"No me gustaría que le metieran goles por la escuadra" Los “marrones” que le llegan al Papa Francisco

Papa Francisco
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Uno de los más dolorosos es la información sobre el curso de la guerra entre Rusia y Ucrania, y otros conflictos bélicos sangrantes, de los cuales a través de las nunciaturas, que deben hacer su trabajo informativo, le comentarán desde la Secretaria de Estado

Para un Papa esto debe ser demoledor, ya que la impotencia ante lo evitable es lacerante. Se preguntará muchas veces: ¿estoy haciendo lo suficiente? ¿qué más puedo hacer?

La Iglesia Alemana se ha tomado muy en serio la Sinodalidad, y una parte de la Curia piensa que se les ha escapado de la mano, que han perdido el control. La “parresia” a la que alude el Papa Francisco no la entienden, y por supuesto, existen maniobras para reconducir los temas más sensibles

¿Se preguntan, de verdad, que está pasando en la Iglesia española? ¿Están en la realidad? ¿Qué conclusiones saca de las visitas pastorales? A lo mejor todo va fenomenal. Ojalá me equivoque

Como se suele decir “no le arriendo la ganancia” al Papa Francisco. Sin duda, cada día, al levantarse tiene que pedir mucha fuerza para hacer frente a los “dossieres” que llegan a su mesa, y por supuesto, muchos poco agradables.

Uno de los más dolorosos es la información sobre el curso de la guerra entre Rusia y Ucrania, y otros conflictos bélicos sangrantes, de los cuales a través de las nunciaturas, que deben hacer su trabajo informativo, le comentarán desde la Secretaria de Estado. Para un Papa esto debe ser demoledor, ya que la impotencia ante lo evitable es lacerante. Se preguntará muchas veces: ¿estoy haciendo lo suficiente? ¿qué más puedo hacer?

En cuanto al gallinero interno, además del grupo bien identificado de disidentes de tres al cuarto, al que él, como me dijo un amigo, les hace poco caso, no hay que meterse con ellos, sino dejarles que aúllen…no servirles de altavoz.

Sin embargo, en los últimos tiempos, si que se están presentando algunas situaciones que pueden ser conflictivas y preocupantes…

La Iglesia Alemana se ha tomado muy en serio la Sinodalidad, y una parte de la Curia piensa que se les ha escapado de la mano, que han perdido el control. La “parresia” a la que alude el Papa Francisco no la entienden, y por supuesto, existen maniobras para reconducir los temas más sensibles. Desde luego para el Papa Francisco la resolución final de esta tesitura no será fácil, ya que la Iglesia Alemana es muy potente y no aceptará que quede todo en fuegos artificiales. En Alemania están en juego muchos cosas, incluso las de comer…También otras Iglesias europeas van en una línea parecida. En España, nos preguntamos si se está trabajando la Sinodalidad. Algo hay, pero con mucha sordina.

No hablemos de la Iglesia de los Estados Unidos, polarizada a más no poder por temas de moral y otras cuestiones, y que después de la travesía terrible del desierto de la pederastia, ahora reivindica el no dar la comunión a políticos que se manifiestan públicamente en favor del aborto, entre ellos el presidente Biden. Otro marrón que puede explotar en cualquier momento. En USA hay mucho obispo, que se sentía muy a gusto con Trump.

La persistencia del tema de la pederastia, salta con cierta frecuencia, frente a la pasividad de muchos episcopados, que miran hacia otro lado. Por  supuesto es una lacra. Los datos de la Iglesia de Francia, valiente y decidida, pesan como una losa para esa Iglesia y la Iglesia Universal; y los recientes de Portugal en la misma línea. En Italia, los obispos, creen tener controlado el asunto. Después de la experiencia catártica francesa, no quieren que se les vaya de la mano. Y amagan con algunas cifras poco creíbles. En nuestro suelo patrio, al parecer, todos los obispos dicen que han cumplido su tarea. Ni el Defensor del Pueblo, ni la Fiscalía, ni el bufete de Abogados, de momento parece que llegan a buen puerto. Pero démosle tiempo al tiempo, todo se andará…

Y, siguiendo con la piel de toro, esperemos que a pesar del sistema oscurantista, el Papa Francisco acierte a renovar un episcopado, que todavía respira aires excesivamente conservadores. No será tarea fácil, pero necesitamos “pastores”, no prelados, que generen esperanza y que busquen los mejores pastos para su ovejas, a las cuáles, en un futuro no muy lejano, se cumplirá  aquella palabra evangélica “el pastor conoce a cada una de ellas”. ¿Se preguntan, de verdad, que está pasando en la Iglesia española? ¿Están en la realidad? ¿Qué conclusiones saca de las visitas pastorales? A lo mejor todo va fenomenal. Ojalá me equivoque.

Estos son algunos “marrones”, que me llevan a sentirme muy cercano a un Papa, al que no me gustaría que le metieran goles por la escuadra.

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