier Clement: “el pecado sería más bien, este encuentro ciego, esta ignorancia del otro en ese mismo encuentro que la Biblia llama conocimiento”.

La interacción con los otros, en cambio, tiene más cercanía con el encuentro con lo divino. El Misterio de lo trascendente se abre en el encuentro del eros humano. Podemos descubrir al Otro (Trascendente) en el otro (inmanente). Dice Olivier Clement: “Y cuando llega, de modo totalmente natural y totalmente sobrenatural, la encarnación del encuentro, esta intuición de la alteridad del otro es lo que permite unir el eros y el ágape, el eros y la ternura; estar más atento al placer del otro que al propio, para que el placer se vuelva intercambio, lenguaje más allá de las palabras” (Clement, Teopoética del cuerpo, p.77).

Somos plenamente humanos en cuanto somos capaces de reconocer a los otros como personas, en su radical distinción.

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