Nació en Valencia y es el Patrón de Texas Impulsan la canonización del franciscano fray Antonio Margil de Jesús, evangelizador de Centroamérica

Fray Antonio Margil de Jesús, monumento en Querétaro (México)
Fray Antonio Margil de Jesús, monumento en Querétaro (México)

Recorrió a pie y descalzo todos los países que evangelizó, desde Panamá hasta los actuales Estados Unidos

Murió en 1726 México, donde está enterrado, tras fundar numerosas misiones y colegios

Desde 1836, los franciscanos están intentado su canonización

Figura entre los misioneros más dinámicos de todos los tiempos, sobresaliendo por su santidad de vida, celo apostólico y efectividad misionera entre los indios

El proceso de canonización del valenciano fray Antonio Margil de Jesús ha vuelto a ser impulsado por la Postulación General de la Orden Franciscana. Antonio Margil de Jesús (Valencia, 1657 – México, 1726) fundó en 1720, la misión de San José y San Miguel de Aguayo, en San Antonio, Texas. Introducida su causa de beatificación el 19 de julio de 1769, el papa Gregorio XVI, el 31 de julio de 1836, aprobó las virtudes heroicas de este siervo de Dios.

Fray Margil de Jesús, cuyos restos reposan en la Catedral de México, bautizó a más de 40.000 indígenas en países de Centroamérica, que recorrió a pie descalzo varias veces, desde Panamá hasta los actuales Estados Unidos, y de hecho, “pasó meses enteros en los bosques, alimentándose de frutas silvestres, rodeado de indígenas”, según ha indicado el historiador franciscano P. Benjamín Agulló, vice postulador en varias causas de canonización, valenciano y residente en el convento del barrio de Ruzafa, donde prosigue su labor de investigador histórico de todo lo referente a la Orden.

Margil es tenido en los países centroamericanos por “uno de los más grandes misioneros de todos los tiempos y es venerado incluso por muchos como patrón de Texas”, ha precisado. Acompañado por un crucifijo y un breviario, fray Margil “evangelizó incansablemente durante años a tribus indígenas, algunas de ellas de antropófagos, y en varias ocasiones él mismo llegó a ser apresado y torturado”.

“Pasó meses enteros en los bosques, alimentándose de frutas silvestres, rodeado de indígenas”, según ha indicado el historiador franciscano P. Benjamín Agulló

Está considerado como el apóstol por antonomasia de Centroamérica. Sobresalió por su santidad de vida y su celo apostólico. Nació en Valencia el 18 de agosto de 1657. Sus padres se llamaban Juan Margil y Esperanza Ros. Fue bautizado dos días después en la parroquia de San Juan del Mercado.

Vistió el hábito franciscano a los 18 años de edad en el convento de la Corona, de Valencia, en el que hizo la profesión un año más tarde. Ordenado sacerdote en 1682, residió en los conventos de Onda y Denia, de donde en marzo de 1683 pasó como misionero a las Indias Occidentales, América, donde se dedicó a evangelizar a los indígenas, recorriendo a pie, varias veces, gran parte de las Américas central y septentrional, entre Luisiana y Panamá.

Querétaro, en México, fue el primer centro de su actividad, si bien pronto comenzó su etapa misionera itinerante de más de diez años de duración, que, partiendo de México, le llevó a recorrer Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Pasaron de 40.000 los infieles que recibieron de sus manos el bautismo.

Hizo todas sus correrías apostólicas a pie descalzo y sin más avituallamiento que un Cristo, el breviario y los utensilios para celebrar la misa. Pasó meses enteros en medio de los bosques, rodeado de salvajes y alimentándose de frutas silvestres. Para atraerse a los indios y conquistar sus almas para Dios, se servía de la música, para la que tenía aptitudes especiales, cantando él mismo y enseñando a los indios a cantar alabanzas a Dios, salmos y el Alabado, cuya letra y música había compuesto él previamente.

Fray Antonio Margil de Jesús, evangelizador de centroamérica
Fray Antonio Margil de Jesús, evangelizador de centroamérica

El año 1711 inició otra etapa de expansión misionera en los territorios de Masyarit, Cohauella, Nuevo León y Texas. Fueron otros diez años de misionar sin cansancio, aunque el tiempo no había pasado en balde y Antonio Margil comenzó a experimentar sus consecuencias.

En 1696 fue nombrado superior del colegio de Querétaro. En 1701, fundó el colegio de Cristo Crucificado de Guatemala; en 1706, cinco años después, el de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas; y once años más tarde, en 1717, las misiones de Dolores y Adaes. Fruto de sus correrías apostólicas, escribió un Diccionario de muchos dialectos indígenas. Fue notario apostólico, comisario del Santo Oficio y prefecto de las misiones de Propaganda Fide en las Indias Occidentales.

Sus últimos años transcurrieron en los colegios de Querétaro y Zacatecas. Finalmente enfermó y, lleno de méritos, fue llevado a la ciudad de México, donde coronó su medio siglo de apostolado con una muerte santa, acaecida el 6 de agosto de 1726 en el convento de San Francisco. Su entierro revistió caracteres de gran solemnidad, siendo presidido por el propio virrey.

Evangelización
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