La ciudad natal de Gaudí rendirá homenaje a su hijo más universal con una nueva escultura: “Será el nuevo símbolo de Reus”
La obra, del escultor Joan Serramià, se alzará sobre un pedestal de piedra cedido por la Sagrada Familia
En Reus, la ciudad late con un aire de expectación. En un taller lleno de luz y silencio, empieza a tomar forma lo que será el nuevo símbolo de la ciudad: una escultura monumental de Gaudí de pie. Joan Serramià, el escultor reusense responsable del proyecto, trabaja con una concentración casi tangible. Cada gesto cuenta, cada detalle se mide cuidadosamente. Ligado a la figura del maestro no solo por admiración, sino también por herencia familiar, Serramià tiene antepasados que conocieron al arquitecto en diferentes momentos de su carrera, un vínculo que aporta al proyecto una dimensión especial, tanto emocional como histórica.
Para lograr la postura más natural y realista del maestro, Serramià señala que usará a su propio hijo como modelo. “También se dedica al arte, como yo”, afirma. Vestido con ropa de época típica de la década de 1920, el joven permitirá al artista estudiar la caída de la ropa, el equilibrio del cuerpo y la tensión natural que un hombre como Gaudí habría mostrado mientras manipula un fragmento del Santuario de la Misericordia. “Es un proceso delicado, que combina inspiración viva con rigor histórico”, señala Serramià, y que promete dotar al Gaudí de bronce de una presencia de extraordinaria autenticidad.
La figura se alzará sobre un pedestal de piedra cedido por la Sagrada Familia, pesando casi 3 toneladas. Un picapedrero especializado, también de Reus, dará forma a la piedra inspirándose en las nubes que decoran la fachada del Nacimiento, ambientando así el modelado y aportando textura y profundidad que recuerdan el universo visual de Gaudí. “Como si se alzara sobre su propia creación, Gaudí quedará ligado física y emocionalmente al lugar que marcó su trayectoria artística”, reconoce el autor de la pieza. Junto al maestro reposará su sombrero, un detalle que completa la composición e invita a los visitantes a acercarse, colocarse a su lado e inmortalizar el instante, convirtiendo el monumento en un espacio cercano y evocador.
Serramià trabaja en varios talleres para poder abordar las dimensiones monumentales de la escultura. En el taller del centro de Reus, lleno de luz y calma, la cabeza de Gaudí ya toma forma a tamaño real y permanece protegida bajo plástico para evitar interferencias y juicios prematuros. El resto del cuerpo se modela en otros espacios más amplios, donde se pueden trabajar las estructuras de gran envergadura y los procesos técnicos específicos necesarios para el bronce.
Como si se alzara sobre su propia creación, Gaudí quedará ligado física y emocionalmente al lugar que marcó su trayectoria artística
La maqueta de plastilina presentada por Serramià ya emociona a los vecinos: Gaudí de pie, elegante y concentrado, con los ojos ligeramente bajos y las manos trabajando sobre la Misericordia, transmite movimiento, vida y una presencia casi palpable. La combinación de posturas reales con el detalle histórico del vestuario y los accesorios crea una figura que parece capaz de hablar o gesticular en cualquier momento, una obra viva que dialoga con el espectador.
El proyecto cuenta con el apoyo de diversas instituciones. El Ayuntamiento de Reus y los Amigos de Gaudí trabajan de la mano, poniendo el foco en la cooperación y no en el protagonismo individual. La Iglesia de Tarragona, por su parte, ha mostrado interés por el valor cultural y espiritual del monumento, especialmente por la conexión con el Santuario de la Misericordia. Con un presupuesto de 50.000 euros, financiado a través de donaciones y aportaciones propias de la asociación, el proyecto se complementará con actividades culturales, murales y rutas gaudianas para consolidar el centenario como una conmemoración viva y participativa.
Cuando la figura llegue a su pedestal, Gaudí ya no será solo un recuerdo del pasado: será un punto de encuentro, una presencia viva que enlaza Reus con Barcelona, al arquitecto con los ciudadanos. De pie, concentrado y con las manos en pleno proceso de creación, Gaudí invita a los visitantes a acercarse, tocar la piedra y colocarse a su lado, a sentirse parte del mismo espacio y del mismo momento. “Será un recordatorio de que su obra y su ciudad natal continúan dialogando más de 100 años después”, concluye el escultor.